Maloyaroslávets es una pequeña ciudad situada a unos 120 km al suroeste de Moscú. Su institución espiritual más importante, el monasterio de San Nicolás-Chernoostrovski, ha luchado a lo largo de su historia. Sin embargo, esta ciudad y su monasterio (recientemente revivido como convento) fueron fundamentales para la derrota de Napoleón y su Gran Armee.
Fue esta historia la que el fotógrafo y químico ruso Serguéi Prokudin-Gorski esperaba captar cuando visitó Maloyaroslávets en el verano de 1912, como parte de un proyecto más grande para documentar sitios relacionados con el centenario de la invasión napoleónica de Rusia utilizando su singular proceso fotográfico en color (ver último parrafo).
La ciudad fue el lugar de un momento decisivo en la catastrófica retirada de Moscú de la Gran Armee de Napoleón. El 24 de octubre de 1812, las fuerzas rusas montaron una furiosa defensa de Maloyaroslávets, obligando a las fuerzas de Napoleón a retirarse, en lugar de hacia el sur (en busca de algún territorio más cálido), de vuelta a lo largo de un camino congelado hacia el desastre. Prokudin-Gorski estaba especialmente interesado en el monasterio de San Nicolás-Chernoostrovski, que estuvo en el epicentro de la batalla.
Los negativos de vidrio originales de Prokudin-Gorski correspondientes a esta visita no fueron encontrados en la parte de su colección vendida a la Biblioteca del Congreso, pero varias pequeñas impresiones monocromas hechas para sus álbumes han sobrevivido y proporcionado información valiosa. Mis fotografías de la ciudad y el monasterio fueron tomadas a finales de 2015, poco más de dos siglos después de la invasión.
Historia temprana
Maloyaroslávets (28.000 habitantes en la actualidad) se encuentra a orillas del río Luzha, afluente derecho del Protvá, que a su vez desemboca en el Oká, parte de la cuenca del Volga. La ciudad aún conserva los restos de un montículo aplanado que sirvió como ciudadela para una tribu de viátichi, eslavos locales que fueron sometidos por el príncipe Sviatoslav de Kiev en la segunda mitad del siglo X.
La ciudad actual, sin embargo, fue fundada a finales del siglo XIV por el príncipe Vladímir el Valiente de Sérpujov (1353-1410), quien le dio el nombre de su cuarto hijo, Yaroslav. La primera referencia escrita a Yaroslávets se produjo en el año 1402, que se considera la fecha de fundación de la ciudad. En 1485, fue absorbida por el principado de Moscú en rápida expansión y fue designada como Maloyaroslávets (“Pequeña Yaroslávets”), tal vez para diferenciarla de la ciudad mucho más grande de Yaroslavl.
Durante los siglos siguientes, Maloyaroslávets se convirtió en un modesto centro local. En 1776, durante las reformas administrativas de Catalina la Grande llevadas a cabo en las provincias de Rusia, la ciudad quedó ubicada dentro de la provincia de Kaluga.
El santuario más antiguo de la ciudad, la catedral del icono de la Virgen de Kazán, fue construido a principios del siglo XVIII y recientemente restaurado. Su cúpula y campanario son visibles en una vista general tomada por Prokudin-Gorski.
Un monasterio tenaz
No hay pruebas claras de la fecha de fundación de la principal institución espiritual de la ciudad, el monasterio de San Nicolás-Chernoostrovski, situado en una altura conocida como “Fuerte Negro”, no lejos de la antigua ciudadela. La primera referencia escrita data de 1621, pero la evidencia sugiere que al menos una iglesia dedicada a San Nicolás fue erigida por el clan local de los príncipes Obolenski en el mismo lugar, a finales del siglo XV
El primer historiador del monasterio, el prominente clérigo archimandrita Leonid (Kavelin), escribió en 1863 que probablemente surgió a finales del siglo XVI tras la absorción de Maloyaroslávets por el principado moscovita. En 1610, el monasterio fue devastado por las fuerzas polaco-lituanas durante la crisis nacional dinástica y social conocida como el Periodo Tumultuoso. Las pruebas indican que el monasterio y su iglesia principal no se recuperaron hasta mediados del siglo XVII.
