La victoria del feminismo en Rusia es falsa, aunque durante décadas se les vendió esta idea a los hombres y mujeres de la URSS. A pesar del activo movimiento feminista que hubo en el Imperio ruso a principios del siglo XX, y del hecho de que las mujeres obtuvieran el derecho al voto en 1917 (antes que en la mayoría de los países), en Rusia no hay igualdad de género.
El gobierno del recién creado país soviético rápidamente se dio cuenta de cómo podía utilizar la idea del feminismo en beneficio del Estado. El plan era sencillo: utilizar la barata fuerza de trabajo de las mujeres, mientras promovía su rol como ama de casa “tradicional” fuera de las horas de trabajo. Durante los más de 70 años de gobierno soviético, el trabajo era obligatorio para hombres y mujeres (si 'holgazaneaban' eran vistos como parásitos y corrían el riesgo de entrar en prisión). Pero mientras que el día de un hombre terminaba cuando finalizaba su turno de ocho horas, el trabajo de la mujer continuaba en casa por la tarde.
Muchos rusos todavía piensan que la felicidad de una mujer reside en el matrimonio y los hijos, y evidentemente debería asumir toda la responsabilidad de criarlos...
Todo comienza con la educación, tanto en casa como en la escuela o la universidad. En Rusia hay fuertes estereotipos acerca del comportamiento que deberían tener los chicos y las chicas, sobre los juguetes que deben utilizar, sobre los intereses que tienen que tener y sobre las tareas domésticas que tienen que aprender en la escuela. Las chicas han de cocinar y los hombres, trabajar la madera.
Si un chico llora se le dice que se está comportando como una niña, lo que está considerado una vergüenza. Al contrario, el mejor halago para una chica fuerte es: “Eres un hombre de verdad”. El liderazgo, la iniciativa, la toma de decisiones, son todo cualidades que se esperan de un chico. Mientras que una chica tiene que ser transigente, suave y pasiva. El mensaje está claro, ¿no?
La mujeres en Rusia son testigo de muchas desigualdades y de violaciones de derechos humanos, debido al carácter patriarcal de la sociedad. Pero no suelen hablar de estos abusos a menudo. El feminismo es una cuestión de derechos humanos, no una forma de matriarcado, como pueden pensar algunos.
Parte del problema es que en Rusia la palabra “feminismo” y las feministas son percibidas de manera negativa. La sociedad tiende a rechazar las discusiones sobre las desigualdades de género. Mucha gente teme autodenominarse feminista, pero apoyan la idea de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Resulta paradójico, ¿verdad? Pues no lo es en Rusia.
Si hablas de feminismo, lo más probable es que te avergüencen públicamente, que se mofen de ti o te critiquen de manera agresiva. Las feministas en Rusa tienen que tener un carácter fuerte.
La sociedad rusa actual hace que las mujeres tengan la idea de que los grandes negocios, la política de altura y las posiciones importantes son cosa de hombres y que una mujer tiene que dejar atrás su feminidad si quiere convertirse en líder. Y a las mujeres rusas les de miedo perder su feminidad. Además de esto, una mujer que expresa sus cualidades de liderazgo puede ser muy oprimida o criticada.
De hecho, aunque en general tengan mejores resultados en la escuela y en la universidad, las mujeres en Rusia suelen acabar en posiciones medias mientras que la mayoría de los puestos altos están ocupados por hombres. Según el Índice de la Brecha de Género de 2017, realizado por el Foro Económico Mundial, el 38,7% de las mujeres, frente al 61,3% de los hombres, trabajan como legisladores, altos cargos o en puestos de dirección. Al mismo tiempo, el 61,3% de las mujeres tiene puestos profesionales y técnicos, frente al 36,8% de los hombres.
No solo hay menos mujeres en altos cargos sino también en el parlamento, donde representan tan solo el 15,8%. El porcentaje de mujeres en puestos ministeriales es todavía menor, un 9,7%.
Las mujeres suponen más de la mitad de la población en Rusia pero están completamente infrarrepresentadas en el poder y sus voces no se oyen.
Al mismo tiempo, está probado científicamente que la presencia de mujeres en puestos de gestión aumenta la rentabilidad de un negocio.
Un informe de la ONU muestra que el aumento del empleo y de la educación de las mujeres afecta directamente al crecimiento de la economía de un país.
