Cuando fui de Irlanda a Moscú en el año académico 2015-2016, me daba cuenta de que ese año era una oportunidad de oro para ver Rusia. Después de todo, en el ambiente estudiantil es fácil conocer gente nueva. La experiencia es impredecible y te cambia la vida de maneras que no te podías ni imaginar. Aquí te proponemos una serie de razones por las que otros estudiantes y yo consideramos que la aventura merece la pena.
1. Aprender ruso
No se puede negar: el ruso es una lengua dura. La mayoría de los que comienza lucha con la fonética y con el hecho de que la gramática es compleja. Esto asusta a muchos estudiantes. Pero, ¿te has dado cuenta de que no te haces un favor si solamente practicas la lengua en clase? Esto quizá sea más cierto para el ruso que para otras lenguas europeos. Así que tienes que hacer un proceso de inmersión en ambientes de habla cotidianos para poder ganar algo de fluidez.
“Así es mucho más divertido”, afirma el estudiante de intercambio español, Alberto Varela. “Comprendí el caso genitivo por primera vez, mientras pedía un vaso de vino en un bar situado en un tejado en San Petersburgo”. Esto es mucho mejor que las tablas de gramática, ¿no?
Muchos estudiantes que quieren practicar la lengua se sienten decepcionados porque los locales responden a menudo en inglés. Aunque no hay que preocuparse mucho por eso en Rusia. A la gente local le gusta cuando los extranjeros hacen el esfuerzo por aprender su lengua. Al mismo tiempo, el nivel de inglés en Rusia es el segundo más bajo de Europa. No importa lo que pase, pero casi seguro que tengas que acabar utilizando el ruso que sepas y eso te ayudará a progresar.
2. Salir de tu zona de confort (pero no mucho)
Nadie ha resuelto todavía si Rusia es un país europeo o no, pero al menos hay cosa que está clara: estudiar en Rusia es una experiencia diferente a pasar un año en Europa. Por un lado, es un país desarrollado que cuenta con todo lo que necesitas, en lo que respecta a la vida cotidiana. Los supermercados, las tiendas y el transporte público están a la par de lo que podrías encontrar en Occidente. Sin embargo, a la hora de comer trigo sarraceno en el comedor, dar/recibir flores en la primera cita y demás experiencias pueden hacer que te parezca que vas atrás en el tiempo. Esa es una de las bellezas del lugar: es interesante y diferente pero no tienes que sacrificarte materialmente para experimentarlo. Aunque Rusia te cause mucha impresión al llegar, pronto te darás cuenta de que no están tan lejos de casa.
3. Conocer gente interesante
A menudo se dice que el encanto de Rusia reside en su gente. Rusia es una tierra de cosas raras y maravillosas y puedes conocer gente interesante y única. Para Alice, estudiante francesa, que ha estudiado en España y Rusia, lo que diferenciaba los dos lugares era la gente. “En Almería era cómodo y normalmente salía por ahí con otros estudiantes. En Rusia, cuando salías por la puerta de casa, no sabías qué podía pasar. En mi primer día, un chico me paró por la calle y me escribió un poema y después, el mismo día, un viejo loco comenzó a darme trucos de moda en la parada de autobús”. Lo que está claro es que volverás a casa con un montón de historias.
4. Estudiar en universidades de nivel internacional
En Rusia se le da mucha importancia a la educación y un 54% de las personas entre 25 y 64 años tiene un título universitario. Este respeto por la educación se refleja en la calidad de las universidades rusas, que atraen más de 250.000 estudiantes extranjeros cada año. Muchos centros de educación superior con prestigio, como MGIMO o la Universidad Estatal de San Petersburgo, también ofrecen cursos en inglés para extranjeros.
Es cierto que hay pocas universidades en los puestos altos de la universidades del mundo (la Universidad Estatal de Moscú ocupa el puesto 95) pero no dejes que eso te eche atrás. Es posible que esto tenga que ver con el hecho de que el sistema de departamentos académicos con estándares estadounidenses ha comenzado a aplicarse recientemente. Las universidades rusas tienden a ofrecer cursos en una o dos carreras principales, un factor que hacer que no suban en los índices, independientemente de la ética de trabajo o de la calidad educativa. Y además, los estudiantes rusos suelen ser inteligentes y motivados, así que pronto acabarás mezclado entre ellos.
5. Ahorrar dinero
Una de las principales ventajas de estudiar en Rusia es el alojamiento gratuito que ofrecen la mayoría de las universidades. Conocidas como obshagas, las residencias universitarias rusas son un experiencia en sí misma. Si usas la cocina o el baño, prepárate para experimentar cada aspecto de la vida de manera comunal. Esto tiene su parte mala para aquellos que valoran la intimidad y sus espacios propios, pero seguro que conoces mucha gente y es gratis, así que vale la pena.
Además del alojamiento, los costes de la vida cotidiana suelen ser menores que en Europa y EE UU, incluso en ciudades más caras como Moscú o San Petersburgo. Esto es especialmente cierto si tienes dólares o rublos, ya que la tasa de cambio es mucho mejor a la que había antes de 2014, cuando el rublo estaba más fuerte. Para Ciara, irlandesa que pasó un año de intercambio en Rusia en 2015, esto fue una sorpresa agradable: “En realidad vivía de manera más cómoda en Moscú que en casa, debido a la tasa de cambio, ya que podía permitirme comer fuera”.
6. Ampliar tus horizontes
Vamos a ser claros. La mayoría de los occidentales cree en algún estereotipo negativo sobre Rusia, lo que puede hacer que no quieran visitar el país. Ir a Rusia como estudiante es una oportunidad perfecta para cuestionar esos puntos de vista, ya que experimentarás la vida cotidiana y te comunicarás con gente de tu edad.
Además, lo más probable es que la mafia no te robe por la calle (en realidad la tasa de criminalidad de Moscú es menor que la de Nueva York o Londres). Si vienes aquí y hablas con la gente local, seguramente te lleves una grata sorpresa, por lo menos entenderás algunas perspectivas diferentes. Tras experimentarlo de primera mano quizá te parezca que el tratamiento mediático que hay de Rusia es sensacionalista. Simplemente, ven con la menta abierta y Rusia te acogerá con los brazos abiertos.
7. Experimentar la vida en una gran ciudad
En comparación con otros países europeos, Rusia tiene ciudades enormes. Con una población de 17 millones de habitantes de manera oficial en el área urbana, Moscú es, de lejos, la mayor ciudad de Europa. Por su parte, con 5,3 millones, San Petersburgo ocupa el quinto puesto. Además hay otras 15 ciudades con una población superior al millón de habitantes. Las ciudades rusas tienden a ser enormes, con colosales bulevares y grandiosos edificios. No hay nada como la dinámica sensación de emoción que provoca una ciudad rusa y si estás en Moscú o en San Petersburgo, también puedes asomarte a la vibrante vida nocturna que ofrecen estas urbes. Aprovecha la oportunidad de aprender ruso mientras puedas, quizá nunca vuelvas a tener una experiencia como esta.
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