Debate feminista en torno a una marca de cosméticos incendia las redes

Estilo de vida
GUEORGUI MANÁIEV
La bloguera feminista Bella Rapoport pidió a una marca de jabones y cosméticos que le entregaran una serie de sus productos para hacer reseñas sobre ellos en Instagram. Lo que pasó después es todo un lío.

“¡Hola! Soy bloguera”, escribió Rapoport el pasado 20 de marzo. “Me gustaría recibir sus cosméticos  para hacer reseñas sobre ellos en Instagram Stories”. Lush rechazó educadamente su propuesta. La chica, sorprendida, publicó en su Instagram que sentía que la habían tratado de manera injusta porque las grandes marcas se niegan a darle cosas gratis para que las revise.

“Es curioso cómo las marcas apoyan al feminismo, pero solo si tiene decenas de miles de suscriptores”, afirmó Rapoport a sus 6.000 suscriptores, que tenía en aquel momento en Instagram [ahora tiene 18.500 seguidores]. “¡He hecho muchas más cosas por el feminismo, j***!”.

Si la bloguera esperaba que mucha gente sintiera simpatía por ella, se equivocaba completamente. La gente no tardó en decir que era una espabilada y comenzó a parodiar su petición a Lush. Aquí están algunos de los intentos más divertidos por conseguir algo gratis:

¡Hola Sberbank [el banco más grande de Rusia]! Soy un bloguero. Me gustaría que me dieran algo de dinero para hacer una reseña en [Instagram] Stories”.

“¡Hola! Soy un alcohólico. Me gustaría conseguir algo de alcohol gratis para hacer una reseña en Stories”. [Escribe a la cuenta Instagram de una tienda de licores.] 

“¡Hola! Soy un gato. Me gustaría recibir un suministro interminable de comida para gatos y migas de pan, y que se me permita caminar sobre las mesas para poder publicar una reseña en Stories”.

“¡Hola Apple! Me gustaría recibir un MacBook Pro, un iPhone XR de 512 GB, un Apple Watch Series 4, algunos AirPods, y no hacer ninguna reseña en ningún lado”.

¡Hola! Soy un bloguero. Me gustaría recibir sus desnudos por mensaje directo y mostrarlos en Twitter”.

“¡Hola! Somos eslavos. Nos gustaría ponerle las manos encima a algunos varangios y hacer una reseña en nuestras antiguas crónicas”.

Al mismo tiempo, en tan solo dos días, este aluvión de mensajes en Twitter se ha transformado en un debate serio sobre el feminismo. Lush dice que en su respuesta a Rapoport no había nada fuera de lo común. “Nos escribe mucha gente. Como norma general, las personas proporcionan más información sobre sí mismas. Recibimos una petición muy breve por su parte y respondimos de manera estándar. No creo que hayamos hecho nada malo”, comentó Varvara Afanásieva, gerente de marca de Lush Russia.

Y aunque la mayoría de la gente que opina online suele estar de acuerdo con la postura de Lush, algunos famosos han mostrado su apoyo a Rapoport, que al parecer ha recibido correos amenazantes y llenos de odio. Las estrellas de televisión Xenia Sobchak y Tina Kandelaki han llegado a pedir que se despida al encargado de redes sociales de Lush. En respuesta, Dmitri Azárov, director general de Lush Russia, afirmó: “La manager que respondió a la petición de Rapoport se llama Tatiana Bochkariova. Lleva diez años trabajando en Lush y seguirá trabajando aquí”.

Lush mantiene su postura. “No importa si cooperamos con esta persona o no, definitivamente estamos de su lado porque Lush representa la paz, el amor y la tolerancia. Podemos tener diferentes puntos de vista y, al mismo tiempo, respetarnos los unos a los otros”, se dice en una declaración de la compañía. “Lush lamenta profundamente el acoso que Bella ha sufrido. Estamos pensando en entregarle gratis unos cosméticos, pero aún no hemos tomado la decisión definitiva”, agregó Lush.

“Bella Rapoport sustituye hábilmente los problemas realmente graves del feminismo ruso, como la violencia doméstica, la desigualdad salarial, etc. - con vergonzosas súplicas”, escribió el canal de Telegram Stalingulag. “Cuando es rechazada cortésmente, se hace pasar por víctima del patriarcado y el capitalismo”.

¿Qué opinas tú? ¿El negarse a regalar cosas gratis a las feministas socava su causa? Háganoslo saber en los comentarios.

Una cuestión de vida o muerte: ¿por qué Rusia necesita el feminismo?