Pese a que no soy un exbecario joven, he creído necesario compartir mi experiencia en la URSS, la caída de la Unión Soviética y el inicio de la vida independiente de la Federación Rusa.
Me llamo Miguel Gualoto, soy ecuatoriano, vivo en la ciudad de Quito. Desde mis nueve años de edad, se me presentó un tumor en la región frontal, que inició su crecimiento hasta cubrir por completo la frente hasta la coronilla, afectando a las arterias oftálmicas izquierda, facial y cerebral media. Debido a su complejidad, fue el primer caso de este tipo de enfermedad en el país, fui atendido en varios hospitales locales. La búsqueda de una solución me llevó a EE UU, al estado de Madison en el Hospital de la Universidad de Wisconsin, posteriormente a Cuba en el hospital Miguel Enríquez Espinosa. En ambos sitios los pronósticos fueron 20% de posibilidades de éxito en caso de una operación directa, frente a un 80% de muerte segura. Mis padres declinaron esa posibilidad e intentaron en Ecuador a través de la Universidad Central (donde estuve estudiando Química y Farmacia), buscar una posibilidad de ser atendido en la URSS.
‘Volví a vivir gracias a la ciencia soviética’
La respuesta que recibimos fue positiva, la URSS aceptaba tratarme, sin costo, no dijeron nada sobre las posibilidades de vivir o morir durante la cirugía. Cabe señalar que en diciembre de 1983 fui dado de alta del hospital del Seguro Social de Ecuador y enviado a casa, desahuciado, tenía nueve meses más de vida; el trabajo de mis padres fue intenso por lograr salvarme. Llegué a la URSS el 14 de noviembre de 1983 y fui operado de urgencia en el Instituto de cirugía cardiovascular Bákulev el 18 de noviembre de 1983.
La cirugía duró seis horas, se emplearon 12 pintas de sangre, estuve dos semanas en coma y me puse de pie por primera vez a los tres meses. Volví a vivir, recibí una segunda oportunidad, gracias a la ciencia soviética. Desde noviembre de 1983 hasta octubre de 1984 me realizaron nueves cirugías. Cuando me dieron de alta, recibí de manos del médico tratante la beca que el Ministerio de la URSS me entregaba para que pudiera estudiar y continuar mis curaciones.
‘En la URSS fui tratado como una persona’
Este evento clave, cambió por completo mi vida. En la URSS no solo renací, sino que tambien obtuve mi educación superior, mi familia, mi profesión, todo lo que soy en la actualidad.
En la URSS fui tratado como una persona, fui valorado por quienes me conocieron, me apoyaron y orientaron en todo. En ningún sitio sentí un rechazo o denigración como las que sufrí en mi patria durante mi juventud, por ser pobre, indio, enfermo, diferente a los demás.
Aprendí a amar la lectura, la música clásica, obtuve acceso al teatro, ópera y a la enorme cultura soviética. Los años vividos en la URSS, han sido los más fabulosos y fantásticos que han marcado mi vida por completo. Cuando cayó la URSS, para mí, como para la mayoría de los soviéticos, fue un choque brutal, despertarse en un país que ya no existía. En Moldavia, donde cursé mis estudios, se inició la guerra civil con Transnistria, la oleada de nacionalismo afecto a todas las esferas de la sociedad. Culminé mis estudios y retorné a Ecuador con mi esposa e hijas.
‘Siempre he empleado fuentes rusas de información, lo que me ha dado una ventaja’
En 1992, en Ecuador las cosas fueron difíciles, ser exbecario constituía un problema a la hora de conseguir trabajo. Tan solo en el año 2014 logré el reconocimiento de mi título. Desempeñé trabajos de docente de colegios secundarios, jardinero en la Embajada alemana en Quito, asistente de administración en una fábrica de muebles, técnico agropecuario, etc. En 1998 inicié mi labor docente en una universidad privada y en el año 2002 inicié mi primer trabajo de investigación para una empresa petrolera, en el tratamiento y degradación de cortes y ripios de perforación.
A partir de ese año, recibí ofertas laborales en empresas privadas petroleras y de universidades públicas y privadas en las cuales he sido docente desde los años 2000, hasta el 2020. Gracias a la gran formación académica recibida y a la cooperación de centros de investigación de la Federación de Rusia, he podido crearme un nicho de trabajo propio en la Biorremediación, que hasta la fecha no es muy conocida y empleada en el Ecuador. Estimo que soy uno de los tres especialistas en el ramo en el Ecuador.
Tuve el privilegio de ser parte del Programa Antártico de Investigaciones, participé en cuatro expediciones a la Antártida. Dirigí al Comité Asesor Científico de la Dirección de Intereses Marítimos y la FUNDEMAR, organizando el programa de investigación antártica nacional desde el año 2010 hasta el 2019.
Tanto en mi actividad docente como profesional siempre he empleado fuentes rusas y soviéticas de información, lo que me ha dado siempre una ventaja sobre mis potenciales competidores, ya que he tenido acceso a información privilegiada. En la actualidad soy Secretario de Prensa de la Asociación de egresados de la URSS, Europa del Este, Asia y Cuba AEPEREACU.
La URSS, y actualmente Rusia, es para mí “mi segunda Patria”, con todo derecho, volví a nacer en ella y recibí todo cuanto soy y tengo ahora: mi familia, mi profesión, mis conocimientos y mis vivencias, que perdurarán en mi mente y corazón hasta que muera.
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