Cuando un piloto de la Fuerza Aérea de los EE UU casi provocó la guerra nuclear contra la URSS

F-86F Sabre jet, 1953./Fuerza Aérea de EE.UU.

Al no conseguir que Estados Unidos pagara una compensación por un avión soviético derribado, la URSS respondió a su rival…a su manera.

“Estaban en el lugar equivocado en el momento equivocado, haciendo lo incorrecto”, recordaría el capitán de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, Ralph Parr, sobre su “victoria” contra un avión soviético Il-12 el último día de la Guerra de Corea, el 27 de julio de 1953.

Aquel avión de carga soviético volaba entre Port Arthur (actual Dalian) a Vladivostok sobre la provincia china de Manchuria. Su ruta discurría a lo largo de la frontera coreana, donde fue interceptado por el F-86 Sabre de Parr. El incidente, que se cobró la vida de 15 oficiales soviéticos y seis tripulantes, puso a las dos superpotencias al borde de un gran conflicto. El capitán estadounidense derribó el avión soviético no sobre Corea del Norte, sino en el espacio aéreo de China, al que los pilotos estadounidenses tenían estrictamente prohibido entrar.

El examen de los restos del aparato demostró que seis personas a bordo del avión soviético murieron a causa de las balas y la metralla, mientras que las otras víctimas fallecieron cuando el aparato se estrelló. El Il-12 tenía 19 agujeros en su fuselaje, y los paracaídas y los objetos personales de los oficiales estaban también dañados. 

El coronel retirado Ralph Parr tiene un retrato de sí mismo.

Entonces, ¿por qué el piloto americano sintió la necesidad de tomar medidas tan extremas cuando la guerra estaba a punto de terminar y derribar un indefenso avión de carga?

A la caza de medallas y ascensos

“Ralph Sherman Parr fue uno de los mejores pilotos as de Estados Unidos”, afirma el historiador militar, ex jefe de inteligencia de la Flota del Pacífico y coronel retirado Pavel Levshov. "Existe la teoría de que tenía mucho interés en convertirse en un doble as, para lo cual tenía que derribar un avión enemigo más, con lo que el total de sus victorias ascendería a 10”.

Para conseguir su décima víctima el piloto estadounidense se dirigió a la zona restringida pocas horas antes de que el armisticio entrara en vigor.

Sin embargo, la ambición de Parr no es la única explicación para el ataque. Existe la teoría de que los estadounidenses buscaban cazar una pieza más grande que unos pocos tenientes lampiños. 

Ralph Parr, el piloto de la Fuerza Aérea de EE. UU., as de la aviación de la Guerra de Corea

Según Ígor Seydov, un estudioso de la guerra de Corea, la inteligencia norteamericana sabía que el 27 de julio un Il-12 llevaría a los comandantes de la Flota del Pacífico soviético de regreso a la URSS desde la península de Liaodong. Sin embargo, una conferencia del partido a la que asistieron duró más de lo esperado, y en lugar de a los deseados altos mandos, el avión transportó a los otros militares. Los estadounidenses no fueron actualizados sobre el cambio.  

También es posible que los Sabre estuvieran detrás de Rodión Malinovski, el famoso mariscal de la Segunda Guerra Mundial que comandaba las tropas soviéticas en el Lejano Oriente; él también podría haber volado en aquella ruta.

El lado norteamericano de la historia

Los Estados Unidos reconocieron que habían derribado el avión pero no se pusieron de acuerdo en un punto en concreto del incidente. Según los estadounidenses, el Il-12 había sido derribado no sobre China, sino sobre Corea del Norte. Este detalle casi los absolvía de cualquier culpa, transformando el incidente, de un crimen malintencionado en un acontecimiento ordinario en una guerra que aún no había terminado. 

Ralph Parr afirmó más tarde que, al principio de la investigación, sus comandantes trataron de ocultar todo el asunto. Sin embargo, el as estadounidense (ahora ya un doble as) estaba seguro de tener la  razón y se mantuvo firme en su postura. “Alguien dijo: '¿Por qué no decimos que era un MIG? Respondí: ‘¿Por qué no decimos la verdad?’, recordaría el piloto.

Al final, Estados Unidos rechazó la demanda soviética presentada ante el tribunal internacional de La Haya, en la que se pedía una indemnización por daños y perjuicios para los familiares de las víctimas.

¿Venganza soviética?

Sin embargo, dos días después la URSS obtuvo la ‘indemnización’ por la muerte de sus oficiales, pero no se sabe con certeza si fue hecha intencionalmente o por accidente. 

El 29 de julio, un avión de reconocimiento americano RB-50 (una versión mejorada del bombardero B-29 Superfortress) invadió el espacio aéreo soviético cerca de la isla Askold, a sólo decenas de kilómetros de Vladivostok.

Según el capitán Alexánder Ribakov, piloto de uno de los MiG enviados para interceptar al avión estadounidense, al acercarse al intruso los aviones soviéticos fueron atacados. “Mi compañero informó que abría fuego contra nosotros. En respuesta, le disparé dos ráfagas a quemarropa. A mis órdenes, el compañero también disparó al intruso. Inmediatamente después de eso, el avión estadounidense cayó virando sobre su ala y desapareció en las gruesas nubes...”, recordó el piloto.

El avión, que se estrelló en aguas neutrales, pronto fue encontrado por barcos americanos. El copiloto John Roche fue rescatado y se recuperaron los cuerpos de dos miembros de la tripulación. Las 13 personas restantes a bordo se dieron por desaparecidas. 

Era casi una repetición del incidente del Il-12. Sólo que esta vez, los estadounidenses afirmaron que los rusos habían atacado a su avión sobre aguas neutrales, mientras que la URSS afirmó que el RB-50 había violado el espacio aéreo de su país.

Tras intercambiar estos dolorosos golpes y darse cuenta de que un nuevo enfrentamiento no conduciría a nada, las dos superpotencias decidieron suavizar el conflicto emergente, dejando ambos incidentes en el olvido.

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