Al mirar estos lugares, es fácil confundirlos con cualquier otro lugar menos Rusia, pero todos ellos se encuentran en este vasto país.
Es posible encontrar un pedacito de la capital francesa en la estación de metro de Kíevskaia. El arco sobre la entrada tiene el mismo estilo que el metropolitano parisino, diseñado por el arquitecto Héctor Guimard. Esta decoración, llamada “Guimard” en honor del diseñador, fue un regalo de París a Moscú. Al mismo tiempo, la ciudad rusa presentó a París un vitral del pollo Ryaba (personaje de un cuento de hadas), que ahora adorna la estación de metro de Madeleine.
Esta ciudad del centro de Rusia cuenta con algunos “hitos europeos”. El malecón de Brujas (así es su nombre oficial) alberga una serie de hermosos edificios de estilo flamenco, donde hay ministerios, agencias municipales y otras instituciones.
Además, también podemos encontrar monumentos a Grace Kelly y Rainiero III, príncipe de Mónaco, y una copia del Cañón del Zar, que, como el original, nunca ha sido disparado.
Los rusos a menudo llaman a San Petersburgo la “Venecia del Norte”. Al igual que en la ciudad italiana, hay cientos de puentes y canales y una arquitectura deslumbrante. Pero lo que hace especial de verdad a la ciudad rusa son las “noches blancas”, que tienen lugar en verano.
Si quieres ver un valle de géiseres, tu próximo destino es Kamchatka, en el Lejano Oriente de Rusia. Hay más de 200 fuentes termales, incluyendo 90 géiseres, que arrojan al aire agua hirviendo a docenas de metros de altura.
Uno de los lugares más inaccesibles de Rusia, la meseta de Putorana, es popular entre los amantes de los viajes extremos. Es difícil llegar, pero es un viaje inolvidable, lo prometemos. Este macizo montañoso recuerda al Gran Cañon del Colorado y aquí se encuentra la cascada más alta de Rusia, llamada Talnikovi.
¿Te gustan los viajes por carretera? Visita la pintoresca carretera Chuiski en Siberia y te enamorarás de sus casi 1.000 km de ruta. La serpenteante carretera ofrece maravillosas vistas de las montañas de Altái, que están llenas de bosques.
Rusia es un país multiconfesional. En Buriatia, por ejemplo, hay muchos budistas, por lo que se pueden ver muchos datsanes (templos universitarios budistas). Este templo budista tradicional situado cerca del pueblo de Ívolga, del que toma su nombre, es el datsán más famoso de Rusia.
La famosa Casa de Té Perlov en la calle Miasnítskaia fue construida en el siglo XIX en estilo pseudochino y destaca entre los edificios circundantes. No encontrarás nada como esto en el centro de Moscú. Por cierto, todavía se puede elegir varios tipos de té (y postres), de la misma manera que se hacía en la época de los zares.
En la reserva natural de Divnogorie, en el sur de Rusia, las paredes de los acantilados de tiza y las colinas están llenas de viejas iglesias rupestres y pasadizos subterráneos. Hay templos similares excavados en Bulgaria y Turquía.
Agua azul turquesa, playas de arena, paisajes idílicos… No es ni Bali, ni las Maldivas. Estamos en la ciudad rusa de Vladivostok, en el Lejano Oriente ruso. Se trata de la bahía Petrov, una de las favoritas de los surfistas y de los que practican kayak. Aquí podrás disfrutar del marisco, del pescado y los cangrejos de la zona.
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