Cuando la policía soviética patrullaba en BMW y Mercedes

Ciencia y Tecnología
BORÍS YEGÓROV
Los criminales en la URSS no tenían opción de dejar atrás a las fuerzas de seguridad, que operaban con vehículos occidentales.

Mucha gente piensa que los soviéticos solo conducían coches de producción nacional o motores fabricados en los países aliados del Pacto de Varsovia.

Esto es casi del todo cierto porque, hasta los últimos años de su existencia, en la URSS apenas se importaron modelos extranjeros. Una excepción fue el BMW-340, que durante un corto período de tiempo, desde finales de la década de 1940 hasta principios de los años 50, fue exportado a la URSS.

Hubo algunos otros modelos que consiguieron colarse. Además de los diplomáticos, los altos funcionarios trataban de conseguir vehículos fabricados en Occidente, por no mencionar a los actores y a los cantantes de buen nivel.

Sorprendentemente, la más afortunada de todas fue la policía soviética, ya que le asignaron la mayor parte de los vehículos extranjeros. Estos coches se utilizaban en misiones de patrulla y para perseguir e interceptar a los delincuentes.

El primer coche extranjero se incorporó a la Inspección Estatal de Automóviles de la Unión Soviética a finales de la década de 1960. Fue el Ford Galaxy Wagon, que incluso estaba equipado con equipo policial estadounidense, incluyendo una luz de salpicadero, un altavoz y un foco.

A principios de la década de 1970, la policía soviética recibió un coche de lujo del oeste de Alemania, el Mercedes W108.

Después de Mercedes llegó el momento de BMW. En 1973 el fabricante alemán de automóviles organizó su primera exposición en la URSS. Posteriormente se compraron docenas de vehículos BMW “para proteger y servir”.

BMW incluso planeó abrir dos fábricas en la URSS para la producción de automóviles y motocicletas. Los planes no llegaron a buen puerto pero los autos alemanes continuaron llegando al país socialista.

Los coches de Mercedes y BMW estaban entre los más rápidos de la policía soviética y eran mucho más cómodos que sus análogos de la URSS. 

Los Volga 24-24, con una velocidad máxima de 170 km/h, a menudo utilizados en persecuciones por policías y servicios secretos, no podían competir con los BMW, que aceleraban fácilmente a más de 200 km/h.  

Incluso el Porsche 911 Targa cruzó el Telón de Acero, aunque solo fueron dos modelos.

Los vehículos extranjeros parecían bastante exóticos comparados con los soviéticos.

Además de Mercedes y BMW, entre los años 60 y 80 la Unión Soviética también importó modelos de Nissan, Opel, Audi, Renault, Volvo y Ford.

Cuando cayó la URSS Rusia abrió sus puertas a los diseñadores de automóviles occidentales, y no pasó mucho tiempo antes de que los modelos más aerodinámicos y deportivos se convirtieran en la norma.

Pincha aquí para ver diez famosos vehículos soviéticos inspirados en modelos occidentales.