No son pocos los monumentos que señalan la frontera entre Europa y Asia. Hay alrededor de 50 y algunos pueden llevar a conclusiones erróneas. Por ejemplo, el obelisco “Europa-Asia”, de Oremburgo (1.400 km al este de Moscú) se construyó en un momento en el que se pensaba que el río Ural (Oremburgo está situado en su orilla), separaba dos partes del mundo. Actualmente se cree que esa idea no es correcta.
Tradicionalmente la mayoría de los científicos suponían que la parte oriental de los Urales establecía grosso modo la frontera entre Europa y Asia en Rusia. En cualquier caso, resulta sencillo establecer porcentajes de las partes europea y asiática de Rusia: alrededor del 23% y de 73%, respectivamente. Lo que es más difícil de descubrir es si Rusia se considera a sí misma europea o asiática.
¿Dominación europea?
A pesar de que la mayor parte del país más grande del mundo se encuentre más allá de los Urales, la población se concentra mayoritariamente en la parte europea. Alrededor del 75% de los rusos vive en esta zona, y los vastos espacios de Siberia y el Lejano Oriente están mayormente despoblados, debido a las duras condiciones climáticas.
Vladímir Kólosov, presidente de la Unión Geográfica Internacional, declaró a Russia Beyond, que “la densidad de población en la parte asiática es de dos personas por kilómetro cuadrado”. Las dos ciudades más grandes (Moscú y San Petersburgo) están en Europa, así como las autoridades federales, por lo que muchos dicen que la parte europea es más importante. Aunque, por otro lado, la mayoría de los recursos naturales se encuentran en la parte asiática, por lo que no se debería infravalorar su importancia.
Discusiones culturales
La principal cuestión de la identidad de Rusia en relación al mundo exterior podría formularse de la siguiente manera: “¿Es Rusia un país europeo o no?”. La cuestión provocó un agitado debate en el siglo XIX, cuando los dos grupos de intelectuales más influyentes eran los eslavófilos y los occidentalistas.
En aquella época los eslavófilos creían que Rusia debería basarse en su herencia única (tradiciones, cristianismo ortodoxo, vida rural), mientras que los occidentalistas apoyaban el individualismo y una modernización al estilo europeo. Esta cuestión entró en pausa por las revoluciones rusas de 1917, cuando los socialistas radicales subieron al poder, pero los debates entre los occidentalistas y sus oponentes siguen vigentes todavía hoy. ¿Cuáles son los argumentos principales?
“Sí, somos asiáticos”
Los que se oponen a la idea de que Rusia pertenece al mundo occidental suelen enfatizar que a lo largo de la historia Rusia ha vivido en “una encrucijada” de civilizaciones y que por eso ha abrazado valores culturales tanto de Europa como de Asia.
Tal y como decía Lev Gumiliov, historiador ruso y una de las voces más respetadas de euroasianismo (aquellos que consideran que Rusia es euroasiática, un país tanto occidental como oriental): “Rusia es un país singular que une elementos tanto de Occidente como de Oriente”.
Además, la conflictiva historia de Rusia y sus polémicas relaciones con los países europeos y Occidente, en general, no hace más que echar leña al fuego y provoca que muchos pensadores patriotas digan: “No somos europeos ya que Europa nunca nos abrazará”. Alexander Blok, famoso poeta de principios del siglo XX escribió un airado poema llamado Escitas, dedicado a los europeos que niegan que Rusia sea parte de Europa: “Sí, somos escitas, sí, somos asiáticos, con rasgados y codiciosos ojos. Intenta atraparnos”.
Una parte integral de Occidente
Por otro lado, en el mismo poema Blok llama a la unidad entre los rusos y sus vecinos europeos: “¡Camaradas, seamos hermanos!”. Se trata de un ejemplo de un tipo de pensamiento según el cual los lazos entre Europa y Asia prevalecen a pesar de las diferencias y los malentendidos políticos. Desde Pedro el Grande (reinó entre 1682 y 1725), que llevó los valores, hábitos e incluso las ropas europeas a Rusia a principios del siglo XVIII, este punto de vista cuenta con muchos apoyos.
Por ejemplo, el periodista ruso y editor jefe de Carnegie.ru, Alexander Baúnov, escribió en 2014 un artículo en el que afirma que tanto los orientales como los occidentales consideran que Rusia está más cerca del Occidente global, al menos en términos culturales. “Nuestras diferencias con cualquier país occidental son muy significativas, pero no son más que las diferencias que puede haber entre Finlandia y Portugal, Hungría e Irlanda o Chipre y Polonia”, escribió Baúnov.
Este artículo forma parte de la serie “¿Por qué Rusia..?” en la que respondemos a populares preguntas que tienen que ver con Rusia.
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