¿Qué significan esas columnas rojas en San Petersburgo? (Fotos)

Viajes
ALEXANDRA GÚZEVA
Estas extrañas construcciones a orillas del río Nevá son uno de los símbolos más reconocibles de la ciudad. Pero, ¿cuál es su propósito y significado?

Si alguna has paseado por la orilla del río Nevá, en el centro de San Petersburgo, seguro que te has fijado en esas grandes columnas rojas. Están situadas en el espigón de la isla Vasilievski.

Estas columnas son una de las vistas de postal más populares, junto a los puentes elevados o el Palacio de Invierno. Sin embargo, un espectador curioso se preguntará qué representan. ¿Son sólo una decoración o tienen alguna función? Lo investigamos.

Un poco de historia

El emperador ruso Pedro el Grande, que fundó la ciudad en 1703, no llegó a ver estas columnas; aparecieron más tarde, a principios del siglo XIX. Pero lo que sí hizo fue crear la primera armada rusa de la historia y obtener algunas de las primeras grandes victorias navales (lee más aquí).

La gloria de la armada rusa significó la fortaleza del Imperio Ruso y llevó el miedo a todos los países que tenían invasiones en planes.

Las columnas de la victoria

Las columnas rojas de San Petersburgo se llaman columnas rostrales. Desde la antigüedad, y en particular en la Antigua Roma, los arquitectos solían “decorar” las columnas con trofeos: las proas o espolones de las naves derrotadas, que, en latín, se llaman “rostrum”.

Cuantos más “rostrum”, más temor provocarían. Y más gente estaría orgullosa de su país.

Otro ejemplo famoso de columna rostral es el monumento a Colón en Columbus Circle, en Nueva York. También hay columnas rostrales en el Burdeos francés, en la plaza de los Quinconces.

En Rusia, también hay columnas rostrales en Tsárskoye Seló, no lejos de San Petersburgo, y están dedicadas a la batalla de Chesme de 1770, la mayor victoria de la armada rusa.

Otra columna decora la entrada de la ciudad de Vladivostok.

Columnas rostrales de San Petersburgo

San Petersburgo tiene sin duda las columnas rostrales más famosas del mundo. Fueron creadas en 1805-1810 por el arquitecto francés Jean-François Thomas de Thomon. De hecho, fue el encargado de todo el conjunto arquitectónico de la isla Vasilievski, que incluye también el edificio de la Bolsa de San Petersburgo. Realizó sus obras en estilo neoclásico, que le gustaba mucho al emperador Alejandro I.

Las dos columnas son de piedra, tienen 32 metros de altura y cada una de ellas está decorada con ocho arietes de barco, así como anclas, y criaturas de cuento: caballitos de mar, peces, cocodrilos. Sin embargo, los “rastrones” de los barcos de las columnas de San Petersburgo son falsos, ya que están hechos de cobre.

En la base de cada columna hay dos figuras, una masculina y otra femenina. Se asemejan a dioses antiguos y, según la visión del autor, simbolizan dioses del mar y del comercio (la bolsa está cerca, ¿recuerdan?). Sin embargo, los historiadores locales posteriores asumieron que estas figuras pueden simbolizar los ríos rusos: Volga, Dniéper, Nevá y Voljov.

Las columnas están vacías por dentro: hay una escalera de caracol hasta la parte superior de las columnas, que conduce a enormes cuencos con lámparas. En realidad, este es el objetivo principal de las columnas... Se llenaban de aceite y se encendían. Durante todo el siglo XIX, esas dos enormes antorchas sirvieron de faro para los barcos que entraban en el puerto de San Petersburgo. Y eran especialmente útiles durante las noches y la niebla espesa.

Sin embargo, el mantenimiento de estos faros resultaba bastante caro y, a partir del siglo XX, se utilizaban poco y sólo en ocasiones especiales. Desde 1957, las luces se abastecen de gas y se encienden en los grandes acontecimientos.

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