Cómo se celebraba el cumpleaños durante la época soviética (Fotos)

Estilo de vida
NIKOLÁI SHEVCHENKO
Para niños y adultos, los cumpleaños en la URSS siempre eran una experiencia divertida y con gente.

Como se sabe, la mayoría de los soviéticos no eran ricos. Para celebrar sus cumpleaños o los de sus hijos, los soviéticos tenían que ser creativos.

Si era el cumpleaños de un niño, la madre, por regla general, o la abuela, solía llevar un pastel hecho por ella misma a la escuela o al jardín de infancia, para que el niño del cumpleaños pudiera agasajar a sus compañeros de clase. 

Por lo general, se trataba de una fiesta modesta. Había un pequeño pastel o dulces, pan de jengibre y gofres.

Al cumpleañero le daban tirones de orejas, uno por cada año cumplido, mientras todos contaban en voz alta. A veces, el tirón era sustituido por un ritual más humano, pero menos común. Los compañeros manteaban y lanzaban al niño al aire mientras otros seguían sentados en una silla. Entonces todos gritaban “Hurra” y pasaban a comer dulces o pastel con té.

A veces, a un niño cumpleañero se le permitía invitar a sus mejores amigos a una fiesta en casa. En este caso, el menú era normalmente más elaborado y, aparte de los dulces, también incluía un plato principal como pollo o pescado con patatas, ensaladas, fruta, compota casera o té.

Los interiores de los apartamentos donde se celebraba un cumpleaños a veces estaban decorados con adornos de papel hechos a mano, fotos de un niño de cumpleaños y globos.

Como hacer una fiesta en casa requería más esfuerzo que llevar golosinas a la escuela, se esperaba que los invitados trajeran regalos más sustanciosos y valiosos. Mientras que los padres del niño de cumpleaños a veces optaban por dar cosas prácticas como ropa nueva o artículos escolares (una mochila, etc.), los demás niños solían traer algo más entretenido, aunque menos práctico, como juguetes u otros artículos de gran interés para los niños.

Después de que comer lo suficiente, los invitados y el niño del cumpleaños jugaban por la casa o en la calle, que era más habitual. Los niños pequeños jugaban al escondite o a policías y ladrones, un juego que se conocía como “cosacos y pícaros” en la URSS.

A veces, los invitados se quedaban más tiempo en la casa de un cumpleañero y jugaban a un juego que se parecía a una piñata: un montón de juguetes y otros objetos de valor eran atados a cuerdas que descendían de una cuerda horizontal. Los invitados se cubrían los ojos con una banda y se turnaban cortando las cuerdas con tijeras para reclamar los juguetes.

Sin embargo, no todos los que crecieron en la Unión Soviética tenían recuerdos de cumpleaños felices. El 20% de los niños que crecieron en las zonas rurales de la URSS desde finales de los 60 hasta finales de los 80 no celebraban sus cumpleaños, según los investigadores rusos que estudiaron la tradición de las fiestas de cumpleaños en la Unión Soviética.

Los adultos celebraban sus cumpleaños en el trabajo con sus colegas o en casa con sus amigos. Si en su cumpleaños iban a una fábrica o a una oficina, también tenían que llevar comida y bebida para agasajar a sus colegas.

Los colegas felicitaban a su compañero y les daban regalos. 

Algunos hombres soviéticos podían permitirse hacer una fiesta más grande. El artista y actor soviético Anatoli Yeliséiev llevó a sus amigos a la sauna de Sanduny en su cumpleaños en 1971.

Mientras tanto, a los políticos poderosos les gustaban las fiestas de cumpleaños fastuosas.

También hubo fiestas locas entre las celebridades soviéticas.

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