La inflación y el empobrecimiento, principales consecuencias de la crisis

Rusia atraviesa por difíciles momentos económicos.

Rusia atraviesa por difíciles momentos económicos.

Shutterstock / Legion-Media
Los economistas rusos están de acuerdo en que el país necesita reformas, ¿pero hacia dónde deben dirigirse? Para poder presentar alternativas es necesario conocer los problemas. RBTH presenta los asuntos clave.

1. Rápido empobrecimiento de la población

En comparación con las últimas crisis económicas ocurridas en Rusia, la población se está empobreciendo mucho más rápido. La cantidad de bienes adquiridos se redujo en un 10% en 2015. Incluso durante la crisis más grave en la historia moderna del país, en 1998,  este índice fue del  5% y durante la crisis financiera mundial en 2009 el descenso fue del 4%.

Además, las empresas bajan los salarios deliberadamente para aumentar sus ingresos. En 2015, según datos oficiales el salario creció un 4,6%, mientras que las ganancias de las empresas lo hicieron en un 49%. Una de las causas es la ausencia de sindicatos eficientes que puedan defender derechos de los trabajadores.

2. Alta inflación

A finales de 2014 el rublo pasó a tener un curso flotante, desde entonces el precio de la moneda se determina por el mercado y no recibe tantos apoyos del Banco Central para fijar el tipo de cambio. Tras estos cambios el rublo se ha depreciado en un 60% frente al dólar.

El precio del petróleo determina en gran medida el valor del rublo y los bajos precios del crudo hacen que la divisa rusa se deprecie. Además, puede ser muy volátil y bajar o subir un 20% en un mes. Durante la estimación de precios de los contratos, se tienen en cuenta estos posibles cambios.

Según estimaciones de economistas, la inestabilidad de la moneda conlleva por sí misma un aumento del 7% de la inflación, que en subió hasta el 15,5%. Al mismo tiempo, las tasas de interés, incluyendo los préstamos para la compra de equipos, no pueden estar por debajo de unos 15-20%. A causa de ellos, las empresas carecen de recursos para comprar nuevos equipos o ampliar su producción.

3. Falta de innovación en las empresas

La contracción de un 3,7% del PIB no ha sido tan considerable, en comparación con lo ocurrido en otras crisis.

Sin embargo, los economistas creen que los peores indicadores son los que determinan el futuro del crecimiento económico, principalmente los referidos al volumen de inversiones. La inversión en activos fijos cayó en un 8% y la importación de equipos extranjeros se redujo en un 38%. Los equipos industriales en Rusia tienen una vida media de catorce años, en vez de los siete de los de los países occidentales. Unos 20% de las máquinas han superado el límite de desgaste y pueden ser retiradas en cualquier momento.

Incluso las empresas petroleras, que son las más ricas del país, reducen sus programas de inversión. Según las cálculos del académico Abel Aganbegyáng, con el barril de petróleo a 35 dólares, las inversiones de estas compañías se reducirán en un 20%. Por su parte, Gazprom, que domina la industria de gas en Rusia, puede posponer sus inversiones en el gaseoducto ruso-chino Sila Sibiri (Fuerza de Siberia).

4. No llegan las inversiones chinas

A pesar de declaraciones políticas las inversiones chinas no han entrado en el mercado ruso. Es más, hay inversores chinas que comenzaron a retirar sus fondos de Rusia; el 4 de febrero, el fondo Chengdong Investment decidió a vender en la Bolsa de Moscú todas sus participaciones.

Estos fondos chinos podrían ser sustituidos por inversores indios. Hay un clima de confianza desde la época soviética ya que ambos países realizaron muchos proyectos de inversión conjuntos.

También es probable que haya un flujo de capital procedente de los mercados occidentales. Las tasas de interés en muchos países europeos son negativas, lo que  significa que dentro del país el dinero apenas tiene valor, de modo que los inversores no tienen otro remedio que buscar proyectos en el extranjero.

Los prestatarios rusos, incluyendo el Gobierno, son fiables y reembolsan sus deudas según los plazos. No es casualidad que el 7 de febrero el Ministerio de Finanzas enviara 25 aplicaciones a bancos extranjeros para informarse sobre la posibilidad de obtener eurobonos en 2016. La última vez cuando Rusia prestó dinero en mercados internacionales fue en septiembre de 2013, cuando vendió valores por 6.000 millones de dólares.

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