¿Por qué los habitantes del Baikal consideran sagrada la 'Roca del chamán'?

Pável Kuzmichov
Es una de las vistas más reconocibles del lago Baikal: una alta roca de mármol cubierta de líquenes rojos, a la que se accede por un estrecho istmo.

La 'Roca del chamán' (o el cabo Burján) está situada cerca del pueblo de Juzhir, en la isla de Oljón, y tiene el estatus de monumento natural. Para los lugareños es un lugar de poder, que no debe ser profanado por malos pensamientos ni actos. Aquí hacen votos, promesas, se dirigen a los espíritus con peticiones.

Hay una cueva subterránea en la roca, donde antiguamente se realizaban ritos y sacrificios en honor del espíritu-maestro de Oljón, la deidad más venerada del Baikal. Sólo los chamanes podían entrar en la cueva. A las mujeres se les prohibía incluso acercarse al cabo, para no atraer la mala suerte.

Los arqueólogos encontraron en la cueva y en el istmo enterramientos de más de 5 mil años de antigüedad y objetos domésticos antiguos, como puntas de flecha, cerámica y oro.

Y en el siglo XVII, cuando el budismo empezó a extenderse por Siberia, apareció en la cueva un altar de Buda. Los lamas de los datsán (monasterios universitarios budistas) vecinos acudían a menudo aquí a rezar. Ahora se considera uno de los 9 grandes santuarios de Asia, junto con el monasterio de Shaolin en China y el monte Kailas en el Tíbet.

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