Cuatro platos rusos para sorprender a tus hijos

La cocina rusa es una deliciosa fuente de platos maravillosos que pueden convertirse fácilmente en éxitos del menú de tu hijo. Para empezar a exponerle a la comida rusa, prueba estas creativas  recetas tradicionales.

‘Pizza’ de sandía

Nada representa al verano como la sandía, y aunque la naturaleza ya la ha hecho bastante atractiva, con su centro rojo brillante y su rayada piel verde, prueba esta receta de un plato extraespecial.

Ingredientes:

  • Sandía grande
  • Tus frutas y bayas favoritas (kiwi, grosellas, nectarinas...)
  • Frutos secos
  • Nata montada, menta, coco o pepitas de chocolate para decorar

Preparación:

  1. Corta una sandía en trozos. Decórala con nata montada y cubre con fruta bien cortada (¡asegúrate de usar colores y formas que contrasten!).
  2. Espolvoréa la “pizza” con pedacitos de nuez, chocolate blanco y negro, menta o pepitas de coco.

Espaguetis ensartados

Los niños italianos no son los únicos que disfrutan de la pasta. Los espaguetis con salchicha han sido tradicionalmente uno de los platos más populares entre los estudiantes rusos, desde la época soviética hasta nuestros días. Hay variedades alocadas de este plato, y puedes estar seguro de obtener una buena risa de tus hijos si les sirves estas salchichas peludas”.

Ingredientes:

  • 200 gramos de espaguetis finos, partidos por la mitad
  • 8 perritos calientes, cada uno cortado en 6 trozos iguales
  •  2 cucharadas de mantequilla

Preparación:

  1. Pon a hervir una olla grande de agua. Enhebra cuidadosamente de 5 a 7 hebras de espagueti a través de cada pieza de perrito caliente.
  2. Cocina hasta que la pasta esté al dente, aproximadamente 6 minutos.
  3. Escurre y mezcla con la mantequilla. También puedes espolvorear con queso o usar espaguetis negros para hacer que el plato luzca aún más creativo.

Tarta de kartoshka de erizo

Sorprende a tus hijos con un postre original y delicioso con raíces de la era soviética: kartoshka en forma de erizos. Aunque el nombre del pastel deriva de la palabra “patata, este chocolate denso deleitó a todos los niños de la URSS. Su forma y color hacen que sea fácil de transformar en un lindo amigo del bosque.

Ingredientes:

  • 700 gramos de galletas
  • 2 latas de leche condensada
  • 150 gramos de azúcar en polvo
  • 3-4 cucharadas de cacao en polvo
  • 250 gramos de mantequilla
  • 4 cucharadas de semillas de amapola
  • 100 gramos de semillas de girasol (peladas)
  • unas pocas bayas secas (como los agracejos)

Preparación:

  1. Tritura las galletas y ponlas en un bol.
  2. Agrega el azúcar en polvo y el cacao en polvo.
  3. Vierte la leche condensada y la mantequilla ablandada. Mezcla bien con las manos.
  4. Enrolla la mezcla en bolitas, dale a cada una forma de “erizo (nariz respingona y no te olvides de hacer las cejas).
  5. Enrolla los erizos en semillas de amapola, dejando limpias sus caras. Usa bayas secas para hacer los ojos y las narices, y luego pon agujas” de semillas de girasol en sus espaldas.
  6. Refrigera entre 2 y 3 horas antes de servir.

Ponche de huevo con miel

Este cóctel fue inventado como una especie de medicina, pero pronto se convirtió no sólo en un bálsamo para la garganta, sino también en un gran postre. El Doctor Aibolit, cuyo nombre en ruso significa Oh, duele” y es una especie de versión rusa del Dr. Doolittle estadounidense, creía que el ponche de huevo era la panacea para todas las enfermedades. El amable anciano (cuya historia es familiar para todos los niños rusos, gracias al trabajo del renombrado autor Kornéi Chukovski) una vez fue enviado a África, donde trató a los animales enfermos con chocolate y ponche de huevo.

Ingredientes:

  • 1 huevo
  • 1 taza de leche tibia
  • 2-3 cucharadas de miel
  • 1,5-2 cucharadas de azúcar en polvo
  • 2 cucharadas de jugo de limón (a temperatura ambiente)

Preparación:

  1. Separa con precisión la clara de huevo de la yema.
  2. Añade miel a la yema y mezcla bien.
  3. Añade la leche y bate de nuevo.
  4. Agrega el jugo de limón.
  5. Agita la clara del huevo con azúcar.
  6. Vierte la mezcla de yema y leche en tazas, llenando con ella tres cuartos en cada vaso.
  7. Cubre con espuma de clara de huevo.

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