El primer coche eléctrico del país eslavo apareció en el Imperio ruso a finales del siglo XIX. Desarrollado por el ingeniero Hipólito Romanov, tenía dos asientos y una sorprendente velocidad máxima de 25 km/h. Más tarde, el promotor diseñó un coche eléctrico de cuatro plazas y omnibuses eléctricos que podían transportar entre 17 y 24 personas.
El primer vehículo eléctrico soviético, basado en el camión ZIS-5, vio la luz en 1935. En su plataforma de carga tenía varias cajas de madera, que contenían 40 baterías. Sin embargo, las capacidades del camión no impresionaron mucho: su velocidad máxima era de sólo 15 km/h, y completamente cargado tenía un radio de sólo 25 km.
El UAZ-451MI podía ser cargado usando la red eléctrica doméstica, y tardaba 1,5 horas en llenar su batería completamente. En 1978, el coche fue enviado a una exposición en EE UU, donde causó furor. El vehículo soviético era el único que utilizaba corriente alterna.
Este coche eléctrico, diseñado a principios de los años ochenta, fue un verdadero avance: tenía una velocidad máxima de casi 50 km/h, un récord para este tipo de vehículos en aquellos tiempos.
Un verdadero caballo de batalla, el RAF-2204 podría alcanzar casi 60 km/h y recorrer hasta 45 km sin necesidad de recarga. Y podía hacerlo mientras transportaba una carga pesada: 9 pasajeros y un conductor, así como una batería de 630 kg.
Este minibús eléctrico fue producido especialmente para los Juegos Olímpicos de Moscú de 1980. Fue diseñado para ser utilizado por los árbitros de las actividades de maratón y marcha atlética, donde no se permiten los gases de escape ni ruidos. Después de que los vehículos cumplieran su misión perfectamente, fueron enviados a las soleadas repúblicas centroasiáticas soviéticas y se convirtieron en coches solares.
Aunque de vez en cuando aparecen diferentes prototipos, Rusia no puede presumir de tener ningún coche eléctrico comercialmente exitoso. Sin embargo, hay un proyecto para la producción del primer vehículo eléctrico en serie del país, denominado Zetta. Se trata de un vehículo ecológico y se espera que la producción comience en breve. El coche será controlado por una tableta, integrada en el salpicadero. Con una velocidad máxima de 75 km/h, el vehículo podrá recorrer 220 km sin ser recargado. Entre los compradores potenciales se encuentran los Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Jordania y los países del norte de África.
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