Valia recogía armas y municiones abandonadas en las zonas de operaciones militares y las entregaba a los partisanos. También dibujaba y pegaba caricaturas de nazis por todas partes.
Más tarde, Kotik se involucró en asuntos más serios. En otoño de 1941, participó en el asesinato del jefe de la gendarmería de campaña local, el Oberleutnant Fritz Koenig. Durante una emboscada organizada por partisanos, Valentín lanzó una granada contra un coche, matando a varios gendarmes y al propio Koenig.
En octubre de 1943, el adolescente salvó a su grupo de partisanos de los alemanes que lo descubrieron. Estando en su puesto, dio la voz de alarma y disparó y mató personalmente a un oficial alemán.
El 16 de febrero del año siguiente, durante las batallas por la ciudad de Iziaslav, Valentín resultó gravemente herido, y al día siguiente murió. Acababa de cumplir catorce años.
En 1958, el valiente pionero recibió a título póstumo el título de Héroe de la Unión Soviética.
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