Hace más de 250 años, los alemanes comenzaron a establecerse en Rusia, invitados por Catalina la Grande. En 1762, Catalina, que fue una princesa alemana antes de sentarse en el trono imperial ruso, emitió manifiestos invitando a los alemanes a inmigrar y cultivar las tierras rusas. Los colonos procedían de Baviera, Baden, Hesse, el Palatinado y Renania. Se establecieron en el río Volga y en el sur, en Crimea. Cuando se construyó el Ferrocarril Transiberiano, se adentraron más en el país, buscando nuevas tierras y una nueva vida.
Aquí hay tienes algunos datos interesantes sobre los alemanes siberianos que pueden sorprender incluso a sus parientes en Europa.
Se trasladaron a Siberia por propia voluntad
La mayoría de los alemanes se mudaron a Siberia voluntariamente, cuando se construyó el ferrocarril transiberiano. Sus familias crecían y no había suficiente tierra en el sur de Rusia. Normalmente enviaban a un miembro de la familia por delante para recoger información sobre nuevas tierras, mientras que el resto de ellos se le unían más tarde. En el sur, las tribus nómadas asaltaban los hogares de los colonos, y como menonitas, su religión les prohibía usar armas. Estas personas fueron en busca de tierra a Siberia y más tarde fundaron más de 100 aldeas en la región de Omsk.
Pueden hablar alemán en Europa sin un intérprete
Los alemanes de Siberia conservaron su idioma durante más de 200 años después de abandonar su país de origen, hablándolo en casa y en diversos eventos culturales. El idioma que hablan no cambió mucho después de que se mudasen a Rusia, y mientras el alemán en Europa se modernizó un poco, ambos colectivos se entienden sin mucho problema.
Cuando los alemanes siberianos de Omsk viajan a Baviera, son capaces de hablar su versión del alemán, nos comentó Andreas Dell, el Coordinador de la Juventud de la Casa Germano-Rusa de Omsk. “Fuimos a Baviera y pudimos usar nuestro dialecto alemán siberiano allí sin problemas. En Alemania, hay muchos dialectos muy diferentes entre sí, pero el de Baviera era muy similar al nuestro.” Elizavetta Graf, también de la casa germano-rusa de Omsk, añadió: “También se hablan otros dialectos alemanes en Omsk, como el suabo y el Essensch, que se usa e Essen”.
Sus pueblos y casas son exactamente igual que las de Alemania
Hubo muchos colonos en Siberia, incluyendo rusos, ucranianos, polacos, kazajos y alemanes, pero aún hoy se pueden reconocer fácilmente los pueblos alemanes. Las aldeas y granjas germanas, por regla general, eran construidas según un modelo único. En el centro del pueblo había una iglesia o casa de culto y una escuela. Inicialmente, en los pueblos alemanes de Siberia habría una gran familia en un hogar común. Las granjas a menudo llevaban el nombre de los propietarios, pero durante la colectivización esto fue abolido.
Además, las casas de Alemania y las construidas por los alemanes siberianos comparten el mismo plano, una casa larga con un pasaje cálido que conecta el granero y la cocina, generalmente con un techo en forma de U.
Todavía se casan igual que lo hacían en Alemania
Las tradiciones de boda alemanas no han cambiado en los siglos desde que los alemanes de Siberia dejaron Europa occidental. La preparación de la boda incluye la invitación a la pareja, que es gestionada por los parientes, que van de casa en casa. Atan una cinta en la de aquellos que aceptan asistir, permitiéndoles tener claro pronto cuántos invitados tienen.
Normalmente, la celebración de la boda tiene lugar en la casa del novio. Se limpia y se decora. El día de la boda, la novia se levanta tarde, porque es la última noche que pasa en la casa de sus padres, por lo que ese día puede permitirse dormir más tiempo. Más tarde, los invitados comienzan a reunirse. Desde la antigüedad, era costumbre comenzar la ceremonia justo antes del mediodía. Esto aclara el nombre de la boda, “hochzeit”, que literalmente significa "hora punta".
Saben cómo hacer ‘strudel’, pero no recogen hongos
Los alemanes de Siberia han conservado sus tradiciones culinarias incluso cuando están lejos de su tierra natal. “Todavía hacemos salchichas caseras usando estos tubos, que llamamos ‘jeringas’. También usamos mantequeras de un tipo concreto”, dijo Graf. Todavía se pueden encontrar viejas máquinas alemanas para hacer gofres en muchas casas.
La cocina ha conservado muchas recetas del viejo país, incluyendo el strudel y el Riwellkuch.
Este strudel, nada que ver con el pastel de manzana, es un plato de carne, col y patatas cocidas al vapor que se se sirve con pan.
El Riwellkuch es un pastel tradicional alemán con la parte superior desmoronada. A los alemanes siberianos les gusta la “comida casera” para mantenerse calientes en el invierno siberiano, pero no recogen setas como sí hacen sus vecinos eslavos.
Después de tantos años en Rusia, a pesar de preservar muchas tradiciones, la cultura rusa ha dejado en ellos su huella. Se consideran a sí mismos alemanes, pero alemanes siberianos, y, como dice el proverbio ruso, “Nací, donde me necesitaban”.
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