"Tiene un cementerio en cada ojo", susurraba la gente acerca de Rádik "Raja" Galiakbérov, el líder de la banda Hadi Taqtaş con base en Kazán, durante su juicio en 2002. Para entonces, Hadi Taqtaş era tan poderosa que los testigos del proceso judicial solo aceptaron testificar desde habitaciones separadas y usando aparatos para alterar la voz, ya que estaban demasiado asustados para enfrentarse cara a cara con los criminales.
La mafia decidió amenazar directamente al Estado: si Raja y sus hombres eran enviados a la cárcel matarían a Mintimer Shaimíev, el jefe de la República de Tatarstán. Sin embargo, su estrategia no funcionó, y Galiakbérov y su mano derecha fueron condenados a cadena perpetua. El resto de los miembros de la banda, recibieron de ocho a 22 años de cárcel. Las sentencias fueron severas pero justas.
'El fenómeno de Kazán'
Esta expresión apareció en los periódicos a mediados de la década de 1980, describiendo así un sorprendente estallido de crímenes en Kazán, especialmente entre los adolescentes. No hablamos de crimen organizado: multitudes de adolescentes de diferentes vecindarios se enzarzaban en caóticas batallas callejeras (a veces hasta la muerte) y atacaban a los viandantes.
"No era un problema local", escribió Liubov Aguéieva, periodista de Kazán, en su libro El fenómeno de Kazán: Mito y Realidad. Muchas ciudades de la URSS, que se estaba degradando lentamente, se enfrentaron a los mismos problemas "Por la coyuntura, Kazán resultó ser una de las primeras ciudades donde los vicios sociales desencadenaron algo muy palpable y poco atractivo".
Sin embargo, el término "fenómeno de Kazán" se volvió viral y esta ciudad quedó retratada involuntariamente como una especie de ciudad del pecado en la prensa soviética. Y después del colapso de la URSS, la capital de Tatarstán se enfrentó a algo más serio que pandillas juveniles aterrorizando a los ciudadanos. Surgía la verdadera mafia.
Asesinos que llevan el nombre de un poeta
Hadi Taqtaş era un poeta tártaro de principios del siglo XX. Hay una pequeña calle en Kazán que lleva su nombre, donde vivían muchos de los gánsteres en la década de 1980, por lo que adoptaron el apelativo del escritor. Estos matones crecieron siendo adolescentes de mal comportamiento, convirtiéndose más tarde en temibles gánsteres que operaron de 1993 a 1997.
Incluso para los duros estándares de las bandas de Kazán, los mafiosos de Hadi Taqtaş eran extremadamente violentos. Poco después de que la pandilla se volviese poderosa, controlando varias tiendas y fábricas, dos de sus líderes se enfrentaron. Ambos acabaron muertos, junto con una docena de secuaces. Después de eso, el joven, pero muy astuto y agresivo Raja Galiakbérov tomó el poder con sus propias manos.
'El padrino' y su imperio
Los reporteros asistentes al juicio de Hadi Taqtaş mencionaron que Raja parecía tranquilo y muy inteligente. Adoraba el papel de Marlon Brando en El Padrino y se parecía un poco a Don Vito Corleone. No tenía escrúpulos para usar una brutalidad extrema: una vez él y sus hombres mataron a sus rivales dentro del grupo a hachazos. Según los informes, el culto Galiakbérov se refirió a una de sus víctimas como la "Venus de Milo" en honor de la antigua escultura griega sin brazos...
Bajo el yugo de Raja, Hadi Taqtaş alcanzó su edad de oro. Controlaban todo el tráfico de drogas en una ciudad donde vivían más de un millón de personas, exprimiendo dinero en efectivo a alrededor de 50 compañías y bancos, tomando además el control de varias fábricas importantes. También tuvieron una gran participación en el negocio de la prostitución de la ciudad y organizaban peleas de perros.
'La ciudad es nuestra'
Los mafiosos de Raja tenían su propio lema: "Hadi Taqtas, la ciudad es nuestra". Sin embargo, no era del todo correcto. Otras pandillas de la ciudad rivalizaban con ellos y competían constantemente por el control de Kazán. Raja incluso organizó un departamento especial dentro de su estructura: un grupo de asesinos profesionales cuyo único trabajo era matar gangsters de grupos opositores.
Aquellos verdugos fueron efectivos y mataron a docenas de personas, pero después de un asesinato se les agotó la suerte. Uno de los sicarios fue detenido y arrestado, lo que desencadenó una investigación sobre Hadi Taqtaş por parte de las autoridades.
"El Padrino" Rádik Galiakbeérov nunca admitió su culpabilidad ante los jueces, repitiendo: "No soy Raja, soy Rádik, un empresario legal". En 2014, un oficial de policía que lo visitó en prisión (la de más alta seguridad de Rusia, apodada "Delfín negro") contó que el mafioso espera aun que se anule su sentencia y poder quedar en libertad. Sin embargo, es poco probable que esto suceda.