Rusia, Turquía e Irán impulsan un nuevo plan para Siria

Las negociaciones en Astaná buscan regular el conflicto.

Las negociaciones en Astaná buscan regular el conflicto.

AFP
El conflicto lleva seis años y está lejos de resolverse. Los tres países que buscan una nueva resolución que consiste en la creación de cuatro zonas de regulación.

La tregua establecida en Siria con la mediación de Rusia, Turquía e Irán a finales de diciembre 2016 chirría desde hace unos meses. Cada semana las fuerzas del gobierno y de la oposición armada intercambian bombardeos con mayor frecuencia. La situación se agravó todavía más tras el ataque químico en la provincia de Idlib a principios de abril, que acabó con la vida de 89 personas. El régimen y la oposición se acusan mutuamente.

En este contexto, los días 3 y 4 de mayo se celebró la cuarta ronda de negociaciones en Astaná, capital de Kazajistán, donde los tres países intermediarios (Rusia, Turquía e Irán) trazaron un plan completamente nuevo para la regulación del conflicto. La idea consiste en la creación de cuatro zonas de regulación en las que se prohibirá cualquier uso de armas, se trabajará en la reparación de infraestructura y se crearán las condiciones para favorecer el trabajo de las organizaciones humanitarias. En las zonas fronterizas se trazarán líneas de demarcación para evitar los bombardeos. El Kremlin ha aclarado que las zonas de regulación se trazarán con la ayuda de drones.

Quién está a favor y quién en contra

Rusia, Turquía e Irán firmaron un memorándum sobre la creación de las zonas de regulación el 4 de mayo en Astaná. Los representantes del gobierno de Bashar al Asad apoyaron la iniciativa, la delegación de la oposición se pronunció en contra, protestando por la participación de Irán como garante. Sin embargo, según el presidente de Rusia, Vladimir Putin, él mismo ha discutido la idea con su homólogo estadounidense Donald Trump, que aprobó la iniciativa.

El arabista Serguéi Balmasov, experto del consejo ruso para los asuntos internacionales, opina que los sirios –tanto el régimen como la oposición- en realidad no están de acuerdo con esta iniciativa y harán lo posible por que fracase. “La idea de la creación de zonas de seguridad lleva debatiéndose varios años –comenta Balmasov a RBTH-. Pero el conflicto no se ha resuelto y ahora cualquier acuerdo, aunque tenga apoyos en el papel, se incumplirá”. Según Balmasov, la guerra civil se encuentra en un punto en el que ambas partes siguen dispuestas a luchar hasta la victoria y no buscarán un compromiso.

Imponer la paz desde fuera

Por otro lado, si la presión de los tres intermediarios (Rusia, Irán y Turquía) es lo bastante fuerte y estos cuentan con el apoyo de EE UU y los países del golfo Pérsico, las fuerzas externas podrían imponer a Damasco y a la oposición su decisión, opina Leonid Isáyev, profesor del departamento de politología de la Escuela Superior de Economía.

“Es una transacción, unas normas del juego aceptadas por los participantes externos –aclara Isáyev en una entrevista para RBTH-. Los sirios no hacen demasiadas preguntas, y esto es algo comprensible: los sirios llevan muchos años sin poder llegar a un acuerdo, por lo que ahora tendrán que aceptar las propuestas de otros”.

El memorándum deja abierta la posibilidad de introducir en Siria contingentes militares extranjeros para proteger las líneas de demarcación. El documento no especifica de qué país serán estos contingentes.

Sin embargo, el director del centro de estudios islámicos del Instituto de Desarrollo e Innovación, Kirill Semiónov, opina que podría tratarse de “países neutrales, como Malasia, Indonesia o algún país del Magreb”, informa Svobódnaya Pressa. Semiónov añade que las medidas para imponer la paz deben ser severas y no solo extenderse a la oposición, sino también a las fuerzas gubernamentales. Solo en ese caso será posible conseguir el objetivo.

¿SigueexistiendoSiria?

El trabajo para llevar el memorándum a la práctica no ha hecho más que empezar. La delegación rusa ha declarado que las operaciones militares en los territorios previstos por el documento se interrumpirán el 6 de mayo y después habrá que terminar que acordar las fronteras de las zonas de seguridad. Pero si el proyecto se lleva a cabo, el país se dividirá: el gobierno controlará unas zonas y la oposición otras. Entre las dos partes se desplegarán contingentes de paz armados.

“En la práctica, esto implicará la división de Siria –comenta Serguéi Balmasov-. A decir verdad, no existe una Siria unida desde hace varios años. El experto señala que ninguna de las partes de la guerra civil ve con ilusión una coexistencia pacífica y que su participación en las negociaciones en Astaná no es más que una tapadera. Leonid Isáyev está de acuerdo en parte: “Siria existe como estado en Google Maps, en las clases de geografía y en los carteles de sus asientos en la ONU, pero en la realidad el país se ha venido abajo”.

No obstante, según Isáyev, las fuerzas que se oponen al gobierno de Damasco, ya sea la oposición o los kurdos, no tienen esperanzas reales en la idea de fundar estados independientes ya que conllevaría demasiados problemas. “Estos serían desde el principio estados fallidos –comenta el experto-. No tienen recursos para mantenerse de forma independiente”. Isáyev opina que esta situación podría contribuir al restablecimiento de Siria como un país unificado, aunque de ser así, no sucedería a corto plazo.

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