Ataque químico en Siria, ¿qué ocurrirá a continuación?

Jan Sheijun, Siria, el 5 de abril de 2017.

Jan Sheijun, Siria, el 5 de abril de 2017.

Reuters
Un mínimo de 72 personas murieron como resultado de un ataque con armas químicas en la provincia siria de Idlib. La oposición siria y Occidente acusan de este incidente al gobierno de Bashar Asad, mientras que Damasco y Moscú acusan a la oposición. Los analistas consideran que el suceso mina las perspectivas de una salida pacífica al conflicto sirio.

La primera fuente en publicar la noticia de que un ataque químico que el 4 de abril se cobró la vida de un mínimo de 72 personas en la ciudad de Jan Sheijun (provincia de Idlib, norte de Siria) fue el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. “Uno de los barrios de la ciudad de Jan Sheijun ha sido bombardeado con materiales supuestamente consistentes en gases que causan asfixia”, informa la web de la ONG.

Las imágenes de civiles, incluyendo niños pequeños, asfixiándose y muriendo por el gas venenoso se propagaron rápidamente por los medios de comunicación mundiales. En un comunicado de prensa de Médicos Sin Fronteras se afirma que las víctimas pudieron sufrir la acción del gas sarín y el cloro.

Fuente: ReutersFuente: Reuters

Acusaciones contra Damasco

La provincia de Idlib y, en concreto, Jan Sheijun, se encuentran bajo el control de los grupos de la oposición siria. Los representantes de los insurgentes, así como los países occidentales, acusaron del ataque al gobierno de Bashar Asad. “Un brutal y flagrante acto de barbarie”, fue como definió lo sucedido el Secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, instando a Rusia e Irán, quienes apoyan a Asad, a influir en su aliado.

También Gran Bretaña lanzó sus acusaciones: la primera ministra Theresa May declaró que es inaceptable que Asad permanezca al frente de Siria. El gobierno de Turquía también acusaron a Damasco, advirtiendo a Rusia de que tales incidentes amenazan con destruir la perspectiva de las negociaciones de paz en Ginebra y Astaná.

Otro punto de vista

El gobierno sirio, por su parte, niega su implicación en el ataque a Jan Sheijun. “Ni siquiera en los peores días de la guerra, el ejército sirio usó nunca ese tipo de armas”, se afirma en una publicación de la página oficial del Ejército Árabe Sirio en Facebook. Damasco considera que el ataque fue un montaje y que las víctimas murieron como consecuencia de una provocación de la oposición.

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Moscú comparte el punto de vista de Damasco. La representante oficial de Exteriores, María Zajárova calificó de “tendenciosos” a los medios de comunicación que difunden la versión según la cual el ataque es culpa del gobierno sirio, y los acusó de intentar extender la responsabilidad a Rusia. Según la versión rusa, el 4 de abril las fuerzas aéreas sirias realmente realizaron un ataque en la zona de Jan Sheijun, pero no contra zonas residenciales, sino contra los talleres en los que los insurgentes fabricaban municiones con sustancias venenosas.

La ONU y la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) han iniciado su investigación del incidente. Según los datos de las organizaciones, por ahora es imposible establecer quién y cómo atacó a los civiles utilizando agentes químicos.

¿A quién beneficia?

Los expertos tienen opiniones diversas sobre la cuestión de si el ejército sirio pudo atacar Jan Sheijun. Así, el analista superior del Centro de Estudios de la Sociedad en Crisis, Serguéi Balmásov opina que actualmente no supone ningún beneficio para Bashar al Asad erosionar aún más su reputación con un ataque a la provincia de Idlib, y que el ataque fue efectivamente un montaje.

“Se puede considerar a Asad un tirano. Pero no es ningún estúpido, como para que empiece ahora a bombardear [a la oposición] con armas químicas sin ningún resultado militar previsible”, cita las declaraciones de Balmásov la publicación Yenicag.ru.

Por otro lado, el presidente del Centro de Estudios Islámicos del Instituto de Desarrollo e Innovación, Kiril Semiónov, señala que Damasco pudo atacar a la oposición sin el conocimiento de Rusia, ya que, a diferencia de Moscú, el gobierno sirio está interesado en que la guerra continúe.

“El objetivo de esa acción podría ser el de poner el punto final al proceso de paz sirio. Además, la responsabilidad formal por la ruptura del proceso de paz se podría atribuir a la oposición, cuando esta rechazase participar en las negociaciones”, dice Semiónov.

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Ruptura de la tregua

Independientemente de quien haya utilizado las armas químicas en Siria, parece que el proceso de paz en ese país está definitivamente hundido, según considera Vladímir Ajmédov, colaborador científico del Instituto de Estudios Orientales de la Academia Rusa de Ciencias.

“A estas alturas, está claro que la oposición acusará al régimen, y que el gobierno negará todas las acusaciones y, en respuesta, hablará de una provocación de los insurgentes”, explicó Ajmédov a RBTH. “Pero, en cualquier caso, la posibilidad de encontrar un compromiso se aleja”.

En opinión del analista, la tregua entre el gobierno y la oposición en Siria (establecida oficialmente el 30 de diciembre de 2016) actualmente se mantiene solo sobre el papel: cada semana aumente el número de rupturas del alto el fuego y la intensidad de los combates. Las negociaciones de Ginebra (la última ronda tuvo lugar del 23 al 31 de marzo) están estancadas, y tras un incidente tan grave como el del ataque químico, pueden suspenderse definitivamente, en opinión de Ajmédov.

Con él se muestra de acuerdo Grigori Kosach, profesor de la cátedra del Oriente Contemporáneo de la Universidad Estatal de Ciencias Humanas de Rusia. “En las negociaciones de Ginebra, hasta ahora no se ha conseguido acercar las posturas del gobierno y de sus oponentes”, explicó Kosach a RBTH. “Y ahora, cuando se reanudan los combates, y más aún tras el uso de armas químicas, la propia posibilidad de continuar con las negociaciones se ve seriamente cuestionada”.

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