Dmitri Medvédev
Alexander Korolkov/RG“El año pasado ha sido el más difícil de los últimos tiempos para la economía rusa”, así de contundente fue el primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, durante su intervención en el Foro Económico Gaidar.
Según el político, nunca antes la economía rusa había tenido que enfrentarse simultáneamente con desafíos tan diferentes: la caída de los precios del petróleo, las sanciones económicas y el cambio de los principios de funcionamiento de la economía mundial. “En tal situación, las recetas habituales dejan de funcionar y los instrumentos de regulación convencionales fallan”, afirmó Medvédev.
Sin embargo, no es solo la economía rusa, sino también la economía mundial, la que se encuentra en una situación difícil y los problemas no solo los tienen los proveedores de recursos, sino también los consumidores, según el primer ministro. En concreto, la oferta en el mercado del petróleo es muy superior a la demanda y la situación política en Oriente Medio ya no influye en los precios del crudo tanto como antes.
Según Dmitri Medvédev, en el último año han cambiado numerosas reglas de la economía mundial. “Las normas existentes se corrigen y se reescriben, como hizo el FMI en el caso de Ucrania”, afirmó, refiriéndose a la continuación de los créditos a la economía ucraniana a pesar del incumplimiento del pago de la deuda con Rusia.
“Las sanciones económicas contra Rusia socavan la OMC como institución y las soluciones adoptadas contra un país se reflejan en todos los demás de forma inmediata”, dijo Medvédev. En esta situación, según el primer ministro, cada vez son más escasos los para el factores de crecimiento económico e Rusia.
Dmitri Medvédev se refirió a la caída en los ingresos de los ciudadanos como una de las principales consecuencias de la crisis económica en Rusia. “En última instancia, la clase media ha salido perjudicada. Durante los últimos doce años hemos logrado éxitos en la lucha contra la pobreza. En ocasiones no realizamos los cambios estructurales necesarios y con los elevados ingresos procedentes del petróleo aumentamos las pensiones y construimos hospitales”, explica.
Según sus datos, a lo largo del ciclo económico anterior, el crecimiento del bienestar fue más importante que la modernización y las proporción de la pobreza se redujo a la mitad.
Si bien la situación de la economía rusa es difícil se encuentra dentro de lo manejable, según el primer ministro. “No se ha producido una gran fuga de rublos, el sector bancario trabaja de forma estable y la actividad crediticia aumenta paulatinamente”, dijo Dmitri Medvédev.
Sin embargo, si los precios del petróleo continúan cayendo, el gobierno se verá obligado a cambiar los parámetros de los presupuestos anuales del Estado. “El principio básico de nuestra política debe ser el mismo de antes: hay que adaptarse a los recursos de que se dispongan”, afirmó. En concreto, según sus declaraciones, la caída del rublo asociada a la reducción de los precios del petróleo produjo una disminución de los gastos de las compañías.
“Las empresas metalúrgicas rusas ya se han convertido en líderes en cuanto a gastos de producción, unos de los más bajos del mundo. En el sector de la agricultura se observa el mismo”, explicó Dmitri Medvédev.
La principal conclusión es que el país está resistiendo ante la drástica reducción en los ingresos de los hidrocarburos. En esta situación Rusia está preparada para mejorar sus relaciones económicas con la UE y llevar a cabo nuevos acuerdos comerciales con otros países y organizaciones, según los principios de la OMC.
“Estoy convencido de lo que ya he afirmado otras veces: las sanciones quedarán en el pasado, pero para ello es necesario realizar pasos hacia el entendimiento mutuo”, añadió Medvédev.
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