Jóvenes investigadores se adentran en las impresionantes zonas de exclusión de los Urales (Fotos)

Estudiantes internacionales han visitado algunas de las zonas industriales de Rusia y explican por qué quieren venir.

1. Jóvenes arquitectos de 15 países exploraron zonas industriales en la región de Cheliábinsk (Urales). Entre los lugares que visitaron había un planta de magnesita en Satka, canteras en Karabash y un invernadero gigante en Churilovo. Tras el viaje filmaron varios documentales y explicaron a Russia Beyond qué es lo que más les impresionó de los Urales.

2. El croata Ígor Sladoljev, de 30 años, afirmó que fueron a lugares “sorprendentes y con mucha fuerza”, como la cantera y la planta de magnesita en Satka, las fábricas en Miass y Cheliábinsk. Sin embargo, lo más llamativo del viaje para él fue la mina de cobre en Karabash. “Con su largo sistema de transporte por teleférico, se extiende como si fuera una estación de esquí. Si la nieve no fuera de color mostaza las cabinas de transporte podrían ser elevadores para los esquiadores”.

3. “Sentíamos el paisaje de una manera mucho más fuerte y palpable, mucho más cinematográfica, cada vez que nos deteníamos al borde de la carretera” declaró Ígor. “Una de las paradas fue en la gasolinera que se encuentra en la frontera entre euroasiática, cerca de Zlatoust, que tiene un emblemático mástil con la bandera de Europa-Asia”.

4. El arquitecto indonesio Nashin Mahtani, de 27 años, quedó impresionado por la diversidad del paisaje de los Urales. “Sería estupendo pasar más tiempo en los yacimientos mineros y hablar con la gente que vive en la zona para comprender mejor la transformación del paisaje a lo largo del tiempo y, sobre todo, para saber cómo lo viven las personas que se relacionan con ello a diario”, afirmó.

5. La investigadora estadounidense Sofia Pia Belenky, de 29 años, dijo que estaba familiarizada con los pueblos dedicados a una actividad industrial, ya que creció en un pueblo volcado en la producción de queso. Le pareció que muchos de los pueblos que visitaron podrían ser de este tipo. Sofía dijo que, de alguna manera, todo esto le recordaba a los grandes campus estadounidenses como Google. “Técnicamente no son ciudades, pero el campus ofrece alojamiento, centros educativos, gimnasios y restaurantes”. En cierto modo, muchos de estos campus tecnológicos se han convertido en nuevas ciudades de la empresa, que mantienen y se apoyan en su fuerza de trabajo para maximizar la participación y la producción”, dijo.

6. El invernadero gigante de Chúrlovo fue el lugar favorito del arquitecto y geógrafo griego George Papamatthaiakis, de 27 años. “Visitamos esta ‘fábrica de verduras’ en dos ocasiones durante el mismo día; pronto por la mañana y por la noche”, explicó. “Por la mañana nos guiaron a través de los diferentes sectores productivos. Pero la experiencia nocturna fue muy impactante, ya que vimos miles de bombillas que iluminaban el cielo y el barrio alrededor del complejo agrónomo”.

7. Sofia se mostró de acuerdo con su compañero: “Por la noche el resplandor del invernadero se extendió por el cielo, como un escalonado amanecer químico. Pusimos a volar nuestros drones en este horizonte brillantemente iluminado. Nos dijeron que el barrio alrededor del complejo está tan iluminado que la gente en los edificios circundantes no enciende las luces de sus apartamentos”.

8. Durante el viaje los investigadores experimentaron dos aspectos diferentes de la región de los Urales: visitaron fábricas y minas, así como reservas naturales. Para el diseñador urbano uzbeko, Nabi Agzámov, de 29 años, el mayor contraste se produjo cuando visitaron la ciudad más contaminada de Karabash y después fueron a Turgoyak, el segundo lago más limpio de Rusia. Le impresionó tanto el lago cubierto de nieve que espera volver a visitarlo.

9. Los estudiantes afirmaron que las visitas a estas zonas les permitieron comprender lo alejados que estamos como seres humanos de estos paisajes. “Nos quedamos al otro lado de las ventanas de vidrio, en pasarelas que miraban hacia abajo las tuberías que estaban cortando, lejos de las chispas, con nuestras blancas batas de laboratorio y con los cascos”, recordaba Sofía. “Aquí las máquinas moldeaban el paisaje mientras los humanos miraban los monitores desde la sala de control”.

10. Los investigadores dijeron que les gustaría seguir explorando Rusia. Además de otras grandes ciudades como Perm, Irkutsk y Vladivostok, muchos sueñan con visitar el norte de Rusia o Kamchatka y también les encantaría pasar una semana en el Transiberiano.

Agradecemos al Instituto Strelka de Arquitectura y Diseño de Rusia por su ayuda en la preparación de este texto.

Las ruinas militares del imperio soviético, en imágenes

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