Andrés Abian es zaragozano, tiene 47 años y es un ciclista aventurero que ya ha recorrido a pedales partes de Pakistán, Nepal o Mongolia. Su última aventura consistía en cruzar Siberia en invierno. Ahí es nada. En el vasto y mítico territorio ruso son habituales las heladas que llegan hasta los -50ºC y las fuertes ventiscas. Eso no es una novedad para nadie...
El español llevaba ya varias semanas pedaleando cuando sufrió la congelación de las manos en la carretera de Kolimá, conocida como parte del sistema del gulag. Tuvo que ser ingresado en el hospital, informa la agencia RIA Novosti.
Según se puede ver en este vídeo de Instagram, cuando fue rescatado estaba dentro de la tienda, descansando para seguir su gesta. “Soy un viajero experimentado, he estado en diferentes países. He tenido mala suerte en este caso. Estaba completamente preparado para cualquier cosa: tengo ropa adecuada y una tienda de campaña. Pero me dormí y me quité el guante. Y claro, a -50ºC te congelas en cinco minutos”, afirmó a RIA Novosti. La agencia rusa informa también que ya está fuera de peligro y que está alojado en un hotel, pero, al parecer, no podrá volver a España en los próximos días. En estas fechas hay pocos billetes disponibles para ir de Magadán a Moscú y de allí a España.
El hombre fue rescatado por tres jóvenes de Ingusetia: Vaja Chemurziev, Movsar Mutsolgov y Aslán Jabriev. Las autoridades locales afirman que los premiarán el 27 de diciembre, que en Rusia se celebra el Día del Salvador.
Los medios rusos, que han seguido con interés el caso, se preguntan por qué el español salió a andar en bicicleta con semejante frío. “Si no llega a ser por los jóvenes que lo vieron en el camino, habría muerto. Al parecer, el tipo no entenió muy bien cómo son las heladas de Kolimá”, afirma un testigo a RIA Novosti.
El terco personaje quijostesco, reconoce que por ahora no puede continuar con su viaje, pero asegura al diario El Mundo que volverá a intentarlo, mientras sus dedos negros se recuperan bajo las vendas.
Aquí damos algunas recomendaciones a Andrés, y demás aventureros, para sobrevivir al invierno ruso (y no morir congelado).