Se desconoce el origen exacto del borsch, lo más probable es que apareciera por primera vez en las tierras de la Rus de Kiev. Sin embargo, una cosa se sabe con seguridad: ahora el borsch y sus diversas versiones gozan de una inmensa popularidad en toda Europa del Este.
En Rusia, solía ser más bien una sopa agria, a la que se añadían hojas de perejil y col, e incluso setas. Las patatas, los tomates y los pimientos dulces se añadieron al borsch a principios de la década de 1930. En la época soviética, esta sopa estaba siempre presente en los menús de todos los restaurantes y comedores.
Aquí hemos recopilado todos nuestros consejos que te ayudarán a preparar este venerable plato eslavo: el borsch.
1. Cuanto más grande, mejor
En primer lugar, hay que tener claro que el borsch no se prepara en pequeñas cantidades. Necesitarás al menos una olla de 3 litros. No te preocupes por tener demasiada sopa. Para eso están los amigos y la familia. Y si no, este es el tipo de sopa que mejora al segundo día, y puedes seguir saboreándola.
2. Añadir mucha carne y huesos
La base de un buen borsch es el caldo de carne. Las costillas, los trozos de jarrete o los rabos de buey son estupendos porque hacen que tu caldo sea superrico. Si tienes tuétano de hueso, añádelo sin dudarlo. El famoso escritor Mijaíl Bulgákov, en su novela El maestro y Margarita, mencionaba el tuétano como el mejor complemento del borsch. Las costillas o el jarrete de cerdo ahumados harán que el caldo quede más sabroso. Y no te olvides de la carne; debe haber mucha carne en el borsch.
3. Cuidado con la remolacha
Una vez resuelta la cuestión del caldo, puedes pasar a las verduras. La peculiaridad de la receta del borsch consiste, sobre todo, en la forma de cocinar las remolachas. Se pueden preparar de varias maneras: al vapor, hervidas o al horno, antes de añadirlas a la sopa. Para nosotros, la mejor forma de hacerlo es al horno, porque concentra su dulzor natural y su vibrante color. Si añades una cucharada de vinagre de manzana, el color de la sopa será más intenso. Las remolachas cocidas se mezclan con pimientos, seguidos de tomates y concetrado de tomate. Por regla general, las cebollas, las zanahorias y el ajo se cuecen por separado. Puedes añadir la remolacha en el último lugar (cinco minutos antes de que apagues el fuego) si no quieres que las patatas se tiñan. Si no es tu caso, sigue nuestras instrucciones a continuación.
4. Una sopa picante
Después de las verduras, una de las partes más esenciales del borsch es el condimento. La pimienta negra, hierbas como el perejil y el eneldo, la hoja de laurel y el ajo son muy importantes para el sabor. También puedes cocinar las verduras con manteca de cerdo para darle un toque especial a tu plato.
5. Más nata agria, no menos
El toque final es una cucharada de rica nata agria (smetana). Le da ese toque extra que te dejará completamente exaltado. Después de darse un festín de borsch como éste, tendrás que tomarte un pequeño descanso, aunque el divino olor de esta sopa no te permitirá pensar en otra cosa.
Ingredientes:
- 500 g de carne de vacuno con hueso
- 400 g de huesos de ternera
- 1 jarrete de cerdo ahumado
- 3-4 remolachas medianas
- 2 cebollas
- 1 zanahoria
- 3-4 dientes de ajo
- 1 pimiento rojo
- 3-4 tomates
- 2 cucharadas de concentrado de tomate
- 2-3 patatas
- ½ col
- 1 cucharada de vinagre de manzana
- Hoja de laurel
- Azúcar, sal, pimienta
- Manteca de cerdo
- Eneldo, perejil
- Nata agria
Preparación:
1. Prepara el caldo. Pon la carne en una olla grande y cúbrela con 3-4 litros de agua fría. Añade la hoja de laurel y unos granos de pimienta negra. Lleva el líquido a ebullición y elimina la espuma y las impurezas. Cuando el caldo ya no suelte espuma, baja el fuego a medio y tapa la olla. Dejar cocer el caldo durante 2-3 horas.
2. Cuando la carne se desprenda del hueso, el caldo estará listo. Retira los huesos y la carne del caldo. Corta la carne en trozos más pequeños y vuelve a ponerla en el caldo. Desecha los huesos.
3. Mientras se cuece el caldo, prepara las verduras. Lava las remolachas, pásalas por aceite y envuélvelas en papel de aluminio.
4. Calienta el horno a 200°C y cuece las remolachas durante 1-1,5 horas hasta que estén tiernas por dentro. Una vez cocidas, pela las remolachas y rállalas.
5. Corta el pimiento rojo y los tomates en dados y cocínalos en una sartén con un poco de manteca de cerdo.
6. Cuando estén tiernos, añade la remolacha rallada, una cucharada de azúcar y el vinagre. Cocinar durante 3 minutos. Luego, agregar el concentrado de tomate y cocinar durante 3 minutos más.
7. Pela y ralla la zanahoria.
8. Corta la cebolla en dados y pica el ajo.
9. En una sartén aparte añade la manteca de cerdo, y cocina las cebollas hasta que estén blandas y completamente translúcidas. A las cebollas, añade la zanahoria rallada, y una vez que esté tierna añade el ajo. Cocina durante 1 minuto más.
10. Al caldo con la carne, añade primero la mezcla de cebolla y zanahoria. Ponlo a hervir a fuego lento y cuécelo durante 3 minutos. A continuación, añade la mezcla de remolacha y vuelve a cocerlo a fuego lento.
11. Mientras la sopa hierve a fuego lento, pela y corta las patatas en dados pequeños. Añádelas a la sopa y cuécelas entre 8 y 10 minutos hasta que estén tiernas.
12. Corta la col en tiras y añádela a la sopa cuando las patatas estén cocidas. La col tardará unos 3 minutos en cocerse.
13. Una vez añadidas todas las verduras, sazona el borsch con sal, pimienta negra y hierbas aromáticas. Ahora apaga el fuego, tapa la olla y dejalo reposar la durante al menos una hora.
14. Después de tanto trabajo, por fin puedes darte un festín de borsch. ¡Y no te olvides de ponerle nata agria!.
¡Priyátnogo appetita!
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