Por qué los alemanes llamaban a este tanque soviético la ‘langosta indestructible’

Ciencia y Tecnología
BORÍS YEGÓROV
El ligero T-60 no era ni mucho menos el tanque más potente del campo de batalla. Sin embargo, en algunas ocasiones, se comportó mucho mejor que sus homólogos más pesados y peligrosos.

En el verano de 1941, el Ejército Rojo perdió un número enorme de vehículos blindados. Las fábricas soviéticas iniciaron la producción en serie de tanques medios T-34, que habían demostrado su eficacia en operaciones de combate. Sin embargo, aunque su producción aún no se había desarrollado completamente, era necesario equipar a las tropas con algo.

Entonces se decidió que el tanque ligero T-60 se convirtiera en el principal medio de apoyo a la infantería en el campo de batalla. Los diseñadores necesitaron poco más de una semana para desarrollarlo sobre la base del tanque flotante T-40.

El armamento del T-60 era muy modesto: un cañón de 20 mm, basado en el cañón de avión ShVAK-20, y una ametralladora de tanque DT de 7,62 mm emparejada con él. El grosor del blindaje era de sólo 10-35 mm. Al mismo tiempo, el tanque podía fabricarse rápidamente y en grandes cantidades.

“Los T-60 no eran adecuados para luchar contra los tanques alemanes. Pero estos ‘pequeñines’ actuaban perfectamente contra la fuerza humana del enemigo y más de una vez infligieron enormes daños a la infantería fascista con su fuego automático”, escribió el mariscal de las Fuerzas Acorazadas, Mijaíl Katukov. 

En una batalla abierta contra los tanques medios de la Wehrmacht, los T-60 soviéticos no tendrían ninguna posibilidad. Sin embargo, funcionaban bien como medio de apoyo a los tanques pesados KV en el campo de batalla. Los T-60 les cortaban el paso a la infantería enemiga y a los vehículos ligeramente blindados.

Los T-60 recibieron su bautismo de fuego en septiembre de 1941 en la región de Poltava, y el 7 de noviembre del mismo año participaron en el desfile en honor del 24º aniversario de la Revolución de Octubre en la Plaza Roja, tras lo cual pasaron directamente al frente. Los tanques ligeros obtuvieron buenos resultados durante la contraofensiva cerca de Moscú, que comenzó el 5 de diciembre.

Los T-60 participaron en todas las batallas de 1942. Lucharon cerca de Járkov, en Crimea y en el Cáucaso Norte. Los alemanes los apodaron “langostas indestructibles”: los tanques entraban en el ataque en las primeras filas, quedaban destruidos rápidamente, pero inmediatamente aparecían otros en su lugar.

En febrero de 1943, la producción de los T-60 cesó, y en el campo de batalla fueron reemplazados por un tanque más potente, el T-70. Entonces, los “pequeñines” fueron utilizados para el reconocimiento, las comunicaciones, la seguridad y el remolque de cañones de artillería.

El último episodio brillante con su participación fue la ruptura del cerco de Leningrado en enero de 1943. Consiguieron entonces lo que estaba fuera del alcance de sus homólogos más pesados (el T-60 pesaba 6 toneladas, y el T-34 pesaba 27 toneladas): sin entrenamiento adicional forzaron el río Nevá en el hielo, irrumpieron en la empinada orilla helada y se apoderaron del territorio que ocupaba el enemigo.  

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