El Ártico, la región más septentrional de la Tierra, cubre el margen continental de Eurasia y Norteamérica, así como el océano Ártico casi por completo, en cuyo corazón se halla el Polo Norte.
La quietud helada del Ártico ha hipnotizado durante siglos a viajeros y estudiantes. En el siglo XVI, el holandés Willem Barents organizó tres expediciones en busca de un pasaje nororiental que comunicara el Atlántico y el Pacífico.
A mediados del siglo XVIII, el capitán Vitus Bering, comandante de la Armada de Rusia, descubrió un estrecho entre Siberia y Norteamérica. A finales del siglo XIX y principios del XX dio comienzo un auténtico peregrinaje: Fridtjof Nansen, Roald Amundsen, Robert Peary, Frederick Cook y varios exploradores polares rusos, entre ellos Eduard Toll y Georgui Sedov, todos ellos intentaron conquistar el Polo Norte.
Hacia finales del siglo XIX, los primeros fotógrafos habían comenzado a unirse a las expediciones polares, creyendo en las ilimitadas posibilidades que el invento de la fotografía iba a abrir a los científicos. Los investigadores tenían ahora un modo fiable de documentación que les permitiría informar de sus viajes con mayor precisión.
Los exploradores y los pilotos polares se encontraban entre las personas más respetadas y conocidas en Rusia y en todo el mundo. Todo el mundo conocía sus nombres. En 1934 se creó una estación polar en el cabo Cheliushkin bajo su mando. Tres años más tarde, en 1937, Papanin se hizo cargo de la primera estación a la deriva del mundo, llamada Séverni Polius (Polo Norte).
Los pilotos Anatoly Liapidevski, Siguizmund Levanevski y Mavriki Slepniov, entre otros, fueron los primeros en recibir el título de Héroes de la Unión Soviética por rescatar a la expedición de Otto Schmidt.
Se convirtieron en protagonistas de películas y libros, y en motivo de orgullo nacional. Varias generaciones crecieron con las películas Los cheliuskinitas, Dos capitanes y Taimyr os llama.
Este siglo ha vivido un retorno del interés por el Ártico, provocado no tanto por la conquista y el desarrollo como por motivos medioambientales y por la preservación de los recursos únicos de esta región, que podrían desaparecer por entero durante los próximos 100 años debido al cambio climático.
En 2013 comenzó la explotación del yacimiento Prirazlómnoie, una plataforma de perforación ultramoderna. A día de hoy es la única estación que produce petróleo en la plataforma del Ártico ruso.
Para los exploradores modernos, el Ártico es, ante todo, un ecosistema único en el planeta. Las fotos de Serguéi Anísimov, Serguéi Dolia y Serguéi Majálov muestran sus paisajes sublimes, sus llanuras heladas sin límites y su fauna exclusiva, cuya preservación es una de las prioridades más urgentes de la humanidad.
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