Baranki, búbliki, sushki... cada uno de estos panecillos rusos tiene una fina capa brillante, resultado del escaldado antes de ser horneado, lo que prolonga su vida útil. Luego, por supuesto, está la obvia forma compartida: la de rosco. Pero si este trío de delicias es tan parecido, ¿cómo se pueden distinguir unas de otras?
Baranki
La primera referencia sobre la baranka aparece por primera vez, oficialmente, en un decreto de Pedro el Grande de 1725. Se creó en Bielorrusia, donde los lugareños formaban masa frita en manojos estrechos y luego los horneaban en obvaranki (más tarde rebautizado como baranki).
A partir de ahí, la receta (incluida el paso clave del prehorneado consistente en el escaldado con agua hirviendo) se extendió hasta Valdái, a 400 km al noroeste de Moscú.
El espesor de una baranka es de 1,7 a 2,2 cm, siendo el diámetro de 7 a 10 cm. Dependiendo de la variedad, se necesitan entre 35 y 45 baranki para hacer un kilogramo.
En la Unión Soviética, abundaban las variedades de baranki: simple, con vainilla, mostaza, limón, azúcar, amapola, dulce, fruta, almendra, azafrán y más. Aunque generalmente circulares, las baranki de vainilla y limón eran a menudo de forma alargada. La gente enhebraba con frecuencia baranki, como si fuese un collar grande, y los colgaba como decoración casera.
Búbliki
El búblik es un plato tradicional en Rusia, pero apareció por primera vez en Polonia y en la Odessa ucraniana. Aunque se asemeja a una baranka grande y rellena, un búblik (el nombre se deriva del verbo búblitsa, que significa “hincharse”) se hace de una masa que es más blanda que la utilizada en las baranki.
La tradición ucraniana exige que las baranki estén recubiertos de semillas de amapola (otro ingrediente popular es el comino). A mediados del siglo XX, se estableció un estándar para estos panecillos: el peso debía ser de 50 a 100 gramos, y los búbliki de leche deben contener 15 litros de leche por cada 100 kg de harina.
Los búbliki son parientes cercanos del bagel, aunque la masa para los panecillos es más blanda, similar al pan de levadura ordinario. Los búbliki son más firmes y más densos.
Sushki
Según una antigua definición rusa, una sushka es una baranka delgada que ha sido secada. Las sushki son los bollitos más pequeños horneados en Rusia. Su diámetro varía de 4 a 12 cm, y su espesor no supera los 1,5 cm. Las sushki, así como los búbliki y las baranki, se hacen con harina de trigo. Pueden tener diferentes sabores, como vainilla o mostaza, y pueden ser circulares u oblongos (estos últimos se llaman chelnochok). También hay sushki muy pequeñas, de sólo 4 cm de diámetro.
A menudo se les da sushki a los niños pequeños cuando les están saliendo los dientes. Tradicionalmente, todos los productos horneados se consideraban un manjar para los jóvenes, y los campesinos los traían de la ciudad como si fueran toda una delicia.
Ahora, ¡vamos a hornear!
Sushki con semillas de amapola
Ingredientes:
- 170 g de harina de trigo
- 1 huevo
- 5 g de mantequilla
- 50 ml de agua
- 50 g de semillas de amapola
- ½ cucharadita de sal
- ½ cucharadita de azúcar
Preparación:
1. Tamizar la harina en un bol. Haz un surco en el medio. Agrega los huevos, el agua, la mantequilla y la sal.
2. Amasa la masa. Divide la masa por la mitad y enrollala con la palma de la mano en una tira fina. Corta la masa en trozos pequeños e iguales, luego forma los sushki. Pegnado los trozos para formar anillos.
3. Pon los sushki en agua hirviendo donde hayas añadido media cucharadita de azúcar. Escalda hasta que los sushki suban.
4. Retira los sushki y sumérjelo en las semillas de amapola. Colócalos sobre papel de hornear y mételos en un horno precalentado a 230 grados C (450 Fahrenheit) durante 20 minutos. ¡Yum!
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