En una escena que parece sacada de una película de James Bond, EE UU anunció que una nave espacial rusa había estado siguiendo a uno de sus satélites, según informa la revista Time, que cita al jefe del Comando Espacial de EE UU, el general John W. Raymond.
En palabras del comandante, a mediados de enero de 2020 los satélites rusos Kosmos-2542 y Kosmos-2543 se acercaron a USA-245, un orbitador de reconocimiento de la serie KH-11 (alias Keyhole o Crystal).
Supuestamente, gracias a este acercamiento Rusia obtuvo una serie de imágenes desde cerca del satélite estadounidense. “Esto tiene el potencial de crear una situación peligrosa en el espacio”, añadió el general Raymond.
Time no especifica la naturaleza de la amenaza y al mismo tiempo afirma que Rusia no violó en el incidente ningún acuerdo internacional entre ambos países sobre actividades en la órbita baja terrestre. En cualquier caso, el único acuerdo sobre el tema existente hace referencia a la desmilitarización del espacio ultraterrestre, un lugar al que ningún satélite puede violar por definición.
¿Qué hacen los satélites rusos allí arriba?
Kosmos-2542 es parte del sistema de las Fuerzas Espaciales Rusas para defenderse de la “influencia externa”. Se puso en órbita en 2019 y monitoriza en tiempo real el estado de los dispositivos rusos en el espacio.
“El aparato informa sobre cómo impactan en la instrumentación de las naves espaciales los desechos espaciales, la radiación de electrones y protones del cinturón de radiación natural de la Tierra, las partículas pesadas cargadas y los rayos cósmicos solares y galácticos”, explicó Alexéi Krivoruchko, viceministro de Defensa ruso a la revista Radioelectronic Technologies.
Según una fuente de Russia Beyond en el complejo militar-industrial ruso, el Kosmos-2542 es en realidad un aparato puramente técnico y no se dedica al reconocimiento espacial, a diferencia de otros aparatos rusos y estadounidenses en órbita.
¿Qué tipo de inteligencia pueden proporcionar los satélites?
La tarea clave del reconocimiento orbital es interceptar las telecomunicaciones y el tráfico de Internet, así como rastrear los movimientos del enemigo en tiempo real. No se dedica a tratar de investigar cómo son los satélites espaciales, “que se pueden ver desde la Tierra y de los que ya se conoce toda la información técnica”, subrayó nuestra fuente, que deseaba permanecer en el anonimato.
Como ejemplo citó una reciente operación llevada a cabo por Rusia en Siria: “Durante una operación en Siria, la inteligencia espacial rusa interceptó las comunicaciones enviadas por los terroristas a través de una línea segura y las envió al cuartel general para su desencriptación. El comando recibió información en tiempo real sobre la ubicación del enemigo, las armas y los planes de batalla”.
Los agentes de inteligencia se dedican a seleccionar la información necesaria y deciden cuál se tiene que guardar.
“Mientras está en funcionamiento el satélite recoge información de muchas fuentes. Por ejemplo, registra las comunicaciones telefónicas e intercepta los mensajes SMS y los mensajes online. Así que en el cuartel general se realiza un trabajo de clasificación, donde la información sobre los movimientos del enemigo tiene que ser seleccionada de la pila de basura y reenviada a los operativos sobre el terreno para salvar vidas en tierra”, revela nuestro informante, señalando que los satélites son solo uno de los medios para extraer información.
“Las zonas de operaciones de combate son vigiladas simultáneamente por buques de guerra en las zonas costeras, aviones de reconocimiento en el cielo, estaciones de escucha en los lugares de despliegue de tropas y fuerzas especiales detrás de las líneas enemigas equipadas con estaciones de radar portátiles”, añadió.
9 ocasiones en las que aviones de la OTAN fueron derribados por la URSS.