La longitud de los laberintos subterráneos de la región de Irkutsk supera los 70 kilómetros, pero las exploraciones siguen en curso.
Hay tanto galerías espaciosas como pasadizos estrechos, por los que sólo se puede avanzar arrastrándose, según IRK.ru.
El interior de la cueva está cubierto de numerosas estalactitas y estalagmitas. Además, allí se descubrieron dos lagos, a los que se llamó simplemente “Mar” y “Océano”.
La temperatura en Bótovskaya es la misma durante todo el año: unos cero grados centígrados.
Esta cueva de la taiga fue descubierta accidentalmente por los geólogos en 1946, tras mencionarla en su informe. Pero no empezaron a estudiarla en serio hasta la década de 1990.
Los científicos creen que la gente conocía estos pasadizos subterráneos hace 6.500 años. Además de huellas humanas, también encontraron huellas de perro.
Sin embargo, está prohibida la entrada a los turistas, y sólo se permite descender a grupos de científicos.
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