T-22 ‘Grote’, el enorme tanque soviético creado por un ingeniero alemán (Fotos)

Dominio público
El T-22 fue un tanque superpesado diseñado en la URSS por Edward Grote.

A finales de los años veinte, Edward Grote, entonces empleado de Rheinmetall, fue invitado con su equipo a la Unión Soviética, donde debía ayudar a construir la industria armamentística en el sector de los tanques en la URSS. Grote viajó a Leningrado en marzo de 1930. Junto con Karl Ottersbach, Friedrich Hufschmidt y Hermann Feldhusen, Grote trabajó con un equipo de ingenieros y diseñadores soviéticos en la oficina de diseño AWO-5 de Leningrado en un nuevo tanque superpesado tras recibir un pedido el 5 de abril de 1930.

Grote (sentado, en el centro), junto a su equipo de ingenieros, en Leningrado

Un tanque avanzado a su época

Se construyó un único tanque en 1931 y se probó en Leningrado para convertirlo en el tanque ruso. El T-22 era un tanque muy innovador y muy avanzado para su época y se acercaba más a los blindados de los años 40 que a los de los años 30. De hecho, incorporaba nuevos conceptos encontrados más tarde en los tanques, como el casco soldado, el perfil bajo y el cañón de 76. El tanque tenía una torreta secundaria con un cañón de 37 mm. Como era habitual en los tanques de los años 20, este tanque también contaba con un puerto de ametralladora múltiple para cubrir todos los ángulos, una característica habitual de la Primera Guerra Mundial.

En el momento de la prueba, el T-22 era probablemente el mejor carro del mundo con diferencia. Capaz de rivalizar con carros de mediados de la Segunda Guerra Mundial, presentaba una gran potencia de fuego, movilidad y protección de forma muy equilibrada, lo que le hacía capaz de igualar a los primeros T-34 o M4 Sherman. la torreta inferior pasó a ser estacionaria y el tanque fue propulsado por un motor aeronáutico M6 desarrollado por Grote durante el montaje del tanque. En la prueba realizada en 1931, el tanque mostró muchas ventajas y problemas.

Aunque el T-22 mostraba una movilidad, velocidad y maniobrabilidad impresionantes, no era fiable. Sufría numerosos problemas causados la mala calidad de las piezas utilizadas, como los servomotores; disfunciones en las orugas y problemas de accesibilidad para el mantenimiento.

Finalmente, no se aceptó la producción del T-22, no porque el tanque no fuera bueno, sino sobre todo porque la industria rusa no era capaz de construir un tanque tan complejo y avanzado. Sólo unas pocas fábricas hubiesen podido construir un puñado de ellos al año y a un coste elevado. El desarrollo se detuvo cuando Edward Grote fue llamado de vuelta a Alemania en 1932. El T-22 se abandonó entonces, pero los conocimientos ganados en su creación se utilizaron masivamente en los futuros tanques T-28 y T-35

Un T-28 en Finlandia. 1940.

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