El Yak-28 fue visto por primera vez por Occidente en el espectáculo aéreo de Túshino en 1961. Los analistas occidentales creyeron que se trataba de un caza.
Era un aparato principalmente subsónico, aunque el Mach 1 podía ser excedido a gran altura. Su producción alcanzó los 1.180 ejemplares.
Precisamente un Yak-28, pilotado por el capitán Borís Kapustin y el teniente Yuri Yánov fue la montura en la que estos pilotos llevaron a cabo un acto heroico en 1966. Después de que uno de los motores de su avión sufriera una avería, se les ordenó desviarse para intentar un aterrizaje en la parte alemana bajo control soviético, pero perdieron el control de la aeronave y se desviaron hacia el espacio aéreo de Berlín Occidental. Los pilotos, sin embargo, lograron evitar chocar contra una urbanización, estrellándose en su lugar en el lago Stößensee sin eyectarse. Por esto, fueron condecorados póstumamente con la medalla de la Bandera Roja.
El Yak-28 fue retirado del servicio a principios de la década de 1980, pero en su versión de entrenador, junto con alguna otra, un número de ejemplares permanecieron en servicio hasta después de la caída de la Unión Soviética, volando al menos hasta 1992.
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