Sobrevive de manera milagrosa tras pasar 18 días perdido en los bosques de Siberia

Estilo de vida
NIKOLÁI SHEVCHENKO
El hombre es pastor de renos y perdió 15 kg antes de ser rescatado.

Un joven con varias capas de ropa invernal se reúne con sus familiares por primera vez este años. Suspira, enciende un cigarrillo e inhala. Extrañamente, no hay exceso de sentimientos en ninguna de las dos partes.

“La enfermera te dijo que fueras al hospital”, dice una voz detrás de la cámara.

“Sí, me ducharé primero”, responde el hombre con indiferencia.

Durante los últimos 18 días, ha estado luchando por su vida en la helada tundra.  

Informe de desaparecido

El 16 de diciembre una llamada al servicio de emergencia local informó de la desaparición de un hombre. El pastor de renos Anatoli Seri había emprendido un viaje de trabajo a una base a unos 60 km de su aldea natal de Amguema, un lugar remoto en Chukotka, en el Lejano Oriente ruso.

Seri fue en motonieve, iba además con un perro y llevaba un teléfono satelital. Antes de que el teléfono dejara de funcionar pudo comunicarse con su familia y decir que se había perdido en la tundra. 

La tundra es un bioma en el que el breve período de crecimiento y las bajas temperaturas dificultan el crecimiento de los árboles. En invierno es tan fácil perderse en este terreno hostil como lo es perderse en el mar: es uniforme y tiene pocos puntos de referencia que puedan ayudar a orientarse. Para empeorar las cosas, en caso de Seri se acercaba una ventisca. 

El jefe del distrito de la ciudad, Román Korkishko, celebró una reunión de emergencia para planificar la misión de búsqueda y rescate. Dos grupos compuestos por 11 motos de nieve se pusieron en marcha para buscarlo.

Al cuarto día de la búsqueda el distrito de la ciudad había enviado otros dos vehículos, pero no sirvieron para nada.

Caseta de pesca

A unos 200 km del destino final de la ruta que debería haber tomado hacia la aldea de Rirkaipi, Seri tropezó con una pequeña y destartalada caseta de pesca erigida sobre el río congelado.

Para un hombre que había pasado días perdido en la tundra helada sin cantidades adecuadas de comida o agua -excepto en forma de nieve- esta caseta fue un auténtico alivio.

“Su teléfono satelital dejó de funcionar y no tenía un dispositivo GPS. Al principio simplemente estaba esperando ayuda. Luego intentó encontrar una salida, pero giró en la dirección equivocada. Cuando la motonieve se quedó sin gasolina, pasó varias noches durmiendo en la nieve. Anatoli llevaba consigo una pequeña provisión de comida y se las arregló para alargarla hasta cuatro días”, dijo Evguenia Malájova, una empleada de la ciudad familiarizada con los detalles de la misión de búsqueda y rescate.

Cuando la motonieve se volvió inservible se fue a pie. Sery dejó atado su perro al vehículo.

La destartalada casa de pesca no tenía reservas de alimentos ni de agua, pero proporcionó al hombre perdido un techo y paredes para protegerse de la ventisca. Lo más importante, la casa tenía un pequeño horno. Seri alimentó el horno con las cosas que encontró en la casa.

Esto le salvó la vida, ya que la temperatura exterior había caído hasta los -30ºC.

De vuelta a casa 

Primero descubrieron al perro, que esperó diligentemente justo donde Seri lo había dejado, atado a la inservible moto de nieve. El perro fue evacuado en helicóptero. Muy pronto el equipo de rescate localizó la caseta de pesca y descubrió al hambriento pastor de renos en su interior.

Sorprendentemente, aunque el hombre había perdido 15 kilos en 18 días, los médicos consideraron que su condición era lo suficientemente satisfactoria como para permitirle ir a casa, sin ser hospitalizado.

“Está bien, solo ha perdido 15 kilos. Pero está alegre y feliz por haber sido rescatado. Estará de baja médica por algún tiempo”, dijo Malájova.

El vídeo del esperado regreso muestra, en efecto, a un hombre sereno. Fuma su cigarrillo, abraza a una mujer y dice de una manera ligeramente irritada: “No he comido en 15 días”.

Así es la odisea de los pastores de renos.