El monasterio de San Nicolás permaneció en una situación precaria durante el siglo siguiente. Como parte de la reorganización de la administración monástica de Catalina la Grande, el monasterio fue disuelto en 1775 por falta de medios financieros adecuados.
A pesar de este revés, el sentimiento local favoreció la restauración, y apareció un importante apoyo financiero del comerciante moscovita Terenti Tselebéiev. Con la creación de la diócesis de Kaluga en 1800, su renacer le fue confiado a monjes de la cercana Óptina Pustyn, uno de los principales centros espirituales de Rusia en el siglo XIX.
En 1809, padre Makarius se convirtió en un hábil administrador de la institución, dirigiendo la reconstrucción del monasterio. Los progresos de Makarius, sin embargo, fueron interrumpidos por los trascendentales acontecimientos de finales de octubre de 1812, que acabaron con la plácida existencia de Maloyaroslávets.
En el fragor de la batalla
Aislados en medio de las ruinas de Moscú y sin perspectivas de que Rusia se aviniese a firmas la paz, Napoleón y su reducido ejército (unos 110.000 soldados) comenzaron su éxodo de vuelta el 19 de octubre. Debido a la falta de alimento para los caballos, la Grand Armee se enfrentó a carencias catastróficas para su caballería, la artillería y el transporte. La intención era reponer los suministros agotados marchando hacia el suroeste en dirección a Kaluga, hacia un territorio relativamente intacto.
Sin embargo, el camino al suroeste de Moscú estaba amenazado por el ejército ruso, todavía una importante fuerza de combate pese a la catastrófica batalla de Borodinó del 7 de septiembre, gracias al mariscal de campo Mijaíl Kutúzov. Al establecer su campamento principal en Tarútino, en la antigua carretera de Kaluga, Kutúzov había cubierto con ingenio las principales rutas del sur disponibles para la retirada de Napoleón.
El 18 de octubre, las fuerzas rusas derrotaron una operación de sondeo del mariscal Joachim Murat cerca de Tarútino, una señal de que el ejército de Kutúzov estaba lleno de ardor bélico. Cambiando a la nueva carretera de Kaluga, el ejército de Napoleón llegó a Bórovsk el 22 de octubre y comenzó a moverse hacia Maloyaroslávets.
El 23 de octubre, ambos bandos estaban confundidos en cuanto a la ubicación exacta del cuerpo principal de las fuerzas enemigas. Alarmado por las incursiones de la caballería rusa, Napoleón envió su 13ª División, comandada por Alexis Joseph Delzons, por delante de Maloyaroslávets a principios del 24. Kutúzov ordenó al general Dmitri Dojturov, comandante del 6º Cuerpo, que contrarrestara este movimiento y, a medida que avanzaba el día, ambos bandos enviaron más fuerzas a la batalla.
Varias veces, los franceses cruzaron el río Luzha por el prado de San Juan (Ivánovski Lug) y subieron a las alturas cerca de la iglesia de San Juan Bautista y el monasterio de San Nicolás. Como parte de su documentación de los campos de batalla, Prokudin-Gorski fotografió el prado junto al río Luzha. Mis fotografías muestran una notable preservación de este histórico paisaje.
La ciudad misma, que contaba con unos 1.500 habitantes, cambió de manos ocho veces durante un día de combate salvaje. Las pocas calles fueron consumidas por las llamas, y muchos de los heridos murieron en las ruinas ardientes. Las pérdidas rusas ascendieron a unos 7.000 efectivos, y los franceses sufrieron quizás hasta 6.000 bajas, incluido el general Delzons.
Situado en la cima de un acantilado con vistas al prado de San Juan, el monasterio se convirtió en un punto central de la lucha. Uno de los momentos dramáticos vividos aquel día fue recreado en un diorama pintado por Efim Deshalit en 1987. Este muestra las tropas del general Mijaíl Borozdin, del 8º Cuerpo de Infantería, reemplazando a las fuerzas agotadas de Dojturov, que habían resistido repetidos ataques franceses durante varias horas alrededor del monasterio. El diorama se exhibe ahora en una antigua capilla construida en 1860, uno de los tres museos de la ciudad dedicado a estos acontecimientos de 1812.
