EE UU lanzó CIENTOS DE GLOBOS ESPÍA contra los soviéticos durante la Guerra Fría

Ciencia y Tecnología
NIKOLÁI SHEVCHENKO
Los globos de reconocimiento precedieron al uso de los aviones de gran altitud U-2 que Estados Unidos utilizó para espiar a la URSS a finales de la década de 1950.

Las Fuerzas Aéreas estadounidenses lanzaron el programa de globos espía de gran altitud poco después de la Segunda Guerra Mundial. A pesar de las numerosas complicaciones, los globos espía demostraron ser una forma económica y eficaz de reunir información de inteligencia sobre la Unión Soviética, allanando el camino para el uso de aviones espía de gran altitud que provocaron un escándalo diplomático en 1960.

Globos espía

En la década de 1950, cuando cristalizaron las tensiones de la Guerra Fría con la Unión Soviética, Estados Unidos necesitaba una herramienta de reconocimiento para vigilar a su enemigo sin ser detectado.

Al descubrir que las corrientes en chorro de gran altitud suelen circular de oeste a este, las Fuerzas Aéreas estadounidenses llegaron a la conclusión de que los globos de gran altitud lanzados desde Europa Occidental volarían hipotéticamente hacia el este, lo que significa que lo más probable es que sobrevolaran la URSS y luego llegaran a las bases militares estadounidenses en Japón, donde sería posible recoger los datos.

De ser así, los globos espía estadounidenses podrían reunir valiosa información sobre el ejército de la URSS, especialmente sobre las capacidades nucleares del país, y (lo que era más importante) mantenerse fuera del alcance de la defensa aérea soviética al volar a 15.000 metros sobre el nivel del mar.

El 10 de enero de 1956, el ejército estadounidense lanzó ocho globos espía desde el territorio de Turquía y uno desde el territorio de Alemania Occidental. En las semanas siguientes, el número de lanzamientos con éxito aumentó hasta la friolera de 448 globos espía que se dirigieron hacia el este.

La aparición de cientos de globos espía en el espacio aéreo soviético no pasó desapercibida para los dirigentes del país. El 4 de febrero de 1956, la URSS emitió una nota formal de protesta a Estados Unidos por vía diplomática en la que acusaba a este país de violar el espacio aéreo y la soberanía soviéticos. Mientras tanto, el ejército soviético reflexionaba sobre la forma de neutralizar la amenaza.

Pronto, los pilotos soviéticos de MiG descubrieron que los globos espía descendían por la noche a una altitud más baja que les permitía atacarlos con éxito. Este descubrimiento básico resultó ser extremadamente eficaz: se calcula que el 90 por ciento de los globos volantes estadounidenses fueron derribados por los soviéticos o se estrellaron en lugares no identificados antes de poder abandonar el vasto territorio de la URSS.

No obstante, una parte de los globos espía restantes que sobrevivió a todos los peligros y llegó a las bases militares estadounidenses transportaba información valiosísima sobre aproximadamente un millón de millas cuadradas de territorio sino-soviético.

Sin embargo, a medida que aumentaban las tensiones de la Guerra Fría, también lo hacían las tecnologías utilizadas por Estados Unidos para proporcionar hacerse con una idea de qué se escondía tras el Telón de Acero.

El incidente del U-2

A finales de la década de 1950, Estados Unidos pasó de los globos espía a una herramienta de espionaje más avanzada y fiable: el avión U-2 de reconocimiento y vigilancia a gran altitud.

En 1956, Estados Unidos empezó a enviar en secreto aviones U-2 sobre territorio soviético para misiones de reconocimiento. Se asumió correctamente que los soviéticos carecían de capacidad para derribar estos aviones a 21.000 metros de altitud (70.000 pies). Sin embargo, el presidente Eisenhower insistió en autorizar personalmente cada vuelo, porque era imposible prever la respuesta soviética.

Los militares soviéticos detectaron los aviones, pero no lograron alcanzarlos con los misiles tierra-aire existentes. Curiosamente, el líder soviético Nikita Jrushchov no acusó públicamente a Estados Unidos, porque tal protesta revelaría la incapacidad del ejército soviético para derribar aviones de gran altitud.

El 1 de mayo de 1960 (dos semanas antes de que el presidente Eisenhower se reuniera con el líder soviético Jrushchov en París) la Casa Blanca autorizó otro vuelo del U-2 sobre territorio soviético. Para los estadounidenses, este vuelo resultó en una debacle.

Un misil lanzado por un sistema soviético de defensa antiaérea recién desplegado impactó contra el avión U-2. El avión se estrelló y la aeronave se estrelló. El avión se estrelló y el piloto estadounidense, Francis Gary Powers, fue capturado por los soviéticos.

El incidente del U-2 provocó la cancelación de la próxima cumbre de París y echó por tierra las incipientes, aunque prematuras, esperanzas de una resolución pacífica de la Guerra Fría.

Curiosamente, el programa estadounidense de globos espía benefició a los soviéticos de una curiosa manera. Al examinar los globos estrellados, los científicos soviéticos descubrieron que la película de fabricación estadounidense utilizada en las cámaras era capaz de resistir el impacto de las altas temperaturas y la exposición a la radiación. Esto la convirtió en la herramienta perfecta para que los soviéticos obtuvieran imágenes de la cara oculta de la Luna en 1959.

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