Las relaciones entre Turquía y Rusia, en punto muerto

Reuters
Tras el derribo del caza Su-24 las relaciones entre ambos países se han deteriorado enormemente. Rusia ha anunciado que vetará alimentos turcos y los mandatarios de ambos países no se reunieron a pesar de coincidir en COP 21 en París.

La apertura de la Cumbre del Clima en París el pasado 30 de noviembre reunió a más de 150 jefes de Estado, por lo que se sucedieron las declaraciones políticas no relacionadas con la agenda del evento.

Una de las principales intrigas del evento fue si Vladímir Putin y Tayyip Erdoğan hablarían sobre el derribo del Su-24 cerca de la frontera entre Siria y Turquía. El presidente ruso participó en varios encuentros bilaterales, con Barack Obama, Xi Jinping o Angela Merkel, entre otros, pero la reunión con Erdoğan no llegó a celebrarse.

“No nos hemos visto”, confirmaba Vladímir Putin, declarando que Rusia cuenta con información más detallada sobre el derribo del Su-24 y sabe que la protección de los turcomanos sirios no es más que un pretexto de Turquía.

“Tenemos muchas razones para suponer que la decisión de derribar nuestro avión está relacionada con la necesidad de proteger las vías de suministro de petróleo a Turquía”, declaraba el presidente ruso en rueda de prensa.

Además, afirmaba que Ankara tampoco ha respondido a las preocupaciones de Moscú acerca del libre desplazamiento de terroristas ya que no hace falta visado para viajar entre Rusia y Turquía. “Hace tiempo que les advertimos de que algunos representantes de las organizaciones terroristas que combatían e intentan combatir contra nosotros en algunas regiones de Rusia estaban siendo detectados en territorio de Turquía”, decía el mandatario ruso.

Erdoğan ni siquiera se tomó la molestia de responder a esta cuestión y esa misma tarde prometió que dimitiría si se confirman las acusaciones de que Turquía compra petróleo a los combatientes del Estado Islámico.

Por ahora no cambia el régimen

Será muy difícil recuperar el nivel de cooperación que existía entre Turquía y Rusia antes del incidente del Su-24, ya que esto había costado grandes esfuerzos desde el principio, según señala a RBTH el arabista de la Escuela Superior de Economía Leonid Isáyev: “Las duras declaraciones de Putin, que han provocado a su vez una dura respuesta por parte de los turcos, pueden destruir los puentes existentes entre los dos países durante muchos años”.

Las relaciones entre Rusia y Turquía serán prácticamente nulas a partir de ahora. Evidentemente, una confrontación de este tipo no interesa en última instancia ni a Rusia, ni a Turquía, ni a la OTAN, de la que Turquía es miembro, aunque para olvidar la retórica empleada entre bastidores durante la Cumbre del Clima ahora será necesario “como mínimo un cambio de régimen”: en ambos países se han tomado demasiado a pecho estas declaraciones.

Vladímir Avatkov, especialista en Turquía y director del Centro de Estudios Orientales de Relaciones Internacionales y Diplomacia Pública,  también se muestra de acuerdo con la idea de que un cambio de régimen permitiría resolver esta crisis. Es cierto que no se debe identificar el régimen turco con el pueblo turco, advierte el experto. “Sí, el régimen turco se solidarizó con el terrorismo cuando derribó el avión ruso, pero hay que pensar en el futuro”.

La injerencia de la OTAN

¿Influirá la ruptura entre Rusia y Turquía en la cooperación multilateral en Siria?  Víktor Nadein-Ráyevski, del Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales de la Academia Rusa de Ciencias, parafraseando a Putin señala: “¿Cómo es posible hablar de una amplia coalición si luego te asestan una puñalada por la espalda?  No obstante, Rusia sigue interesada en la lucha contra el Estado Islámico y no ha rechazado la cooperación con Francia.

A decir verdad, en este contexto no cabe esperar un empeoramiento en la oposición al terrorismo en Siria. Para Nadein-Ráyevski la situación es incluso mejor. La aparición de sistemas de defensa antiaérea S-400 en Siria ha cambiado radicalmente la correlación de fuerzas: el radio de acción de estos sistemas cubre prácticamente todo el frente y los aviones turcos prefieren no entrar en la zona de vigilancia y ahora temen bombardear las zonas donde se encuentran las unidades de autodefensa de los kurdos sirios. “Los turcos los bombardeaban casi a diario, y estas unidades luchan de forma muy eficaz contra los islamistas en su territorio”, comenta Nadein-Ráyevski.

Según el experto, si las acciones de Turquía suponen un gran impedimento para la lucha conjunta de los países enfrentados al Estado Islámico en Siria, es posible que la OTAN intente apartar a Ankara de este proceso.

“La situación en Siria ya es tensa de por sí, si además se agrava el conflicto entre Rusia y Turquía, esto solo puede beneficiar al Estado Islámico. A pesar de todo, la Alianza deberá tomar partido a favor de los turcos, como sucedió con el caso del bombardero ruso, pero está haciendo todo lo posible para que la confrontación no se agrave todavía más”, comenta Isáyev.

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