Estas mujeres rusas defienden con orgullo su cuerpo no estándar

Asia Lunégova, Anguelina Rusánova, Pushba, Tatiana Kómina, Pixabay
¿Cómo sentirte cómodo en tu propia piel? Estas rusas viven sin seguir los cánones de belleza habituales y se aceptan a sí mismas.

Se dice que el movimiento de cuerpo positivo en Rusia empezó cuando la editora en jefe de la revista Glamor, María Fiódorova, comenzó a promover su propia imagen en las redes sociales. Pero aquello solo duró unos pocos años, hasta que recibió el puesto de editora en jefe en Vogue Russia, con lo que desaparecieron los posts de “cuerpo positivo” así como varios kilos en su cintura.

María Fiódorova.

Las protagonistas de este artículo, sin embargo, se mantienen firmes y afirman que ser esclavo de las demandas de la sociedad aplasta toda individualidad. ¿Así lo crees?

Asia Lunégova, 19 

‘Nadie le debe nada a nadie, solo respeto’

A pesar de su edad, Asia Lunégova plantea en su blog una serie de cuestiones que son muy serias: cómo tratar a los demás, y a uno mismo en particular. Afirma que hay que hacerlo con respeto, incluso cuando los que te rodean intentan frustrar esta noble intención. Ella pertenece a la nueva ola de feministas interseccionales que abogan por la igualdad de derechos, sin importar el género o la orientación, y se esfuerza por combatir el estigma social de la obesidad.

“Entre 5º y 7º grado pegué un fuerte estirón y les sacaba dos cabezas a mis compañeros de clase. Se metían conmigo por eso, especialmente los niños. Luego, una pubertad precoz hizo que aumentara de peso, lo que combinado con mi estatura empeoró aún más la presión. Si no se enseña a ser tolerante en la infancia, puede haber personas que acaben siendo víctimas de aquellos que consideran el acoso escolar como la norma. Básicamente tienen dos opciones: o se resisten y se convierten en objeto de acoso ellos mismos, o están de acuerdo con la intimidación de otros”.

Asia considera que la sociedad ejerce presión sobre las mujeres y los hombres por igual: “Son perseguidos los hombres que no parecen masculinos y las mujeres que no parecen femeninas. Todas estas ideas sobre cómo debe verse la gente y lo que la sociedad espera de ellos son tóxicas. Nadie le debe nada a nadie, solo respeto”.

No oculta sus medidas ni sus preferencias, declarando abiertamente que es una feminista que mide 180 cm, pesa 100 kg y adora todo lo que es rosa y esponjoso. “Podría ser cualquier tipo de feminista o no serlo. Estoy a favor de la igualdad, el respeto, la tolerancia y la educación en general”.

Pushba, 35

‘Toma más fotos desde todos los ángulos para acostumbrarte a tu cuerpo’

La rubia Pushba (como se hace llamar online) es una de las blogueras más populares del segmento ruso en Internet. Como fotógrafa entiende la importancia de cumplir con ciertos criterios en la industria de la publicidad. Pero si no eres modelo, estos estándares no se aplican, dice, y publica fotos de su cuerpo sin retocar.

“Después de una cesárea, vi mi estómago y me di cuenta de que tenía dos opciones: odiarme o aceptarme. La segunda opción era preferible. No hay ninguna ley que diga que una persona debe tener cierto aspecto. Cada vez que subo mis fotos, me encuentro con comentarios estereotipados y apasionados sobre tener un estómago ‘no estético’ y no ser como las demás”.

Para Pushba los estándares de belleza se pueden aplicar cuando se busca un modelo para la pasarela, por ejemplo. Pero, ¿por qué cargar a la gente común con ellos? “Lo único que tienen que hacer es acostumbrarse a sí mismos y hacer que la sociedad se acostumbre a ellos”. Si crees que eres feo, necesitas mirarte a ti mismo desde todos los ángulos, dice, y recomienda tomar más fotos y publicarlas sin seleccionar las mejores tomas. “Si te fotografían de frente, te verás más delgado, y si es de costado, tu vientre será visible. Pero no hay nada malo con este ángulo, no es más que tu cuerpo”.

Pero, ¿no es acaso la visión positiva del cuerpo un instrumento de autoexpresión? “Cuando me afeité todo el cabello o me casé con un vestido negro, la gente dijo que sólo trataba de llamar la atención. Pero para mí, es una forma de vida, esa es la diferencia. Estoy en contra de hacer las cosas solo por el espectáculo”.

Tatiana Kómina, 29

‘La sociedad impone su opinión de manera muy fuerte’

En el otoño de 2018, Tatiana celebró el primer maratón de tallas grandes en Instagram, en el que participaron 1.600 personas. Entre las participantes hubo una psicóloga, una estilista y una directora de una escuela de modelos, que renunciaron a su tiempo libre para ayudar a otras mujeres a descubrirse a sí mismas.

“En Rusia se presta mucha más atención a la ropa, la forma y la apariencia de las personas que en el extranjero. Y si no encajas en las normas aceptadas, te lo harán saber”.

Tatiana dice que por fin se siente hermosa. Pero no siempre ha sido así. “Cuando era estudiante fui a clases de baile durante un año y medio. Lo más difícil era mirarse en el espejo. Una vez la entrenadora me colocó delante del espejo y me dijo que me mirara a los ojos. Casi lloro, pero cada vez que miraba hacia otro lado, ella añadía más tiempo. Me quedé allí dos horas. Después conocí a una mujer que pesaba 150 kilos y vestía pantalones cortos, con una fuerte mirada de amor propio. Me preguntaba cómo podría hacer eso, mientras yo sufría tanto”.

Hace cuatro años, Tatiana descubrió a las blogueras del movimiento de cuerpo positivo y le gustó lo desinhibidas que se sentían. “El último paso fue una conversación con mi madre, porque ella era la que siempre había dicho (con buenas intenciones, por supuesto) que yo necesitaba perder peso. Así que quería oírla decir que soy hermosa”.

Anguelina Rusánova, 22, modelo de tallas grandes

‘No encajar es realmente maravilloso’

La modelo Anguelina utiliza su blog para compartir consejos sobre cómo las mujeres con tallas grandes pueden cambiar su actitud hacia sí mismas.

Explica que los estándares de belleza son la invención de una gigantesca industria creada para vender productos que prometen una imagen perfecta y mítica, tal y como la conciben los fotógrafos, los estilistas, los maquilladores y demás. “En la vida real, las estrellas se parecen a gente común con manchas, arrugas, canas, estrías y senos caídos. Pero continuamente nos dicen que para pasar la ‘prueba corporal’ tenemos que hacer ejercicio, tomar vitaminas y comprar cosméticos caros”.

“No pertenezco a ninguna categoría de belleza y llevo una vida plena con todo mi cuerpo, lo que irrita realmente a los autoproclamados expertos. Valoro la vida, eso es todo, y me niego a desperdiciarla en preocuparme por lo que los demás piensen de mí”, dice Anguelina. “¡No encajar es realmente maravilloso!”

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