1. El monasterio de Strastnoi en Moscú
En la década de 1930, Iósif Stalin firmó un Plan General de Reconstrucción de Moscú. Se ensancharon y reconstruyeron muchas calles y se crearon nuevos centros de transporte. Como resultado, decenas de edificios antiguos desaparecieron. Como parte de la política antirreligiosa, las antiguas iglesias fueron voladas una tras otra. Por ejemplo, en 1937, el antiguo monasterio Strastnoi (de la Pasión) fue demolido como parte de la reconstrucción y ampliación de la calle Gorki (actual calle Tverskaia). La plaza Pushkínskaia, con su teatro musical y el monumento al poeta Alexander Pushkin, ocupan ahora el lugar.
El monasterio fue construido en el siglo XVII bajo el mandato del primero de los zares Romanov, Mijaíl Fiodorovich. La reliquia más importante del monasterio era el icono de la Madre de Dios "De la Pasión". Según la leyenda, tenía poderes curativos. El monasterio sufrió daños y fue saqueado por los franceses en la guerra de 1812 con Napoleón; su campanario informó a la ciudad de que las tropas enemigas se habían retirado.
2. El Palacio de Verano de Isabel Petrovna en San Petersburgo
El palacio era una joya del barroco ruso del siglo XVIII que databa del reinado de la hija de Pedro I, Isabel. Su arquitecto fue el italiano rusificado Bartolomeo Rastrelli, que diseñó todos los palacios más famosos de San Petersburgo, desde el Palacio de Invierno hasta Peterhof.
Sólo se conserva un grabado que representa el palacio, junto a una descripción del mismo: “Más de 160 apartamentos, incluyendo una capilla, un salón y galerías. Todo estaba adornado con espejos y ricas esculturas”. La residencia de verano pretendía ser la culminación del suntuoso proyecto del Jardín de Verano. Tras la muerte de Isabel Petrovna, Catalina II pasó una temporada aquí, donde dio a luz a un hijo, el futuro emperador Pablo I. Éste, a su vez, haría demoler el palacio para que en su lugar se construyera el castillo Mijailovski, rodeado de un foso lleno de agua. Por una de las ironías de la historia, Pablo I sería asesinado por conspiradores en su nuevo castillo, que sobrevive hasta nuestros días.
3. La Iglesia del Icono de Tijvin en Irkutsk
La iglesia de piedra dedicada al icono de Tijvin de la Madre de Dios fue construida en 1754 y financiada por el comerciante más rico de Irkutsk, Iván Bechevin.
Era un vivo ejemplo del llamado barroco siberiano, que combinaba con fantasía el diseño ornamental ruso con elementos de origen oriental y budista: arcos de varios niveles e incluso una Rueda del Dharma. La iglesia se cerró en el período soviético y cayó en el deterioro, y en 1932 fue completamente demolida.
4. La Rotonda de Shújov en Nizhni Nóvgorod
El arquitecto de la famosa Torre Shújov de Moscú fue un innovador en el campo de las estructuras metálicas. En 1896 Shújov construyó un pabellón redondo de 68 metros de diámetro para la Exposición Industrial y Artística de toda Rusia.
La rotonda estaba cubierta por un singular armazón de acero enrejado, y en su parte central empleaba el primer techo de membrana curvado del mundo. Más adelante, en el siglo XX, arquitectos de todo el mundo utilizarían estructuras similares. Después de la exposición, la rotonda se trasladó a la ciudad turística de Yessentuki, en el territorio de Stávropol, pero acabó siendo demolida en el periodo soviético.
5. La iglesia de la Dormición en Kondopoga, Carelia
El norte de Rusia es famoso por su arquitectura de madera, pero los incendios han destruido la mayoría de sus antiguas iglesias.
Las que han sobrevivido han sido declaradas patrimonio de la humanidad por la UNESCO: han sido restauradas y conservadas cuidadosamente. Sin embargo, en el verano de 2018 los entusiastas de la arquitectura rusa se vieron sorprendidos por la trágica noticia de que esta singular iglesia del siglo XVIII se había quemado. En el transcurso de tres horas el fuego destruyó casi por completo esta obra maestra de la arquitectura que, con 42 metros, había sido uno de los edificios de madera más altos de Rusia.
El iconostasio de cinco niveles de la iglesia se perdió, así como su techo con una composición pintada única titulada La Divina Liturgia.
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