El fotógrafo ruso, Serguéi Yermojin, revela cómo sobreviven en las ciudades del Círculo Polar Ártico en las que el sol desaparece durante varios meses. La población local se enfrenta a 40 días de oscuridad total y las fotografías capturan momentos de la vida cotidiana.
Aquí el año se divide en día polar y noche polar. El primero se produce cuando el sol no desaparece detrás del horizonte y va desde el 22 de mayo hasta el 22 de julio.
Los locales comentan que durante los días polares apenas gastan en electricidad. Sin embargo, todo el dinero ahorrado en verano se gasta durante noches polares.
En Rusia hay alrededor de 30 ciudades dentro del Círculo Polar Ártico. Múrmansk, el asentamiento más poblado de esta zona, fue la última ciudad establecida en el Imperio ruso. En 2016, celebró su centenario. Actualmente cuenta con una población de 292.465 habitantes.
Hay dos festividades que marcan el fin de la la noche polar en Múrmansk. El “primer amanecer”, cuando los residentes se dirigen a una colina cercana para ver la salida del sol.
La noche polar es algo más deprimente. El sol no aparece en Múrmansk desde el 2 de diciembre hasta el 11 de enero.
El último domingo del mes se celebra el Festival del Sol: hay conciertos en las plazas de la ciudad, verbenas al aire libre y, por supuesto, un montón de blinis.
Múrmansk se levantó en condiciones duras. Durante la Primera Guerra Mundial Rusia necesitaba urgentemente alimentos que solo podían proporcionarle sus aliados. La única solución era construir un puerto en la bahía de Kola y un ferrocarril iría desde allí hasta San Petersburgo.
Los médicos creen que la noche polar influye considerablemente en las funciones humanas, sobre todo la falta de luz ultravioleta y vitaminas. Muchas personas del Norte están deprimidas y en un estado letárgico durante esta época del año.
Múrmansk está considerado un puerto de importancia estratégica y es una conexión clave en muchos sistemas de transporte.
Rusia cuenta en Múrmansk con la primera plataforma petrolera del mundo resistente al hielo, el primer buque de superficie de propulsión nuclear, una flota de rompehielos atómicos y la única autopista que funciona de manera permanente a través del Ártico.
Para los 292.465 residentes de la ciudad es su hogar y lo llaman cariñosamente “Monamourmansk”. Las duras noche polares, el penetrante viento, los caminos cubiertos de hielo se compensan con bellos paisajes de la tundra, los fiordos y el oceáno.
Tras levantar la cabeza y mirar al cielo, se puede ver la brillante aurora boreal, uno de los espectáculos más bellos de la naturaleza.
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