Rusia ocupa el puesto 71 en el Índice de la Brecha de Género de 2017, mientras que la paridad del poder adquisitivo es de 29.138 dólares para los hombres y de 17.975 dólares para las mujeres.
Son frecuentes las situaciones en las que las mujeres reciben un salario 30% menor que el de los hombres por el mismo trabajo. La revista Snob publicó recientemente un artículo en el que llama la atención sobre casos de discriminación laboral. Había una historia de un jefe que justificaba la diferencia de salarios por el “hecho” de que los hombres tienen que mantener a sus familias. Lo decía en frente de sus empleados, la mayoría de ellos, madres solteras.
Al mismo tiempo, Rusia es uno de los países del mundo con la mayor cantidad de profesiones prohibidas a las mujeres. ¡Hay 465 en total!
Así que si te casas y/o tienes una carrera puedes tener problemas para encontrar trabajo. El empleador te hará preguntas sobre si tienes planes de tener hijos, lo que implica una baja de maternidad, que en Rusia puede ser de hasta tres años. Una respuesta positiva hará que pierdas oportunidades para conseguir ese trabajo, aunque estés mejor cualificada.
Esto insta a las mujeres a tener marido (un espónsor). Pero, ¿por qué una mujer adulta, con educación y profesional tiene que encontrar un espónsor para tener un salario como el de sus compañeros masculinos? La siguiente pregunta, que también es absurda, será ¿por qué las mujeres necesitan dinero si los hombres pagan por todo?
Una posible solución a este problema quizá consista en dividir la baja de maternidad entre hombres y mujeres, y alentar a los hombres a que participen en la educación de los niños, así como dividir el trabajo doméstico y los gastos. La baja de paternidad podría hacer que los empleadores dejen de discriminar a las mujeres, ya que los hombres deberían estar de baja tanto tiempo como las mujeres.
En 2016 los investigadores recogieron datos de 217 países y llegaron a la conclusión de que si se juntan la limpieza, la cocina y el cuidado de niños y padres, las mujeres tienen 23 años de trabajo adicional. ¿No es justo dividir este tiempo?
En Rusia hay numerosos casos de violencia doméstica que quedan sin condena. Muchas víctimas no llegan ni a contactar con la policía. Hay varias razones para ello: la tolerancia a la violencia doméstica en la sociedad, la falta de una condena obligatoria, la falta de comprensión, por ejemplo, de que la violación puede tener lugar dentro del matrimonio y de que es un crimen.
En enero de 2017 la Duma Estatal aprobó una ley que descriminaliza la violencia doméstica. Esto significa que la agresión violenta contra un miembro de la familia es castigada con una multa, no con un periodo en la cárcel de manera automática. La mayoría de las víctimas de la violencia doméstica son mujeres y niños y en la actualidad hay menos poder legislativo para poder protegerlos. Según las estadísticas oficiales del Ministerio del Interior de Rusia, en 2015 hubo 50.780 víctimas de violencia doméstica, incluyendo 36.493 mujeres y 11.756 niños.
Los casos de agresiones sexuales, violaciones y asesinatos que suelen aparecer en los medios tienden a tener comentarios negativos por parte del público. El principal mensaje es que ella quizá es culpable porque tenía una falda muy corta o porque sonrió demasiado o porque fue demasiado amistosa, en definitiva, que fue ella quien provocó al hombre. Hay gente que va todavía más lejos y muestra simpatía con el violador o el asesino.
El año pasado el programa más popular en el Canal 1 de la televisión dedicó cinco episodios al caso de Diana Shurygina, una joven de 16 años que había sido violada en una fiesta. Durante los horarios de máxima audiencia hubo políticos, estrellas del pop, activistas y miembros de la familia del agresor hablando sobre quién era el responsable. Mucha gente acusó a la chica por estar borracha en el momento en el que ocurrieron los hechos. Lo que es más, la joven quedó tan traumatizada que tuvo que tener tratamiento psicológico después de la terrible experiencia.
El acoso sexual en el trabajo es un gran problema que a menudo pasa sin que se diga nada. Las mujeres en Rusia tienen demasiado miedo como para hablar de ello y culpar a los acusadores públicamente.
Solamente el 10-12% de las víctimas de violencia sexual en Rusia contacta con la policía, muchas de ellas temen ser humilladas, según explican las organizaciones que se dedican a este tema.
Y todavía te preguntas si Rusia necesita el feminismo? Realmente es una cuestión de vida o muerte.
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