Dirección: Plaza Smolénskaia-Sénnaia 32/34. Estación de metro más cercana: Smolénskaia
Años de construcción: 1948-1953
Qué hay dentro: El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, sus oficinas, salas de conferencias, museo diplomático y vasto archivo.
Los famosos "rascacielos Stalin" iban a convertirse en la joya arquitectónica de Moscú. Por desgracia, el proyecto no llegó a su conclusión lógica y, en lugar de ocho rascacielos, se construyeron siete. Uno de ellos fue el edificio de 27 plantas del Ministerio de Asuntos Exteriores en el anillo Sadóvoie.
¿Cómo se construyó?
El edificio del Ministerio de Asuntos Exteriores se construyó al mismo tiempo que otros rascacielos: el 7 de septiembre de 1947, día del cumpleaños de la capital. Inmediatamente se decidió destinarlo al Ministerio.
Una de las principales características de la construcción fue el propio método por el que se levantó el rascacielos. Una vez colocados los cimientos y la estructura metálica, el edificio no se construyó de abajo arriba, sino de arriba abajo: los trabajos de hormigonado empezaron en los pisos superiores, a 172 metros de altura, y a medida que el hormigón se endurecía iba bajando uno a uno.
Se trataba de una tecnología avanzada: nunca se habían construido edificios así en la URSS. Permitía construir en un barrio histórico en condiciones extremadamente difíciles, donde era imposible (o muy caro) ubicar una obra convencional con engorrosas grúas torre. En el caso del rascacielos del Ministerio de Asuntos Exteriores, las ligeras grúas se colocaron directamente en el tejado, sin ocupar espacio en el suelo.
El proyecto fue diseñado por dos arquitectos, Vladímir Guelfreich y Mijaíl Minkus, ambos galardonados con el Premio Stalin. Sólo se tardaron cinco años en construir el rascacielos, un calendario increíblemente apretado para una estructura tan monumental.
¿Qué tiene de malo este rascacielos?
Cuando se construyó, este rascacielos era uno de los edificios tecnológicamente más avanzados de la serie de rascacielos estalinistas. En su interior se instalaron 28 ascensores, una cifra récord para la épocas, más de la mitad de los cuales eran de alta velocidad. Además, había cuatro escaleras mecánicas y para los interiores se utilizaron los materiales más caros, como mármol, granito y terciopelo.
Pero lo más interesante del edificio no es su decoración, sino... la aguja del tejado. No estaba en el diseño original. De hecho, el edificio se diseñó con un tejado plano. Sin embargo, en vísperas del 34 aniversario de Octubre, Stalin ordenó personalmente que se construyera una aguja en lo alto de la torre. Y ello a pesar de que el diseño no requería ninguna estructura pesada adicional: su aparición habría derrumbado todo el edificio. Según la leyenda urbana, Stalin no quería que el edificio se pareciera demasiado a los ejemplos de la arquitectura estadounidense de aquellos años.
El arquitecto Vladímir Guelfreich incluso intentó convencer a Stalin de que rechazara la idea, a lo que éste se negó. Para salir del paso, se decidió construir una aguja "de atrezzo", construida no con piedra maciza, sino con láminas de metal ligero y madera contrachapada.
Sin embargo, la construcción ya era muy impresionante - 350 toneladas - y seguía siendo bastante frágil e inestable. Por ello, nadie se atrevió a colocar una estrella de cinco puntas en la parte superior de la aguja, como en otros rascacielos, por lo que el edificio del Ministerio de Asuntos Exteriores sigue siendo el único rascacielos estalinista sin una estrella de marca. Hoy es aún más fácil saber qué tipo de edificio se está viendo.
Curiosamente, Mijaíl Minkus, coautor del edificio, pidió a Jrushchov tras la muerte de Stalin que retirara la aguja, a lo que éste respondió que "seguirá siendo un monumento a la estupidez de Stalin".
En 2016, la aguja fue sustituida por una nueva, ya que la antigua estaba casi completamente corroída y podía derrumbarse en cualquier momento. La antigua se serró para fabricar recuerdos para los invitados de honor del ministerio, y la nueva aguja sigue en pie en lo alto.
¿Cómo cambió el edificio las calles de Moscú?
Ya durante la construcción del rascacielos del Ministerio de Asuntos Exteriores quedó claro que, en su forma original, no causaba la impresión grandiosa que esperaban los arquitectos. Por eso se decidió hacer una plaza delante para que fuera "más fácil respirar". Y para que el edificio no dominara los edificios históricos de poca altura que lo rodeaban, se construyeron delante otras dos torres, los hoteles Beograd y Golden Ring. Estos cambios alteraron radicalmente el aspecto de la entrada principal al centro de la ciudad. La propia construcción de la serie de rascacielos fue el primer paso hacia la transformación de la capital de baja altura en la enorme megalópolis que es Moscú hoy en día.
¿Es posible entrar?
No se puede entrar "por la calle". El edificio del Ministerio de Asuntos Exteriores es de acceso restringido. En la quinta planta hay un Centro de Historia del Servicio Diplomático Ruso y se organizan visitas guiadas, pero no todo el mundo puede entrar: sólo algunos estudiantes de universidades moscovitas, futuros diplomáticos y nuevos empleados del ministerio. Pero los turistas de a pie y los curiosos se quedan fuera.
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