A medida que pasaba el día, Kutúzov abandonó la lucha por Maloyaroslávets y trasladó sus fuerzas a posiciones preparadas en el sur, bloqueando así de nuevo el camino a Kaluga. En una pequeña ciudad en ruinas y sin caballos para su caballería y artillería, Napoleón tomó la fatídica decisión de girar al noroeste, hacia el ya destruido camino a Smolensk. Maloyaroslávets demostró ser el choque decisivo en una semana que llevó a la Gran Armee de Napoleón hacia su agonía y fin.
Renacimiento como memorial
Después de la batalla, el monasterio quemado era una escena de devastación, envuelto por el hedor de miles de cuerpos en descomposición, de caballos y hombres. En pocos días, Makarius y un solo novicio regresaron a las ruinas para comenzar a hacer entierros masivos. Milagrosamente, el icono del Salvador, situado en la puerta principal del monasterio, estaba ileso.
El padre Makarius reanudó sus enérgicos esfuerzos para reconstruir el monasterio, ahora con nueva urgencia, dado su papel el edificio como santuario nacional de batalla. En 1813, el Santo Sínodo donó 3.000 rublos al esfuerzo, y al año siguiente, el comerciante Tselebéiev, en su lecho de muerte, dejó al monasterio toda su fortuna, unos casi 71.000 rublos (una suma enorme). Ese mismo año, el emperador Alejandro I también ofreció 10.000 rublos del tesoro público.
En 1817, el monasterio de San Nicolás fue reconstruido formalmente con su estatus de monumento de batalla. Sin embargo, los fuertes desniveles del terreno plantearon dificultades de construcción, y la imponente catedral neoclásica de San Nicolás fue consagrada sólo en 1843, cuatro años después de la muerte del padre Makarius. Prokudin-Gorski fotografió la catedral y el campanario a través de un profundo barranco situado al sureste del monasterio. Mis fotografías muestran la vista casi sin cambios.
La puerta principal del monasterio se dejó intacta, como monumento conmemorativo marcado con restos de metralla. La fotografía de Prokudin-Gorski muestra la puerta coronada con un icono del Salvador. Mis puntos de vista revelan pocos cambios, aparte del icono repintado.
Tras la Revolución bolchevique a finales de 1917, el monasterio fue nacionalizado y dejó de existir a mediados de la década de los años 20. La propuesta, realizada en 1925, de arrasar las estructuras para aprovechar sus ladrillos fue rechazada, pero la propiedad monástica fue confiscada o vandalizada. Los edificios sirvieron para diversos fines pedagógicos, museísticos y de vivienda.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Maloyaroslávets fue ocupada por los alemanes el 18 de octubre de 1941 y su liberación tuvo lugar el 2 de enero de 1942, después de los éxitos del Ejército Rojo en la batalla de Moscú. Afortunadamente, los daños al monasterio fueron limitados.
El historiador y experto en arquitectura estadounidense William Brumfield ha visitado muchos de los sitios más interesantes de Rusia, siguiendo los pasos de Serguéi Prokudin-Gorski, un químico y fotógrafo ruso que creó un proceso único para hacer fotografías en color a principios del siglo XX. Entre 1903 y 1916, Prokudin-Gorski viajó por el Imperio ruso y tomó más de 2.000 fotografías con el proceso, que incluía tres exposiciones en una placa de vidrio. En agosto de 1918, abandonó Rusia y finalmente se instaló en Francia con una gran parte de su colección de negativos de cristal. Tras su muerte en París en 1944, sus herederos vendieron la colección a la Biblioteca del Congreso de EE UU. A principios del siglo XXI, la Biblioteca digitalizó la Colección Prokudin-Gorski y la puso a disposición del público mundial. Una serie de webs rusas ahora disponen de versiones de esta colección. En 1986, William Brumfield organizó la primera exposición de fotografías de Prokudin-Gorski en la Biblioteca del Congreso. Durante un período de trabajo en Rusia, que comenzó en 1970, Brumfield ha fotografiado la mayoría de los sitios visitados por Prokudin-Gorski. Esta serie de artículos compara la visión de Prokudin-Gorski de los monumentos arquitectónicos con las fotografías tomadas por Brumfield décadas después.
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