Di ‘no’ al helado y cambia a esta saludable alternativa de la era soviética (Receta)

Legion Media
Todavía tienes tiempo de aprovechar la temporada de fresas y abastecerte de materia prima para disfrutar de este refrescante sorbete durante el invierno.

Nunca me han gustado los helados pesados, y los sorbetes de bayas “duros como el hielo” ocupan un lugar destacado en mi lista gastronómica de favoritos. Durante mucho tiempo, cada verano, mi abuela ha llevado a cabo un ritual culinario especial: en junio desmenuza toneladas de fresas frescas, con azúcar, en un procesador de alimentos; luego llena pequeños vasos de papel con esta mezcla y los congela. Disfrutar de una taza de este milagro veraniego en invierno es lo mejor.

La inspiración de la abuela para hacer este manjar siempre ha sido el sorbete de bayas, una receta que data de la época soviética, cuando siempre se servía en auténticos vasos de papel y se comía como una paleta de helado. Era el único tipo de postre que no te dejaba sediento y que realmente te refrescaba en un día caluroso.

Lo mejor de los sorbetes es que no contienen leche ni ningún producto lácteo, por lo que son absolutamente perfectos para los días de verano. Puedes controlar también la cantidad de azúcar que añades a ellos, y aquellos que quieran que su sorbete sea extrasaludable pueden agregar solo un poquito y disfrutar de un postre verdaderamente natural. No hace falta decir que el sorbete es excepcionalmente apto para niños, tratándose de un tentempié agradable y saludable para ellos.

Personalmente, adoro los sorbetes caseros durante todo el año, como postre ligero de bayas con un sabor único, dulce y helado. En realidad, se puede hacer no sólo de frutas y bayas de temporada, sino también de congeladas: cerezas, grosellas, arándanos y así sucesivamente. El sorbete de fresa, sin embargo, es especial para mí en cuanto a su textura y sabor, así que te sugiero que lo pruebes. Aquí tienes una sencilla receta de sorbete que puedes hacer fácilmente con sólo cuatro ingredientes muy comunes.

Ingredientes:

  • 300 g de puré de fresa
  • 150 g de azúcar
  • 20 g de maicena
  • 500 ml de agua
  • menta fresca (opcional)

Preparación:

Para hacer el puré, pasa las fresas por una licuadora y déjalas en la nevera. Yo les añado menta fresca, machacándolas con las fresas para que el sabor sea único y fresco.

El siguiente paso es preparar el kisel, un líquido especial que hace que el sorbete sea más suave y consistente. Hay que tomar unos 400 ml de agua, mezclarla con azúcar en una sartén y llevar a ebullición.

En un recipiente aparte, mezcla los 100 ml restantes de agua con la maicena y añádela al almíbar obtenido. Prepara el kisel a fuego lento, revolviéndolo lentamente hasta que se espese y se vuelva ligeramente viscoso y pegajoso.

Deja el kisel a un lado para que se enfríe por unos 30 minutos. Luego mezcla adecuadamente el puré de bayas con el kisel; coloca la mezcla en un recipiente y déjala en el congelador.

Después de aproximadamente una hora, revuelve bien el sorbete y ponlo en el congelador. Repite este paso cada una o dos horas hasta obtener la consistencia deseada. Yo prefiero mi sorbete bastante suave, así que lo saco del congelador mientras no está demasiado helado. Finalmente, colócalo en tazas y disfruta.

¡Priyátnogo appetita!

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