Un vodka cuya botella está decorada con letras cursivas doradas, el Hotel Moskvá como fondo y ribeteada con dos rayas rojas, se convirtió en la quinta de las marcas más vendidas de esta bebida en el mundo en 2017. Mientras tanto, en la sombra se desarrolla una feroz guerra por esta marca entre dos productores, que ha incluido redadas policiales y demandas por varios millones de dólares.
Una turbia privatización
Un día de diciembre de 2002, un escuadrón de la policía de Moscú asaltó una oficina de la calle Dolgorúkovskaia. Los funcionarios registraron el edificio durante 22 horas y revisaron documentos que ocupaban cuatro de los pisos del inmueble.
La oficina pertenecía a un magnate del alcohol ruso, Yuri Shéfler. A principios de ese mismo año, Shéfler huyó de Rusia porque se enfrentaba a una potencial pena de prisión por apropiarse ilegalmente de derechos de marca de del vodka Stolíchnaia, una de las marcas de esta popular bebida rusa más famosas del mundo.
Rusia afirma que Shéfler se hizo ilegalmente con una serie de marcas registradas a precio por debajo del mercado, aprovechando el caos de finales de los años 90. Por aquel entonces, el empresario pagó 45 millones de dólares por marcas cuyo valor ha sido tasado posteriormente entre 400 millones de dólares y 1,4 billones.
"El trabajo fue completamente paralizado", declaró Serguéi Boguslavski, director general adjunto de la oficina de Moscú de la empresa SPI (propiedad de Shéfler), inmediatamente después de la incursión de Moscú en 2002.
Los riesgos que conllevó la operación de adquisición, sin embargo, parecían valer la pena: la producción y exportación del vodka Stolíchnaia, según varias fuentes, hizo amasar al Grupo S.P.I., una cantidad entre 500 y 680 millones de dólares en ganancias anuales.
Operando la compañía desde Gran Bretaña, el empresario exiliado siguió haciendo millones exportando Stolíchnaia y sus múltiples variaciones a EE UU y otros mercados internacionales. Mientras tanto el Gobierno ruso comenzó un costoso litigio contra la compañía de Shéfler, al mismo tiempo que producía y vendía su propia marca de Stolíchnaia.
Costoso litigio
A pesar de la fatiga por el oneroso proceso legal, las compañías rivales siguen peleando por la propiedad de la marca y el reparto de las multimillonarias ganancias obtenidas. La empresa Sojuzplodoimport, propiedad del Gobierno ruso, produce Stolíchnaia en Kaliningrado, Rusia, mientras que S.P.I. Group, propiedad de Shéfler, reubicó su línea de producción en Letonia.
El 9 de enero de 2018, un tribunal holandés sentenció que los derechos del vodka Stolíchnaia pertenecen a la empresa de propiedad estatal Sojuzplodoimport y que S.P.I. Group debe reembolsar a esta todos los beneficios obtenidos en el mercado del Benelux desde 1999.
Shéfler ha presentado una apelación al fallo del tribunal neerlandés, mientras que los vencedores afirman que se ha hecho justicia. Pero este mercado regional es una pequeña parte del total donde se comercializa la popular marca. A medida que aumentan las ganancias, seguramente continuará la disputa.
¿Te sorprendió esta historia? Pues espera a leer Cuando la URSS vendió a Pepsi una flota de combate.