El mexicano Miguel Minoru llegó a Rusia para asistir a los partidos de la Tri junto con sus amigos. Pero la ruta hacia el estadio Luzhnikí no resultó ser nada fácil: el joven se perdió y tuvo que pedir ayuda a los lugareños. Así conoció a Kristina que lo acompañó hasta el estadio. El mexicano la invitó a comer, pero la chica se negó, aunque le dejó su número de teléfono. Desde entonces, según cuenta el periódico ruso Komsomólskaia Pravda, no pararon de hablar y no dejaron de verse.
“La conocí en Rusia el primer día que llegué, antes del partido de México... Le pedí que orientara, me contestó que me acompañaría... pero jamás pensé que sería para toda la vida… Ayer regresé por ella”, así lo contó el protagonista de esta historia en redes sociales el 16 de julio.
“No soy tonto. Al principio pensé que solo era la emoción por haber conocido a alguien, pero con el paso del tiempo vi que era algo real. Cuando mi madre se enteró me dijo que tuviera cuidado, que no me fueran a sacar los órganos”, dijo entre risas el mexicano a Komsomólskaia Pravda.
Es más, según el medio ruso, Miguel acabó sacrificando los partidos de fútbol para pasar más tiempo con su novia. Antes de terminar el Mundial, el mexicano se fue a su país para recibir la bendición de la familia y luego volvió para la final entre Francia y Croacia para pedirle la mano a Kristina, exactamente en el mismo lugar en el que se conocieron.
“Rusia 1 - 0 México... Me ganó el corazón...”, escribió Miguel en Instagram el día que volvió para pedirle a su novia que se casara con él.
Miguel ya había conocido a la familia de su prometida en Ekaterimburgo, donde viajó para ver el partido que disputaron México y Suecia. Ahora mismo los novios están preparando los papeles para que Kristina pueda viajar al país azteca y después anunciarán la fecha de su boda.
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