Hace unos días, en San Petersburgo se botó esta plataforma autopropulsada diseñada para llevar a cabo investigaciones científicas durante todo el año en el Ártico. La capacidad de la ‘Polo Norte’ es de 14 tripulantes y 34 científicos.
Este laboratorio a la deriva permitirá a los científicos reanudar investigaciones exhaustivas en la región polar. Anteriormente, tenían que desplegar estaciones tripuladas en los témpanos de hielo.
La primera plataforma autopropulsada resistente al hielo del mundo tiene 83 metros de largo y 22 metros de ancho. Su peculiar forma de casco recuerda a un cachalote, y hay una buena razón para ello. Gracias a su forma, se supone que la nave no se congela en el hielo.