"¿Cómo cambian las bombillas los ciegos?", "¿Cómo eligen la ropa los ciegos?", "¿Cómo lanzan los penaltis los ciegos?". Cada una de sus publicaciones recibe comentarios llenos de admiración y apoyo: "Eres guay y la chaqueta también", "¡No eres un tío, eres un sueño!", "¡Chicos, seguid su ejemplo!". Andréi Kuklin, delantero de la selección rusa de fútbol para ciegos, tiene 150.000 suscriptores en YouTube y 250.000 en TikTok. Compagina sus estudios universitarios con los entrenamientos, saca tiempo para grabar temas musicales y vídeos para sus cuentas en las redes sociales y sale regularmente al aire libre para interactuar con sus suscriptores.
Por el deporte rey
Kuklin ama el fútbol desde siempre. No es seguidor de ningún equipo en concreto, sino del deporte rey en sí. Se alegra por los jugadores rusos que lo hacen bien. Recientemente asistió a la final de la Copa de Rusia entre el Dinamo y el Spartak: "80.000 espectadores cantaban en las gradas la canción de MakSim 'Znayesh li ti?' Era fascinante, como para echarse a llorar".
"He jugado al fútbol desde que era pequeño. Desde los dos o tres años daba patadas a un balón al aire libre y luego, en casa de mi abuelo, vi un partido Zenit-Spartak en la televisión y me enamoré de este deporte. Me impresionó muchísimo su rendimiento. A los seis años perdí la vista, pero no dejé de jugar al fútbol. A los 13 descubrí que existía el fútbol para ciegos y supe que aquello era para mí", cuenta Andréi.
El juego se inventó en España: Puede haber cuatro jugadores en el campo, todos ellos con vendas especiales en los ojos para igualar sus posibilidades, y un portero, que puede dar instrucciones sobre dónde pasar y que dirige a los jugadores durante los ataques. Además del portero, el entrenador también puede hablar con los jugadores, mientras que el árbitro les ayuda a orientarse. Se juega con un balón especial que emite un sonido metálico. Al pasar al ataque, los jugadores gritan "voy".
En definitiva, aparte de ser un deporte bastante ruidoso, este tipo de fútbol es también bastante dramático. Desde 2004 es deporte paralímpico: También fue entonces cuando se celebraron en Rusia los primeros partidos de fútbol para jugadores invidentes.
Traslado de un jugador invidente
A pesar de la pérdida de visión, Andréi tuvo una infancia perfectamente normal: su madre no le impuso restricciones estrictas y le permitió salir a jugar y participar en el fútbol. Iba a los entrenamientos solo, en bicicleta. Kuklin conocía su ciudad natal, Yoshkar-Olá, como la palma de su mano y podía llegar fácilmente a donde hiciera falta. Cuando jugaba al escondite, jugaba con ventaja: podía detectar a alguien que huía (a "casa") por sus pisadas.
Andréi empezó a usar el típico bastón blanco de una persona ciega después de mudarse a Moscú, cuando se estaba acostumbrando a su nuevo entorno. "En 2018 ya estaba en la selección rusa de fútbol para ciegos. Mi entrenador me propuso mudarme a la capital y empezar a jugar en otro club. Qué más se puede necesitar para la felicidad perfecta? Vives en Moscú, estudias y entrenas".
Resultó que ningún futbolista sin visión había hecho antes una mudanza semejante: no existían los traspasos en el sentido habitual de la palabra. Así que el traslado de Kuklin del Yoshkar-Olá a Moscú fue el primero de este tipo.
Después de estudiar en la Universidad Social Estatal Rusa, decidió conocer Moscú y consiguió trabajo como repartidor. Dedicaba varias horas entre estudio y entrenamiento a repartir pedidos. La empresa para la que trabajaba no sospechaba que tenían a un mensajero ciego trabajando para ellos. "Lo bueno es que ahora conozco todos los pasos subterráneos, las estaciones y las escaleras mecánicas: si alguna vez te pierdes, sabrás a quién preguntar", ríe.
"Los padres deben creer en sus hijos"
Andréi empezó a bloguear por accidente: siguiendo el consejo de su hermano, empezó a subir a YouTube versiones de composiciones muy conocidas. Y entonces colgó en TikTok un vídeo de una sesión de entrenamiento que atrajo 80.000 visitas en una sola hora. "Hubo una avalancha de comentarios: ¿Cómo se toca, se pasa el rato, se vive? ¿O tal vez echas un vistazo durante el partido? Empecé a filmar clips, y todo despegó".
Andréi dice que entre sus suscriptores hay muchos padres de niños no videntes. "Les animo a creer en sus hijos. Hace poco, en Kazán, un chico miope vino a nuestro partido con su madre: Inspirado por mi ejemplo, también ha empezado a publicar en Internet. Estoy muy contento: significa que mis vídeos no son sólo una diversión, sino que ayudan a la gente a creer en sí misma".
Andréi estudia ahora en la Universidad Económica Humanitaria de Moscú y divide su tiempo entre la formación, la filmación de vídeos y la grabación en estudio. En otoño viajó a Kazán y Sochi para disputar partidos del torneo Voluntad de Acero que la Unión Rusa de Fútbol organiza para jugadores discapacitados y con problemas físicos. Formó parte de la selección rusa de minifútbol para ciegos que triunfó en los campeonatos internacionales de Turquía. "El fútbol es lo primero, y después la música y todo lo demás. Sí, tengo una agenda apretada, pero interesante. Al fin y al cabo, lo principal es querer algo; luego vendrá todo lo demás".
Síguenos en nuestro canal de Telegram: https://t.me/russiabeyondes
LEE MÁS: Cómo los ciegos defendieron Leningrado durante la Segunda Guerra Mundial