A principios del siglo XX, el químico y fotógrafo ruso Serguéi Prokudin-Gorski desarrolló un proceso complejo para obtener fotografías en color, vivas y detalladas. Su visión de la fotografía como una forma de educación e iluminación puede entenderse con especial claridad a través de sus fotografías de monumentos arquitectónicos en lugares históricos en todo el corazón de Rusia.
Entre los lugares visitados por Prokudin-Gorski en 1912 estuvo la ciudad de Kolomna, situada a unos 113 km al sur de Moscú. Mi trabajo fotográfico en la región de Kolomna se desarrolló a lo largo de más de dos décadas a partir de 1992.
Kolomna es uno de los centros provinciales más atractivos de Rusia. Sus monasterios, que la dotan de una silueta histórica, están siendo restaurados, y sus numerosas casas de comerciantes de principios del siglo XIX le confieren un encanto neoclásico.
Una ciudadela estratégica
La primera mención de Kolomna en las crónicas medievales hace alusión a un enfrentamiento en 1177 entre Vsévolod Gran Nido, gran príncipe de Vladímir, y su rival el príncipe Gleb de Riazán. Dentro del vasto espacio de la Rus medieval, luchas similares libradas entre principados fueron frecuentes en los siglos XII y principios del XIII.
Sin embargo, estos conflictos regionales fueron nada comparados con la devastadora invasión mongola de 1237-41. Abrumada por la ola inicial de ataques, Kolomna fue devastada en 1237, aunque no sin plantar antes una feroz resistencia. Kulkan, el hijo menor de Gengis Kan, murió durante la batalla por Kolomna.
Desde principios del siglo XIV, los príncipes de Moscú valoraban Kolomna como una ciudadela estratégica que protegía su frontera sur. Situada no muy lejos del punto en el que el río Moscú desemboca en el Oká (principal afluente occidental del Volga), Kolomna era una encrucijada de rutas comerciales que surgían de gran parte del centro de Rusia. Este movimiento de mercancías a través de la ciudad crearía la base de una duradera cultura mercantil.
A pesar de su creciente prosperidad, Kolomna experimentó una serie de catástrofes en el siglo XIV, incluyendo un brote de peste en 1363 y el saqueo por el ejército del kan tártaro Toqtamish en agosto de 1382. Sin embargo, Kolomna demostró su resistencia en 1379 con la construcción de su primera gran iglesia, dedicada a la Dormición de la Virgen. Fue a la sombra de esta iglesia (una vez terminada) que el gran príncipe de Moscú, Dmitri Donskói, celebró un servicio de oración en preparación para la gran batalla contra el kan tártaro Mamái en Kulikovo en septiembre de 1380.
Monasterios fuera de los caminos trillados
Curiosamente, no hay pruebas de que Prokudin-Gorski fotografiase a Kolomna. En cambio, se dirigió a las afueras de la ciudad, cerca de la línea principal de ferrocarril, en dirección a Riazán.
Allí, en el pueblo de Golutvin, tomó varias vistas del monasterio de Epifanía de Golutvin (conocido después de 1800 como antiguo monasterio de Golutvin). En el momento de su visita, en verano, el monasterio estaba pintorescamente situado en medio de un gran campo de patatas en flor. Sus fotografías demuestran su fascinación por este curioso conjunto arquitectónico.
El monasterio de Golutvin fue fundado por el gran príncipe Dmitri Donskói de Moscú alrededor de 1384. A finales del siglo XIV, al parecer ya tenía una pequeña iglesia de mampostería.
La primera estructura que se conserva del monasterio es la catedral de la Epifanía, cuyas murallas datan de entre 1700 y 1701, habiendo sufrido importantes modificaciones en el siglo XVIII. De diseño ascético, la catedral cuenta con una pequeña cúpula y escasos detalles decorativos en las fachadas. Sus grandes ventanales, sin embargo, inundan el interior de luz de una forma atípica en las iglesias rusas.
En 1800, el estatus formal del antiguo monasterio de Golutvin se degradó, siendo puesto bajo la administración del monasterio de la Natividad de la Virgen de Bobrénev en las afueras del norte de Kolomna, de hecho, el nombre de Golutvin fue apropiado por el convento de la Trinidad en el centro de Kolomna: “Nuevo monasterio de Golutvin”.
Sin embargo, el monasterio de Golutvin original continuó funcionando e incluso ampliándose. Por ejemplo, en 1828-33 su iglesia refectorio de San Sergio de Rádonezh fue reconstruida en gran parte. Las iglesias del refectorio, que tenían un comedor adosado (de ahí su nombre), eran una parte distintiva y esencial de la vida monástica rusa. Estas fueron mencionadas en fuentes escritas en el siglo XVI y probablemente ya existía en madera a principios del siglo XV.
