Estos pasteles rusos de ‘ardilla’ te volverán loco de contento (Receta)

Cocina
OLGA BROVKINA
Llamado cariñosamente ‘Belochka’, este postre de la época soviética es un milagro culinario, ideal para celebraciones o simplemente para disfrutar con una taza de té aromático.

Hoy en día, es complicado seguir la pista del origen de este sorprendente dulce. Pero una leyenda dice que la primera receta de los pasteles con el nombre de “Belochka”, apareció por casualidad en el Cáucaso. Los fuertes lazos familiares son un pilar fundamental de su sociedad local y por eso todas las celebraciones se realizan a gran escala. Así, un día en que una familia se preparaba para una boda y tenía que idear nuevas ideas gastronómicas para sorprender a los invitados, se crearon estos sorprendentes y sabrosos pasteles “Belochka”. Gracias a los ingredientes, fácilmente disponibles, y a un proceso de cocción sin esfuerzo, este plato se hizo popular en todo el país.

Esta sabrosa delicia se hizo tan adorable que en muchos otros lugares adquirió otros nombres, como “Ternura” (Nezhnost), “Erizo” (Jozhik) o “Angélica”. Aunque a veces el nombre es diferente, las personas mayores recuerdan estos pasteles con el máximo amor y nostalgia por la Unión Soviética.

Las personas que vivieron en la época soviética recuerdan estos pequeños pasteles expuestos en las vitrinas de los cafés y las pastelerías. Mientras estos postres se horneaban en casa, a los niños les encantaba especialmente el momento en que se les confiaba la elaboración de los pasteles, con migas.

Aunque los gustos difieren, la receta no ha cambiado mucho desde su creación. Todo el proceso de cocción durará aproximadamente una hora o un poco más. Así que ¡empecemos!

Ingredientes para la masa

Ingredientes para hacer la crema

Preparación:

Tener todos los ingredientes medidos y listos para usar. Hacer los siguientes preparativos: a) Derretir la mantequilla (250 gr) y dejarla enfriar ligeramente; b) Mezclar la harina con la levadura en polvo; c) Secar las nueces en una sartén y picarlas - los trozos picados no deben ser muy pequeños.

Batir los huevos en un bol aparte y mezclar bien, añadiendo poco a poco el azúcar con el azúcar de vainilla. Es preferible utilizar una batidora.

Poner la batidora a velocidad baja y empezar a añadir los demás ingredientes. Verter la mantequilla derretida y enfriada, así como las nueces. Mezclar todo bien.

Añadir la harina con la levadura en polvo en porciones, mezclando constantemente hasta que se distribuya uniformemente. La consistencia de la masa debe ser media, es decir, ni espesa ni fina. Prestar atención a las fotos adjuntas.

Cubre el fondo de su bandeja de horno con papel de hornear o pergamino que tenga un diámetro de 30 × 40 cm; vierte la masa en ella y distribúyela uniformemente por toda la superficie con una espátula. Precalienta el horno a 180 grados Celsius y hornea el pastel grande durante 25-30 minutos.

Se puede determinar si el pastel está listo o no presionando en el centro. Si el dedo no se hunde, entonces todo está bien. Pon el pastel en una rejilla y dejar enfriar.

Pasemos a preparar la crema. Bate la leche condensada en un bol aparte con una batidora y empieza a añádele trozos de mantequilla por partes. Saca previamente la mantequilla de la nevera para que se ablande. Sigue mezclando la masa hasta que tengas una crema homogénea.

Corta el pastel enfriado en pequeños círculos. Tritura los recortes hasta convertirlos en migas en un bol aparte.

Obtendrás aproximadamente 30 bizcochos pequeños que deberás cortar por la mitad y a lo largo.

Poner la crema (una cucharadita) en cada mitad inferior; engrasar los lados de los pasteles y cubrir la parte superior con más crema y, finalmente, pasar cada pastel por las migas.

Repite la operación con todos los pasteles pequeños. Pon tu “Belochka” en la nevera durante un par de horas para que los pasteles se saturen de crema y se vuelvan tiernos y blandos.

Saca los postres del frigorífico y deja que se calienten durante 10-15 minutos antes de servirlos, ya que contienen crema de mantequilla. Disfrútalos con té, café o leche.

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