Por qué deberías ir a Rostov la Grande y qué puedes ver allí

Viajes
ALEXANDRA GÚZEVA
Un día te levantarás con ganas de visitar el Kremlin de Rostov. Y ya te tenemos preparada una guía.

Cómo llegar desde Moscú: en autobús (duración del trayecto: entre 3 y 5 horas) o en tren desde la estación de Yaroslavski (duración del trayecto: entre 2,5 y 3,5 horas). También puedes viajar en coche.

Primero, queremos recordarte que no confundas Rostov la Grande (o Rostov Veliki) con Rostov del Don, que está a 1.500 km de distancia y se encuentra al sur.

Una breve lista de lo que puedes hacer:

Por qué el Kremlin de Rostov no es realmente un kremlin

Hay kremlins en muchas ciudades de la antigua Rusia. En el pasado, la vida se concentraba principalmente en el interior de las fortalezas fortificadas. Altas murallas con aspilleras, torres de vigía, etc. se levantaban para defenderse del enemigo.

El Kremlin de Rostov se construyó cuando no había necesidad de defenderse. Por eso, la masividad exterior de los muros y la potencia general son más bien una estilización. Incluso las puertas aquí son demasiado anchas: en caso de amenaza simplemente no podrían resistir un asedio.

Además, la propia función de este Kremlin era diferente - era una residencia, que el metropolitano de Rostov Jonás III construyó para sí mismo en 1650-1680.

Ahora resulta increíble, pero la diócesis ortodoxa de Rostov fue fundada por el primer metropolitano de Kiev, Miguel, casi inmediatamente después del bautismo de Rusia: en 991, y por eso es una de las más antiguas, junto con la de Nóvgorod. Rostov tenía un enorme poder en la jerarquía eclesiástica: las iglesias de Yaroslavl, Moscú, del principado de Vladímir-Súzdal y de otras regiones vecinas dependían de Rostov.

A finales del siglo XVI, en Rusia apareció un patriarcado independiente de Constantinopla con base en Moscú, y la diócesis de Rostov se convirtió en una metrópolis y, por lo tanto, necesitaba su propia residencia.

Qué hay dentro del Kremlin

El Kremlin de Rostov está dividido esencialmente por murallas en tres partes.

1. Plaza de la Catedral

En el centro de esta plaza se alza la Catedral de la Dormición. Es el edificio más antiguo del Kremlin. En realidad, apareció más de cien años antes de la construcción de la residencia, en la década de 1510. Por cierto, la arquitectura de la catedral es muy similar a la Catedral de la Asunción del Kremlin de Moscú.

En el siglo pasado, los restauradores encontraron fragmentos de pinturas del siglo XII (antes había otro templo de piedra blanca en este lugar, destruido por un incendio), pero, al parecer, se conservó parte de los muros y sobre ellos se levantó la nueva iglesia.

Presta atención no sólo a las pinturas, sino también al iconostasio del siglo XVIII de estilo barroco que se ha conservado aquí.

La catedral también cuenta con un gran campanario adyacente a la muralla.

2. Patio del Arzobispo

Este es el patio del metropolitano. Él insistió especialmente en que los edificios se construyeran alrededor de un jardín y un estanque. Ya en 1883 en la Cámara Blanca (número 12 en el dibujo) se abrió un museo de antigüedades eclesiásticas, que sigue activo.

Y el edificio Samuílov (número 10) alberga ahora una galería de arte, que incluye arte ruso antiguo. La cámara más grande, la Cámara Roja (número 13), alberga una exposición histórica y un restaurante de cocina rusa.

¿Te cuesta imaginar un restaurante en el Kremlin? Entonces te sorprenderás aún más cuando veas que aquí también hay un hotel (número 8). El edificio del siglo XVII, con planta baja de piedra y primer piso de madera, ha acogido durante mucho tiempo a huéspedes del metropolitano. Y ahora el mini-hotel Na pogrebaj (“Sobre los sótanos”, en español) da la bienvenida a todos los turistas de la ciudad, y por un precio muy asequible.

Visita el museo de finift de Rostov (una artesanía local, una pintura muy fina sobre esmalte blanco). Los motivos tradicionales son flores. Colgantes, anillos, pendientes y mucho más se realizan con esta técnica.

3. Jardín Metropolitano

Quizás este sea el lugar más agradable del Kremlin, donde podrás sentarte y admirar manzanos y un pequeño estanque. Este lugar recuerda al Jardín del Edén de Jerusalén. Por cierto, cuando Jonás III planificó su residencia tomó como base la Ciudad Santa. Y la iglesia situada cerca del campanario de la Catedral de la Dormición está dedicada a la Entrada del Señor en Jerusalén.

En el jardín hay una tienda con repostería eclesiástica y bebidas de producción propia. Se puede tomar sbiten aromático de hierbas o hidromiel de bajo contenido alcohólico, ¡hasta al metropolitano le habría gustado!

La entrada al Kremlin cuesta 100 rublos, la entrada a la Catedral de la Asunción es gratuita, y los demás museos e iglesias del Kremlin requieren entradas aparte. Una entrada única para todo cuesta 950 rublos.

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