Desde sus fachadas y frontones hasta su cúpula, las proporciones de la iglesia de San Sergio la convierten en uno de los mejores ejemplos del neoclasicismo tardío de Kolomna. Aunque su interior fue vaciado durante el período soviético, la iglesia ha sido restaurada para llevar a cabo servicios religiosos.
También se restauraron dos alas del claustro, reconstruidas a principios del siglo XIX como parte de la muralla norte del monasterio. Un edificio separado para la residencia del abad, situado en la esquina noroeste de la iglesia del refectorio, fue finalizado en dos etapas, entre 1811 y 1818.
Muros y torres
La característica más colorida del antiguo monasterio de Golutvin son las torres de su muralla. Como para compensar el ascético diseño general del monasterio, las torres muestran una panoplia de motivos arquitectónicos.
Construidas en ladrillo rojo con detalles en piedra caliza, las torres reflejan los caprichos arquitectónicos del distinguido constructor moscovita Matvéi Kazakov, que conocía bien Kolomna, hizo una serie de dibujos de la ciudad y participó en su reconstrucción tras el incendio de 1777.
Kazakov era partidario del neoclasicismo, pero al igual que su contemporáneo Vasili Bazhénov, le atraían las posibilidades que ofrecía el estilo seudogótico, que combinaba la moda seudogótica europea con elementos de la arquitectura medieval moscovita, como las murallas del Kremlin. Catalina la Grande era una apasionada del estilo seudogótico, y tanto Kazakov como Bazhénov se dedicaron a trabajar en su hacienda imperial de Tsarítsino (ahora en la parte sur de Moscú), que tiene formas que se asemejan a las torres de Golutvin.
Aunque los diseños de las torres se han atribuido a Kazakov, otra opinión afirma que las murallas y las cuatro torres bajas originales se terminaron en 1763, mientras que las formas afiladas de otras torres formaron parte de una expansión de las murallas realizada principios del siglo XIX. El estilo neogótico de ladrillo todavía era muy presente en la arquitectura rusa del primer tercio del siglo XIX, y hay otras torres similares que datan de la misma época en otros monasterios de Kolomna.
Entre las torres más importantes se encuentra la del campanario, construida con ladrillo a finales del siglo XIX y que conserva detalles neoclásicos de piedra caliza. Una de las características interesantes de esta estructura de cuatro niveles es su ubicación sobre la puerta principal del monasterio. La práctica habitual en Rusia es colocar una iglesia en esta ubicación, y de hecho, en el nivel inferior del campanario se encuentra la puerta de la iglesia de la Presentación, diseñada en estilo neoclásico.
Cualquiera que sea su cronología, las torres de Golutvin no sólo son estructuralmente atrevidas, sino que también son deliciosos ejemplos de fantasía en la arquitectura rusa. Las fotografías de Prokudin-Gorski transmiten su atractivo como reflejo de una cultura del pasado.
Afortunadamente, su construcción robusta las permitió sobrevivir a través de décadas de abandono, como lo demuestran mis fotografías hechas a mediados de la década de los 90. Claramente visibles desde la línea principal del ferrocarril, continúan deleitando.
A principios del siglo XX, el fotógrafo ruso Serguéi Prokudin-Gorski ideó un proceso complejo para realizar fotografías a color. Entre 1903 y 1916 viajó a través del Imperio ruso y tomó más de 2.000 fotografías con este proceso, que implicaba realizar tres exposiciones en una placa de vidrio. En agosto de 1918, abandonó Rusia y finalmente se instaló en Francia con gran parte de su colección de negativos de vidrio. Tras su muerte en París en 1944, sus herederos vendieron la colección a la Biblioteca del Congreso. A principios del siglo XXI, la Biblioteca digitalizó la Colección Prokudin-Gorski y la puso gratuitamente a disposición del público mundial. Muchas web rusas tienen ahora versiones de la colección. En 1986 el historiador arquitectónico y fotógrafo William Brumfield organizó la primera exposición de fotografías de Prokudin-Gorski en la Biblioteca del Congreso. Durante un período de trabajo en Rusia, a partir de 1970, Brumfield ha fotografiado la mayoría de los sitios visitados por Prokudin-Gorski. Esta serie de artículos comparará las vistas de Prokudin-Gorski de los monumentos arquitectónicos con fotografías tomadas por Brumfield décadas más tarde.
Pincha aquí para descubrir el impresionante monasterio de la Dormición de Stáritsa.