Los primeros coches caseros aparecieron en la URSS en los años 20 y 30, basados en un motor de motocicleta. No tenían un aspecto demasiado estético, y la velocidad desarrollada era pequeña. Su verdadero apogeo comenzó en los años 1950-1960, cuando ingenieros y mecánicos de talento empezaron a construir modelos de autor a partir de medios improvisados. Al principio con carrocerías de madera contrachapada, y después de metal y fibra de vidrio y motores de coches de serie o también caseros. La afición se convirtió rápidamente en un gremio: revistas como "Técnicas para jóvenes" y el programa de televisión "Tú puedes" hablaban de modelos especialmente logrados. Lo principal era cumplir los requisitos oficiales: el motor no debía superar los 900 centímetros cúbicos y desarrollar una velocidad inferior a 75 km/h.
Tras el montaje, sólo quedaba aprobar el diseño en la comisión de la Sociedad Voluntaria de Aficionados al Automóvil, confirmar que el motor u otros componentes se habían obtenido legalmente (por ejemplo, dados de baja como defectuosos y reparados) y obtener la numeración. Y con eso era posible salir a la carretera.
"Trud"
Para montar la carrocería de este coche se necesitaron casi sesenta planchas de metal recogidas en desguaces, que luego se cortaron y soldaron. Pero no se puede llamar Frankenstein a este modelo de principios de los 60, y es que no se ve ninguna soldadura. Cuando lo mires, ni siquiera pensarás que fue creado por las manos de un entusiasta, y no hecho en una fábrica. Al mismo tiempo, literalmente todo en Trud es único. Su creador, Oleg Kucherenko, fresó él mismo las piezas de la carrocería y fabricó un motor de tres cilindros.
"GTSCH"
A finales de los años 60, Anatoli y Vladímir Scherbinin crearon su propia versión del Gran Turismo: un deportivo basado en un motor Volga. Curiosamente, los hermanos no trabajaron en el coche en el garaje, como podría pensarse. Soldaron el bastidor del "GTSch" justo en el patio de la casa, y luego lo trasladaron al piso para "vestirlo" con paneles de carrocería de fibra de vidrio. Más tarde volvieron a trasladar el coche al patio, donde colocaron el motor y todo lo demás. En contra de los requisitos oficiales, el Gran Turismo de los Scherbinin podía alcanzar velocidades de hasta 150 km/h. ¿Un coche casero? Técnicamente, sí. Pero parece un coche de las películas de Hollywood con persecuciones.
"Pangolina"
¿Qué pasaría si combinas el motor de VAZ y el diseño depredador de los deportivos, con reminiscencias de Lamborghini? Te saldría el Pangolina de Alexánder Kuliguin. El jefe del círculo técnico del Palacio de la Juventud de Ujtá desarrollo una construcción especial, que se elevaba sobre un accionamiento hidráulico. Los retrovisores se sustituyeron por un periscopio y los faros se desplazaron al centro, combinándolos en una unidad retráctil independiente. Gracias a la ligera carrocería de fibra de vidrio de forma aerodinámica, incluso con un motor de 62 caballos el Pangolina podía circular a velocidades de hasta 180 km/h. El asombroso coche se dio a conocer incluso en el extranjero: en 1985 participó en la Expo del automóvil de la ciudad búlgara de Plovdiv.
"Tritón"
El músico Dmitri Kudriachkov soñaba con combinar en su coche casero las ventajas de una lancha rápida y un automóvil. Así sería posible viajar tanto por tierra como por agua. Resultó ser un planeador propulsado por un motor GAZ-21. Si querías salir a navegar, el Tritón aceleraba hasta los 50 km/h, y en caso de salir en automóvil, llegaba a los 120 km/h.
"Laura"
Los espectadores de la exposición internacional de Plovdiv, en Bulgaria, al ver el coche de Dmitri Parfionov y Guennadi Jainov, no daban crédito a lo que veían. ¿Era cierto que el Laura era un coche fabricado por ellos mismos? Ya en la escuela, los inventores se imaginaban coches del futuro, y en 1985 crearon un deportivo con un motor de VAZ-2105 y una caja de cambios de Zaporozhets. El bastidor estaba hecho de tubos de agua y "vestido" con fibra de vidrio y paneles de espuma. Asientos deportivos, control por botones, suspensión casera de tipo McPherson... un coche del futuro, eso es todo.
"Muravéi"
Los artesanos soviéticos también crearon pequeños modelos. Por ejemplo, el Muravéi, que en ruso significa hormiga. Tenía carrocería abierta y fue diseñada por el ingeniero Oleg Ivchenko a partir de bocetos del artista Eduard Molchanov. Bajo el capó, retumbaba el motor de una motocicleta Yava-354. El microcamión con carrocería de madera contrachapada podía transportar tanto carga como pasajeros a una velocidad constante de 70 km/h, y no le temía a los terrenos todoterreno.
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