El 3 de julio se abrió el cielo en Norilsk y sobre la ciudad industrial del norte de Rusia cayó una extraña lluvia roja.
Los testigos publicaron fotos y vídeos de un aparcamiento cerca de la planta metalúrgica de Nadézhdinski. El asfalto estaba inundado de charcos de color cobre, como si se tratara de la escena de un asesinato en masa.
Los lugareños sugirieron que el extraño fenómeno podía deberse a la contaminación causada por la fábrica. Sin embargo, la compañía Nornickel (propietaria de la planta) ofreció otra explicación.
Según ellos, el sangriento color de la lluvia se debió al viento, que arrastró un polvo que iban a retirar el 5 de julio. El desaguisado ya ha sido limpiado y la fábrica ha pedido disculpas a los propietarios de los vehículos cubiertos de rojo.
Sin embargo, no se trata de la primera vez que sucede algo así. En 2016 el río Daldikán, cerca de la presa de filtración de la misma planta metalúrgica de Nadézhdinski, se puso de color rojo debido a las emisiones de sal de hierro. En aquella ocasión Nornickel fue multado por las autoridades.
Norilsk se encuentra en Siberia y es una de las ciudades más contaminadas del país. Si quieres saber cómo es vivir aquí, lee esta historia.