Postal en Londres.
DPA/Vostock-PhotoEn el referéndum del 23 de junio, la mayoría de los ciudadanos de Gran Bretaña (un 52 %) decidió que lo mejor para su país era abandonar la Unión Europea, de la que forman parte desde 1973. El primer ministro, David Cameron, que organizó el referéndum pero que se muestra partidario de seguir formando parte de la UE, ya ha anunciado que piensa dimitir.
La derrota de Bruselas
“El principal proyecto integrador de Europa no ha conseguido resolver su misión principal: resultar comprensible y cómodo para las capas más amplias de la población”, escribía en Facebook Konstantín Kosachov, jefe del comité del Consejo de la Federación para los Asuntos Internacionales. El senador señalaba que la burocratización de la UE le priva de movilidad y de capacidad de respuesta a los nuevos desafíos y problemas como el terrorismo y la afluencia de inmigración.
Alexéi Pushkov, diputado de la Duma Estatal, está de acuerdo con Kosachov, e incluso entró en una discusión en Twitter con el antiguo embajador de Estados Unidos en Rusia, Michael McFaul. Cuando McFaul escribió en Twitter: “Perdedores: EU, Reino Unido, Estados Unidos, aquellos que creen en la utilidad de una Europa democrática, unida y fuerte. Ganadores: Putin”, Pushkov respondió: “Rusia no tiene nada que ver. Los perdedores son los enemigos del Brexit. Y Barack Obama personalmente”.
McFaul ha aclarado que no se refería a que Putin haya ejercido su influencia de algún modo en la votación de los británicos, aunque la salida del Reino Unido de la UE sí que le resulta beneficiosa.
La noticia del Brexit ya ha provocado la caída de los mercados de valores europeos. El director del banco ruso Sberbank, Herman Gref, ha declarado que esta caída podría resentir también a Rusia: “Esto provocará el pánico e influirá de forma muy negativa en nuestra economía, en el tipo de cambio de nuestra divisa y en los inversores en valores rusos”. No obstante, Gref señala que se trata solamente de la primera reacción del mercado.
Otros expertos rusos en economía opinan que la caída será muy breve y que no afectará a Rusia. “Podemos lamentar la decisión de los británicos de abandonar la UE, pero no sucederá ninguna catástrofe aunque haya una inestabilidad a corto plazo en el mercado”, opina Alexéi Kudrin, antiguo ministro de Finanzas. Según Kudrin, el Brexit no afectará demasiado a Rusia: “Nosotros tenemos nuestros propios problemas, que son más palpables”.
El actual ministro de Finanzas, Antón Siluánov, se muestra de acuerdo con Kudrin: tras el Brexit a Rusia le espera una caída de los precios del petróleo y que el rublo se debilite, pero la influencia de este acontecimiento en la situación económica interna será limitada.
Los expertos muestran distintas valoraciones sobre el modo en que el Brexit se reflejará en las relaciones entre Rusia y la UE. “Los resultados a largo plazo serán bastante beneficiosos, ya que la ausencia de los británicos en la UE convertirá a la Europa continental en un organismo más capaz de alcanzar consenso”, comenta a RBTH Timoféi Bordachov, director del Centro de Estudios Integrales Europeos e Internacionales de la facultad de Economía Mundial y Política Mundial de la Escuela Superior de Economía.
Según Bordachov, sin el Reino Unido en la UE se reforzará todavía más el dominio de Alemania, y Berlín está más dispuesta a cooperar con Moscú que Londres, más cercano a EE UU. Para la propia UE, según Bordachov, “inicialmente el Brexit traerá problemas”, ya que la hegemonía de Alemania provocará una inestabilidad interna.
Dmitri Danílov, director de la sección de seguridad europea del Instituto de Europa de la Academia Rusa de Ciencias, está de acuerdo con Bordachov en los riesgos de inestabilidad en Europa, aunque él cree que esto no resultará beneficioso para el país eslavo.
"Estas turbulencias no entran en los intereses rusos” –informa el experto a RBTH. Según Danílov, tras la salida del Reino Unido los países europeos que sigan formando parte de la UE intentarán consolidarse y mantener la unidad en cuestiones como la estrategia política, algo que podría implicar el rechazo de las medidas severas contra Rusia.
Al mismo tiempo, Danílov señala que una UE debilitada podría buscar apoyo en asociaciones externas. En primer lugar figura EE UU, pero también es posible que Bruselas intente activar su cooperación con Rusia.
“Hay posibilidades de que las relaciones con la UE mejoren y salgan de su actual estado crítico, y creo que es necesario trabajar en ello”, opina el experto.
¿Qué es lo que impide a las partes pasar de una cooperación “selectiva” a una cooperación plena? Según los expertos entrevistados por RBTH las sanciones, la situación en Ucrania, Siria y cuestiones ideológicas alejan a ambas partes.
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