1. Construida en el lugar donde el zar fue herido mortalmente
Ningún zar tuvo que soportar tantos intentos de asesinato como Alejandro II. En total fueron seis, el séptimo fue mortal.
La tarde del 1 de marzo de 1881, el zar Alejandro II regresaba al Palacio de Invierno en su carruaje real. En el terraplén del canal Ekaterina (actual Gribóyedov), un terrorista arrojó una bomba bajo él. Tembloroso pero ileso, el emperador se apeó y, según se cuenta, dio gracias a Dios por haberle salvado, tras lo cual un segundo conspirador arrojó otra bomba directamente a sus pies. El zar murió una hora después en sus aposentos.
Su hijo, Alejandro III, a petición de la Duma de la ciudad, erigió un santuario en memoria de su padre en el lugar de la explosión.
2. Construido en el entonces anticuado estilo ruso
Se convocó un concurso para el diseño y la construcción del nuevo edificio. Alejandro III insistió en que se ciñera a las tradiciones de la arquitectura eclesiástica de Moscú y Yaroslavl del siglo XVII, algo muy poco habitual en San Petersburgo, que prácticamente carece de iglesias rusas antiguas, ya que la propia ciudad fue construida en el siglo XVIII.
El concurso lo ganaron Alfred Parland, arquitecto de raíces germano-escocesas, y el líder religioso Archimandrita Ignacio. La ceremonia oficial de colocación de la primera piedra tuvo lugar en 1883.
La catedral se asemeja a la de San Basilio de Moscú (aunque esta última se construyó en el siglo XVI). El estilo se denominaría más tarde “pseudorruso”: construida en ladrillo rojo y coronada con cúpulas multicolores, esmaltadas y doradas, todo el conjunto parece asemejarse a un traje popular de vivos colores. Sobre los marcos tallados de las ventanas se eleva una serie de platabandas en forma de kokoshnik (tocados de mujer).
Mientras tanto, la base del campanario tiene el aspecto de una estufa de azulejos, con pequeños cajones cuadrados, cada uno de los cuales representa el escudo de una de las provincias rusas que donaron fondos para la construcción, 134 en total (se podría decir que es una colección heráldica única al aire libre).
3. Contiene más de 7.000 m2 de mosaicos únicos
La iglesia tardó 24 años en construirse. Se cree que su consagración se retrasó debido a la complejidad de los mosaicos del mosaiquista heredero Vladímir Frolov, que pasó diez años perfeccionando.
Los lujosos mosaicos ocupan unos 7.065 metros cuadrados, lo que la convierte en una de las mayores exposiciones de mosaicos de Europa. El trabajo fue realizado por los mejores artistas del Imperio Ruso: Viktor Vasnetsov, Mijaíl Nésterov, Vasili Beliaev y muchos otros (30 en total).
4. Funcionó como iglesia, pero por poco tiempo
Una vez terminados los mosaicos, la catedral fue finalmente consagrada en 1907. A la ceremonia oficial asistió el nuevo emperador, Nicolás II, nieto del difunto Alejandro II.
Sin embargo, la iglesia no tenía parroquia ni daba misa pública. La entrada estaba estrictamente controlada y el Estado destinaba dinero a su mantenimiento. Pero tras la Revolución de 1917, las autoridades cortaron la financiación, obligando a la iglesia a hacerse cargo de sus propios gastos y establecer una parroquia. Los sacerdotes locales, sin embargo, no quisieron cooperar con las autoridades soviéticas, y en 1930 se cerró la iglesia y se fundieron sus campanas.
5. Sirvió de depósito de cadáveres durante la Segunda Guerra Mundial
En los años 30-40, los bolcheviques destruyeron muchas iglesias y también tenían en el punto de mira al Salvador sobre la Sangre Derramada. Pero intervino la Segunda Guerra Mundial. Durante el sitio de Leningrado (antiguo nombre de San Petersburgo), se convirtió en un depósito de cadáveres al que llevaban los cuerpos encontrados en las calles de la ciudad.
Después de la guerra, un teatro local utilizó la catedral como almacén de decorados y atrezo. En la década de 1950, las autoridades volvieron a intentar desmantelar la iglesia, ya que supuestamente obstaculizaba el tráfico a lo largo del canal de Gribóyedov, ya que parte de éste se había rellenado para construir el edificio. Pero el público protestó y el Salvador se salvó.
6. Albergó un obús alemán sin explotar durante casi 20 años
Durante la guerra, la iglesia fue bombardeada repetidamente por las tropas alemanas, causando graves daños en las paredes, lo que complicó enormemente el proceso de restauración posterior. En 1961, los obreros se sorprendieron al descubrir un proyectil de 240 mm de alto poder explosivo en uno de los muros. Por algún milagro, no había explotado, sino que había permanecido inactivo e inadvertido durante casi dos décadas. De su retirada se encargó un equipo especializado en detonaciones.
7. Ahora es un museo
A finales de la década de 1960, la iglesia fue reconocida como monumento arquitectónico. Se restauró durante 27 años (tres más de lo que se tardó en construirla), y se reabrió en 1997.
Ahora, el Salvador sobre la Sangre Derramada funciona principalmente como museo. Entre semana, los turistas vienen a ver los mosaicos y el tramo de pavimento consagrado en el interior del edificio donde cayó el zar herido. Se celebran oficios religiosos, pero sólo los fines de semana y los días festivos.
Síguenos en nuestro canal de Telegram: https://t.me/russiabeyondes
LEE MÁS: Pincha aquí para sobrevolar la Iglesia del Salvador sobre la Sangre Derramada (Video en 360º)